lunes, 31 de diciembre de 2012

“Hombres nuevos”… y baratos


René Gómez Manzano. CUBANET

En su alegato y promesa al pueblo de Cuba que intituló La Historia me absolverá, Fidel Castro escribió en 1953: “Ningún maestro debe ganar menos de doscientos pesos, como ningún profesor de segunda enseñanza debe ganar menos de trescientos cincuenta, si queremos que se dediquen enteramente a su elevada misión, sin tener que vivir asediados por toda clase de mezquinas privaciones”.

La unidad monetaria nacional tenía en aquella época un valor idéntico al de la divisa estadounidense, y si no perdemos de vista que cada dólar de los años cincuenta, por su poder adquisitivo, equivale a unos ocho de los actuales, entonces basta una sencilla multiplicación para comprender que, sólo para mantener el nivel de vida prometido por quien después se convirtió en Máximo Líder, un maestro primario cubano debería ganar hoy unos mil seiscientos dólares mensuales…

Como se sabe, los salarios que devengan en la actualidad esos trabajadores intelectuales equivalen a… ¡menos del dos por ciento de esa suma! Aquellos generosos ofrecimientos quedaron en letra muerta porque la promesa nunca se cumplió. Hoy existe una alarmante falta de docentes en toda la Isla, déficit que se ha tratado de cubrir con jóvenes improvisados, carentes de vocación — los llamados “maestros emergentes” —, que han hecho descender de modo alarmante la calidad de la enseñanza en nuestro Archipiélago.

Salarios análogos devengan los representantes de diversos oficios que, como consecuencia de ello, se encuentran en vías de extinción. Algo similar sucede con algunas profesiones — incluso médicos, abogados, ingenieros — cuyos miembros, aunque pueden percibir ingresos algo superiores, las abandonan para dedicarse a actividades más lucrativas, como cargar maletas o servir mesas, ya sea en el extranjero — si logran emigrar — o en la misma Cuba.

Los propagandistas del régimen expresan gran indignación por lo que denominan “robo internacional de cerebros”. Pero esa ira sólo se dirige a los profesionales que, al trabajar en otros países, lo hacen fuera del control de las autoridades castristas. Si se trata de especialistas cuyos opulentos salarios extranjeros son pagados directamente al régimen cubano (que se queda con la parte del león y pasa a los técnicos una modesta mesada), entonces ya no se habla de robo, sino de “internacionalismo”.

Tampoco existe preocupación alguna cuando un profesional que no puede viajar al extranjero, desesperado por sus magros ingresos, el exceso de trabajo y las pésimas condiciones, deja de ejercer su carrera para desempeñarse como maletero, dependiente o vendedor de maní. Este despilfarro interno de talento — que constituye una triste realidad en la Cuba de hoy — no despierta la menor preocupación en los actuales jerarcas de La Habana.

Mientras tanto, ahora se autorizan pequeños negocios, como los que durante tantos decenios fueron perseguidos y reprimidos. La condición fundamental que deben llenar para ser permitidos es mantener su pequeñez, como virtuales bonsáis. La política tributaria está concebida con ese fin, pues nadie debe incurrir en lo que el régimen considera un grave delito: enriquecerse. No en balde quienes tienen una vida por delante aspiran a emigrar, sin importar mucho a dónde.

Si hoy en día el peor par de zapatos cuesta doce dólares (más de medio sueldo mensual) y si un litro de aceite vegetal de baja calidad vale 2.40 dólares (un octavo del salario medio), entonces, ¿quién se asombrará porque la paga no baste ni remotamente para enfrentar los gastos corrientes de casa, comida, pareja, hijos, ropa, calzado, aseo, transporte, medicinas, agua, gas, electricidad, teléfono, reparaciones, esparcimiento, o cualquier otra cosa que pueda presentarse!

Como regla, esos salarios, prestaciones o ganancias no rebasan el límite internacional de pobreza; o sea, un dólar diario. Esto ha determinado que, según el recién concluido censo, la población cubana haya mermado en vez de aumentar. Esto sólo había sucedido en Cuba cuando la Reconcentración, aplicada por el capitán general español Valeriano Weyler durante la Guerra de Independencia, a fines del siglo XIX.

