domingo, 29 de mayo de 2011

No es solo Jaime Ortega… Hay otros peores.

Mario J. Viera. 

Muchas son las críticas que se le han hecho al cardenal Jaime Ortega por su tibieza ante la dictadura castrista. Entre sus críticos me encuentro yo, pero, hagamos justicia. Hay algunos que merecen mayores críticas dentro del campo de las instituciones religiosas de Cuba que el pobre de Jaime Ortega.
Si la actitud de la alta jerarquía católica cubana es, como acabo de señalar, tibia, ante el gobierno, la actitud de una organización de tipo ecuménico que agrupa a muchas denominaciones evangelistas o protestantes de Cuba es francamente calurosa a favor de los designios gubernamentales: El Consejo de Iglesias de Cuba.
Los principales líderes del ecumenismo de ese consejo de iglesias cantan más alabanzas a los máximos dirigentes del régimen que quizá a Jesús o a Jehová. ¿Una muestra? He aquí lo que dijera el reverendo Raúl Suárez Ramos, pastor bautista y diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, en entrevista recogida por Kaos en la red del 29 de agosto de 2008: “… tuvimos (los cubanos) la suerte de tener un líder (como Fidel Castro) que no va por caminos trillados, que no es un dogmático, que no es un ortodoxo, sino un hombre profundamente marxista, que estudió en colegios jesuitas y tuvo la oportunidad de entrar en contacto con la Biblia. Se trata, además, de un conocedor de lo que fue el movimiento original de Jesús de Nazaret con el cual él mismo ha dicho que no tiene contradicción”.
Dentro del sector de iglesias protestantes no adscriptas al CIC se han levantado críticas serias en contra de esa organización y de su figura más conspicua Raúl Suárez. El reverendo José Carlos Pérez bautista de la Iglesia Bautista Oriental, bautista como Suárez y  como este estudió en el mismo Seminario en La Habana,  ha expresado: “El Consejo de Iglesias de Cuba debiera cumplir su proyección de trabajo social. Debieran trabajar al lado de los pobres y oprimidos, en vez de respaldar al gobierno cubano, como lo han estado haciendo. La acción "cívica" que esta organización "no gubernamental" muestra al mundo sólo está encaminada a apoyar el poder político y económico del gobierno, porque ellos son parte del gobierno con fachada religiosa”.
En igual sentido se expresó el pastor camagüeyano Omar Pérez Ruiz a Radio Martí al decir que el Consejo de Iglesias de Cuba es  "un organismo del comunismo para reprimir al pueblo y mantenerlo esclavizado
De acuerdo con la página de periodismo independiente Primavera Digital: “Muchas de las iglesias evangélicas consideran que el CIC se identifica de manera activa e incondicional con el gobierno. En esto son muy críticos el Consejo de Iglesias Bautista Oriental de Cuba y la Asamblea de Dios”.
Refiriéndose a un supuesto ecumenismo de parte de Fidel Castro, Suárez dijo el 30 de marzo de 2010 en unas denominadas reflexiones pastorales: “Esta labor de Fidel encontró en el movimiento ecuménico cubano, un verdadero ejemplo de hombres y mujeres que a causa de su fe y sobre una sólida base bíblica y teológica no sólo habían abrazado la Revolución, también, como pueblo, optaron por el socialismo. Y en este esfuerzo de unidad, se fueron creando paso a paso, sin volar etapas, encuentros de verdadera cubanía y patriotismo”.
No conforme con su lacayuno discurso, Suárez concluyó: Hoy, a veinte años de aquel glorioso Encuentro (de Fidel Castro con Líderes Ecuménicos), salvando la distancia en el tiempo con sus similitudes y diferencias, con un enemigo mucho más agresivo, con más hegemonía en la esfera mundial y con una maquinaria mediática a disposición de sus intereses mezquinos; conscientes del sentido del momento histórico que vivimos, y la imperiosa necesidad de cambiar todo lo que debe ser cambiado, quiero decirle a nuestro presidente Raúl, las palabras que dijera en aquella ocasión al compañero Fidel: ‘Comandante creemos que hay que hacer cambios en todas las esferas de la vida nacional, pero deseamos que esos cambios se hagan en el espíritu de la Revolución y dirigidos por la Revolución’: A usted le agrego, lo que en mis palabras estaba implícito: ‘Presidente, con nosotros y con nosotras usted, la Revolución Cubana y su Proyecto Socialista, pueden contar’. Amén, Así Sea”.