El problema consiste en que las parejas cubanas evitan hoy por todos los medios tener unos hijos que, con una economía que es puramente simbólica, les resulta imposible atender de manera apropiada. Si esto afectara sólo a los humanos, tal vez el gobierno, guiándose por su concepto de que lo más importante son la Patria y “la Revolución”, estaría justificado ante sus propios ojos por no prestarle mucha atención.

Pero es que también afecta de manera muy profunda al país, tanto en su presente como en su futuro, porque ante esa sombría realidad económica desaparecen la creatividad y el interés por los estudios o la superación. Se pierde el interés por el trabajo, la puntualidad y el cumplimiento o la alta productividad, al hacerse evidente que el esfuerzo y el sacrificio no van a reportarle nada a nadie.

Martí señaló muy acertadamente: “Se necesita ser próspero para ser bueno”. Sin un grado mínimo de bienestar se hace extremadamente difícil ser siquiera honrado. Hay una prueba irrefutable de que esto sigue siendo válido hoy: En 1959 existían sólo catorce prisiones en toda Cuba; hoy hay varios centenares. Todas ellas están abarrotadas de “hombres nuevos” formados por “la Revolución” al ahorrativo equivalente de veinte dólares mensuales, si no menos.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Como el ave Fénix


La única manera de saber dónde estamos parados es que el mito sea develado por la verdad de un informe médico sobre  el estado de la salud del  Presidente Chávez, eso de alguna manera es una necesidad que tenemos por diferentes razones la totalidad de los venezolanos que no nos hemos convertido en un mero apéndice de Cuba.

EDITORIAL. Analítica.com/Caracas

El mito del Ave Fénix es la base de muchas religiones que generan esperanzas en los mortales con la eventual resurrección del alma.  En nuestro país, dominado por la desinformación intencional generada por los servicios de inteligencia cubanos, se requiere crear el “Mito Chávez” con su eventual recuperación de una enfermedad mortal. A Chávez lo han pretendido convertir en una mezcla del Cid Campeador con el súper hombre de Nietzsche y el Ave Fénix.

Como no es inmortal hay que generar en la conciencia de la gente su presunta capacidad de poder superar cualquier obstáculo terrenal y así confirmar su carácter de hombre providencial e invencible.

Los cubanos que, ciertamente son competentes en manipular a su antojo la desinformación, han creado en nuestro país un verdadero estado de pánico y confusión con el manejo de la enfermedad de Chávez. Todo ello con la intención de mover sus cartas para seguir mandando en esta nueva rica provincia de Cuba.

Nos preguntamos ¿es que acaso el pueblo de Bolívar va a seguir comiéndose esa historia y permitir  que el destino de nuestra nación lo maneje, desde La Habana, una gerontocracia fracasada y despótica.? ¿No hay sangre en las venas de los venezolanos para sacudirse el yugo de la ocupación foránea ¿Es que acaso el país que surgió después de la guerra de independencia se va a convertir en una nueva colonia del comunismo cubano?

La única manera de saber dónde estamos parados es que el mito sea develado por la verdad de un informe médico sobre  el estado de la salud del  Presidente Chávez, eso de alguna manera es una necesidad que tenemos por diferentes razones la totalidad de los venezolanos que no nos hemos convertido en un mero apéndice de Cuba.

Tengamos dignidad y coraje y no sigamos permitiendo que los Castros sigan jugando, para su propio beneficio, con nuestro futuro.

Golpe de Estado

Fernando Ochoa Antich. EL UNIVERSAL

No tengo la menor duda. El oficialismo intentará conservar el poder por cualquier medio, incluyendo un golpe de Estado. Es posible que intenten violar flagrantemente la Constitución Nacional utilizando alguna de las tantas triquiñuelas jurídicas de las que nos tienen acostumbrado o en caso de no ser posible ese camino, sencillamente utilizarán la fuerza de manera descarnada. La justificación ética es la de siempre: preservar la revolución, como si esa palabra pudiera justificar todos los abusos de poder a que la camarilla gobernante ha sometido a Venezuela desde que alcanzaron el poder. He llegado a esta conclusión después de analizar detalladamente un conjunto de hechos que han venido ocurriendo en estos días con motivo a la  grave enfermedad que enfrenta Hugo Chávez.

 El primer hecho, es la ausencia del presidente de la República. Nadie conoce con precisión el estado de salud de Hugo Chávez ni quién ejerce sus delicadas funciones, ya que el vicepresidente no se ha juramentado para ejercer funciones de encargado del Poder Ejecutivo. Esta situación tan delicada surge por no haberse declarado la ausencia temporal del jefe del Estado como lo establece la Constitución Nacional y es lo que obliga a Nicolás Maduro a mentirle, una vez más, a los venezolanos al decir que había conversado con Hugo Chávez:, por más de veinte minutos, sobre distintos problemas de gobierno. Todo el mundo sabe que si  esto hubiese sido verdad, sus palabras habrían sido transmitidas, sin límite de tiempo, por Venezolana de Televisión y por Telesur.

El problema se agrava al finalizar el período presidencial el 10 de enero de 2013 y tener la obligación el presidente electo de la República de juramentarse para el nuevo período presidencial. Estoy convencido que Hugo Chávez no podrá hacerlo. No voy a entrar en disquisiciones jurídicas. El artículo 231 y 233 no requieren de interpretación alguna. El presidente electo debe juramentarse ante la Asamblea Nacional. Si por alguna razón no pudiese reunirse, el presidente electo se juramenta ante el Tribunal Supremo de Justicia. En todos los casos, el acto de juramentación debe realizarse en esa fecha con la presencia del presidente electo. De no hacerlo se encarga del Poder Ejecutivo el presidente de la Asamblea Nacional y se convoca a elecciones a los treinta días.

De todas maneras, el problema es político. El oficialismo controla suficientemente todas las instituciones para lograr que la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia interprete esos artículos a su conveniencia. Esa es la verdad. Allí no está el problema. Al chavismo  le preocupa que lo arbitrario de la decisión pudiese originar una gran protesta nacional. Convencidos de esta realidad, comisionaron a Diosdado Cabello para que, mediante una declaración, tratara de atemorizar a los sectores pacíficos de la oposición. No existe otra explicación para poder justificar una declaración tan imprudente: "el 10 de enero es un día como cualquiera. Si el presidente Chávez no está aquí será el TSJ. Esto lo vamos a defender rodilla en tierra, fusil al hombro y bayoneta calada".

No satisfecho con esta amenaza, consideraron necesario que hablara el ministro de la Defensa. El almirante Diego Molero Bellavia, mantuvo que: "ante una eventual ausencia de nuestro comandante en jefe, escenario que seguro estamos no va a presentarse, la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ya sabe que hacer: estar completamente preparada en el sentido de continuar  ideológicamente el camino trazado desde hace 14 años por el líder de la Revolución Bolivariana". El almirante Molero olvida que "la Fuerza Armada está al servicio exclusivo de la nación venezolana y en ningún caso al de persona o parcialidad política alguna". Por suerte, puedo dar fe de ello, una gran mayoría de los cuadros militares cumplirán cabalmente sus obligaciones constitucionales.

 Definitivamente, Hugo Chávez no está en condiciones, ni físicas ni mentales, para ejercer la presidencia de la República por un nuevo período. Esta verdad la conocen perfectamente sus posibles herederos políticos. Yo llegué a pensar que el chavismo sin Chávez tendría la inteligencia de negociar una solución constitucional que permitiera un proceso electoral con todas las garantías para la oposición. Esa es la única manera de lograr preservar su vigencia política. Lamentablemente, empiezo a pensar que estaba equivocado. El enfrentamiento entre la logia militar del 4 de febrero y el sector marxista los está obligando a radicalizar posiciones. Creo que hasta llegan a pensar, por lo menos los de origen militar, que no es descartable ni  la solución de un golpe de Estado.

Fidel Castro se despide de su amigo Hugo Chávez

Carlos Alberto Montaner. FIRMASPRESS

Hay fricciones serias en el ámbito chavista.