El 5 de junio de 2006 los reverendos Raúl Suárez Ramos, Sergio Arce Martínez y Pablo Odén Marichal Rodríguez recibieron de manos de Ricardo Alarcón de Quesada, presidente por designación del parlamento genuflexo de Cuba un reconocimiento  “por su consecuente defensa de los derechos inalienables del pueblo cubano a su libertad, soberanía, igualdad y justicia social” y ya se conoce qué entiende el castrismo por “libertad, soberanía igualdad y justicia social”.
En reciprocidad, la que en ese momento ejercía la presidencia del CIC, Rodhe González Zorrilla le hizo entrega una placa dedicada a Fidel Castro “por su meritorio valor y aporte a favor de la unidad nacional”.
Nada tiene de asombroso que a la Catedral Episcopal La Santísima Trinidad haya asistido el general Raúl Castro a la celebración de un culto para conmemorar el 70 aniversario del Consejo Ecuménico de Cuba, ahora Consejo de Iglesias de Cuba. Allí recibió los saludos, las sonrisas complacientes del actual presidente de CIC Pablo Odén Marichal que se babeaba adulonamente ante el nuevo hombre fuerte del castrismo y ante la mirada complaciente de la farándula castrista integrada por Esteban Lazo, el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón; el ministro de Cultura, Abel Prieto; Mercedes López Acea, primera secretaria del Partido Comunista (PCC) en La Habana, la jefa de Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista Caridad Diego y Eusebio Leal, Historiador de la Ciudad de La Habana.
Atentos a la celebración se encontraban también el Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias, el noruego Olav Fykse Tveit y la anfitriona la recién sacramentada como obispa de la iglesia episcopal de Cuba, la boliviana Griselda Delgado del Carpio.
Por Pablo Odén Marichal nos enteramos que el Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias junto a otros dignos pastores extranjeros se reunieró con los familiares de los cinco espías de la Seguridad del Estado presos en Estados Unidos. Es una pena que estos honorables pastores no hayan tenido la disposición de reunirse aunque fuera por cinco minutos con las Damas de Blanco. Tal vez el mensaje bíblico del que son portadores no alcanza a tener conmiseración con algunas ovejas escapadas del rebaño totalitario.
En conclusión, habló Odén Marichal diciendo con evangélico entusiasmo para agradar los oídos del general Castro: “Nos es grato anunciar que en la mañana de hoy en el marco de estas celebraciones por el aniversario 70 del Consejo, familiares de los Cinco luchadores cubanos contra el terrorismo sostuvieron una reunión con los invitados extranjeros a este evento, con la participación de representantes del CIC y de iglesias cubanas, en la cual todos acordaron formar un Comité Internacional y otro nacional para trabajar por la liberación de los Cinco”.
Y cerró la festividad Marcial Miguel Hernández Salazar saludando "las soberanas propuestas de cambio que han estado respaldadas por nuestro pueblo" refiriéndose a los parches que el VI Congreso comunista intenta coserle al totalitarismo cubano.
Como no podían dejar de mostrar su sumisión política, tanto él como Odén Marichal  entregaron dos placas distintivas para ambos Castro, “por la atención y el apoyo de ambos a la labor ecuménica en nuestro país”, según dijo Juventud Rebelde.
Y como todo acto religioso debe concluir con una bendición, el sumiso Hernández Salazar exclamó lleno de inspiración cristiana: “Dios Bendiga su Santa Iglesia, Dios Bendiga Nuestra Nación, Dios Bendiga a nuestros gobernantes, a nuestro presidente, y a sus familias
Por suerte Dios es suficientemente sabio como para hacer caso de tales hipócritas bendiciones y deberá reírse con amargura de estos gilipollas, como dirían los españoles que se inclinan a adorar no a un becerro de oro, sino a un escuálido carnero de fango. Como se lee en la Biblia “Ya tendrán su recompensa”.
Realmente Jaime Ortega merece menos críticas que estos farsantes.

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