Diosdado Cabello quiere aplazar la toma de posesión de Chávez. Aparentemente, su propósito es darle tiempo a que se cure. Gente del entorno chavista opina que quiere darle tiempo a que se muera. Para él es más fácil maniobrar sin Chávez que con el caudillo respirando.

Es el escenario temido en La Habana. Fidel Castro, que sabe más que nadie de la salud de Hugo Chávez, el 15 de diciembre, en un breve texto construido dentro de la estructura de un obituario convencional, despidió en vida a su discípulo y les mandó un mensaje a los chavistas.

Así concluyó su escrito el viejo Comandante: “Tengo la seguridad de que ustedes con él, y aún por dolorosa que fuese la ausencia de él, serían capaces de continuar su obra”.

 Esta es la parte clave del comunicado. El resto es un cortés e intrascendente relleno.

Poco después de escrita esta nota se anunció que el presidente venezolano había tenido una insuficiencia respiratoria que los médicos habían conseguido aliviar. Antes, durante la operación, lograron controlar un peligroso sangramiento que lo puso al borde de la muerte.

En todo caso, el pronóstico es que Chávez, salvo que suceda algún milagro, hasta que expire, sufrirá frecuentes y crecientes problemas derivados de la debilidad general de su organismo, como cualquier enfermo de cáncer en la fase final de la enfermedad. Paradójicamente, la quimioterapia, que a veces contribuye a curar el mal, otras parece acelerarlo.

¿Tendrá razón Fidel Castro y los chavistas podrán continuar la obra del líder de la revolución bolivariana? Pero, ¿cuál es, en realidad, la obra de Chávez? 

En estos catorce años, este militar ha construido el estado más corrupto de América Latina. Según Transparency International ocupa el número 166 de un total de 176 países escrutados en el planeta.

Caracas, con 130 asesinatos por 100 000 habitantes, es la segunda ciudad más peligrosa del mundo. (Chicago, que es el matadero de Estados Unidos, apenas alcanza los 19).

El nivel venezolano de inflación anual, 29%, es el más alto de América Latina y uno de los peores del globo.

De ser un país receptor de inmigrantes, ha pasado a ser una insensible maquinaria de expulsión de venezolanos educados y emprendedores. Se estima en unos 500 000 los que se han radicado en el exterior, 200 000 mil de ellos en Estados Unidos. Se van con sus conocimientos y, cuando pueden, con sus capitales, hacia otros destinos más prometedores. Ésa es una incalculable sangría.

No obstante ser el país peor gobernado de América Latina, que ha visto cerrar 107 000 empresas durante el chavismo (de un total de 600 000), un 55% de los venezolanos votó por esa ríspida y empobrecedora manera de organizar la convivencia en las elecciones del pasado 7 de octubre.

¿Por qué? Porque el gobierno utiliza una parte sustancial de sus ingresos en lo que llaman “gasto social”. Unas treinta “misiones” se ocupan de instruir, subsidiar el consumo, curar enfermos y distribuir recursos de una manera terriblemente ineficaz, pero suficiente para comprar voluntades y generar una enorme red de clientes políticos y estómagos agradecidos.

¿Seguirá Nicolás Maduro, el heredero designado por Chávez, ese modelo de gerencia disparatada y corrupta, lenguaje incendiario, lucha de clases, antiamericanismo estridente, creciente estatismo, destrucción del tejido empresarial productivo y abundante e incosteable asistencialismo, fomentador de la dependencia y la irresponsabilidad ciudadana?

¿Es ese barullo revolucionario lo que Fidel Castro desea preservar, o son los diez mil millones de dólares anuales que Cuba recibe del gobierno de Venezuela por diversos conceptos, cifra publicada por el Instituto de Estudios Cubanos de la Universidad de Miami, incluidos 115 000 barriles diarios de petróleo?

Francamente, es difícil que el heredero de Chávez, quienquiera que sea, continúe por la senda trazada por el caudillo bolivariano. La deuda del país ha pasado del 35% del PIB en 1998 al 71% en el 2012. Una caída de los precios del petróleo generaría una catástrofe tremenda.

Obviamente, ya hay síntomas de que en el velorio del Caudillo comenzará una seria crisis entre sus delfines. No hay consenso en quién debe ser el heredero o en qué consiste el engendro legado por Chávez. Lo que todos saben, tirios y troyanos, es que el país va por muy mal camino.

¿Hasta cuándo? Ya basta


El poco tiempo que a veces pueden pasar padres y madres con sus hijos ya que apenas les alcanza para pagar lo básico trabajando horas extras mientras el partido que tiene la mayoría en la Cámara no cesa en su afán de hacerles, todavía más, la vida más dura, con la navaja de los recortes cada día más afilada, con tal de que los padres que sí tienen el tiempo suficiente para pasarlo entre sus hijos, no paguen un poco más, de lo que ya más bien poco pagan.

Pedro Caviedes. EL NUEVO HERALD

Uno de los daños principales que ha creado la guerra contra las drogas es brindarle a los cárteles, las pandillas y las guerrillas terroristas que se convirtieron en cárteles, el dinero suficiente para comprar armas. Armas. Sin las armas, la guerra contra las mafias que emprenden los gobiernos de los países donde se produce y trafica con drogas ilícitas, sería ganada muy fácilmente por estos. Son las armas las que matan policías, soldados, políticos que los contradicen y otros miembros de la sociedad que se les oponen, y los inocentes que caen entre las balas perdidas y los actos terroristas, además de a los mismos mafiosos que tienen la costumbre de exterminarse entre ellos cada vez que tienen un desacuerdo económico, sobre su negocio sin ley. Puede que en esos países haya, por diversas razones, más personas dispuestas a entrar en el mundo del hampa como forma de hacer fortuna, pero no llegarían tan lejos, de no ser por el armamento que adquieren, y los ejércitos de criminales, a su mando, que lo portan. Lo mismo puede decirse de los grupos fanáticos que se enfrentan a los soldados estadounidenses en países como Afganistán.

Claro que la cultura, la realidad socioeconómica de los países y su situación con respecto a rutas y campos de cultivo (en el primer caso), tienen una gran importancia en el nacimiento y desarrollo de estas multinacionales del crimen. Y por supuesto que la violencia muchas veces se expresa sin necesidad de una pistola. ¿Pero no les parece que el humano, en su, a veces, propensión a la autodestrucción, tendría menos posibilidades de aniquilarse, de extinguirse, si no existieran las armas nucleares? Pues de esa misma manera las víctimas de la guerra nacida por la maldición de las drogas ilícitas, o el terrorismo, serían muchísimas menos, si estos no contaran con tanto dinero para comprar fusiles.

Todo esto lo digo debido al discurso disparatado del vocero de la Asociación Nacional del Rifle (NRA por sus siglas en inglés) en el que defendía la venta indiscriminada de armamento, y proponía guardias armados en todos los colegios, de paso culpando a los videojuegos y las películas, de la nueva terrible, horrible, pavorosa (se me acaban los sustantivos) y triste, sobre todo triste, tragedia en Newtown, que ha tocado el corazón de todos los Estados Unidos. De todos menos el del susodicho vocero y la junta directiva de la NRA y el de los congresistas que les temen, al parecer, más que a un desequilibrado forrado de munición hasta los dientes entrando al colegio de sus hijos. Dicho sea de paso, en plena campaña presidencial sucedió la matanza de Aurora, y ni el presidente Obama, ni su contrincante Romney, tocaron a fondo este tema tan importante para el futuro de este país.

La magnitud del éxito de una nación se mide por varios factores, siendo una de las principales la seguridad y la tranquilidad de sus ciudadanos. Si todo un país tiene que armarse para defenderse, habría más bien que revisar las instituciones gubernamentales, en lugar de vender más rifles de asalto. No creo que se considere muy exitoso a un país donde profesoras y profesores tengan que dictar clase con una pistola.

En Estados Unidos cohabita el 5% de la población mundial, con el 50% de las armas del planeta. Por cada McDonald’s que hay en esta nación, existen cinco compraventas de armas y hay más de estos establecimientos que Starbucks en todo el mundo.

Sí, claro que habría que revisar la cultura, pero que yo sepa Al Capone jamás tocó un juego de video ni tampoco creo que fuese muy aficionado al cine, como tampoco un Escobar o un Bin Laden. En tal caso más habría que mirar problemas más profundos, como por ejemplo que un gobierno ordene una guerra basado en mentiras, o que dé luz verde a la tortura, sin ninguna consecuencia. ¿Qué mensaje les trasmite eso a los jóvenes? O el poco tiempo que a veces pueden pasar padres y madres con sus hijos ya que apenas les alcanza para pagar lo básico trabajando horas extras mientras el partido que tiene la mayoría en la Cámara no cesa en su afán de hacerles, todavía más, la vida más dura, con la navaja de los recortes cada día más afilada, con tal de que los padres que sí tienen el tiempo suficiente para pasarlo entre sus hijos, no paguen un poco más, de lo que ya más bien poco pagan.

Por favor, ¿hasta cuándo?

Ya basta.

sábado, 29 de diciembre de 2012

Broca del cafeto: la nueva plaga en Cuba


Mario J. Viera

El Granma hace mención de la nueva plaga que afecta a los cafetales de Cuba. Se trata de un breve artículo ─ solo de 308 palabras ─ redactado con el triunfalismo habitual de la prensa oficial y titulado “Control de la broca salva los cafetales espirituanos”. Es probable que a pocas personas pueda interesarles el tema y seguramente la gran mayoría de los lectores del Granma (si hay alguno), desconozca qué rayos es la broca.

La broca del cafeto es un diminuto insecto del Orden Coleoptera cuyo nombre científico es Hypothenemus hampei. Ferrari, considerado la plaga más desastrosa del café a escala mundial. Se dice oficialmente que se introdujo en Cuba entre 1995-1999 afectando las plantaciones cafetaleras de Santiago de Cuba y Granma para expandirse rápidamente hacia el resto del país afectando el 12% de las áreas dedicadas al cultivo del cafeto.

De acuerdo con el artículo del Granma las plantaciones del Escambray en Topes de Collantes y las de Manicaragua y Cumanayagua llegaron a presentar un índice de infestación de hasta un 20%.

La propagación de la broca hacia regiones distantes es una clara evidencia del mal manejo cuarentenario y de control de plagas y enfermedades en Cuba, pues la diseminación de este minúsculo y dañino insecto se hace por medios mecánicos. La hembra adulta puede volar poca distancia y el macho carece de alas y nunca abandona la cereza de café donde se ha desarrollado. El transporte de material infestado es el mecanismo de propagación de la broca.

La lucha contra la broca requiere aplicar métodos integrados de control, tales como prácticas agronómicas (deshierbe, recogida de frutos caídos, y regulación del sombreado); empleo del control biológico utilizando enemigos naturales del insecto como el hongo Beauveria bassiana, entre otros depredadores;  uso de trampas. El control químico es poco efectivo contra la broca.

Aplicando quizá este método de control integrado, y de acuerdo con Granma, el índice de infestaciones en Sancti Spiritus ha descendido al 4%. La pregunta que nos vemos obligado a plantearnos es ¿por cuánto tiempo se mantendrá este control de plaga? No debemos olvidar que en Cuba todo se hace por impulsos, se elaboran planes y luego se descuidan o abandonan, independientemente del mal manejo en el uso de los controles biológicos característico de la agricultura estatal.

Ya antes la producción cafetalera había sufrido con la presencia de la roya del cafeto producida por el hongo Hemileia vastatrix una de las enfermedades más dañinas para el cafeto mundialmente. Esta enfermedad se presentó en Cuba alrededor de la década del 70, probablemente procedente de Angola, aunque el régimen se empeñó en decir que se trataba de un ataque biológico proveniente de los Estados Unidos.

La paranoia castrista en 1977 acusó a los Estados Unidos como responsable de introducir en Cuba la enfermedad conocida como Carbón de la caña debida al hongo Ustilago scitaminea, Sydow. El primer brote del ataque fungoso se presentó en el municipio Pilón en Santiago de Cuba, apareciendo posteriormente en zonas del Municipio Bauta en La Habana. La infección en realidad procedía de Jamaica por transmisión aérea de las esporas del vector. El Carbón no hizo grandes estragos en la producción azucarera pues la mayoría de las variedades de caña cultivadas en el país poseían gran resistencia a esa enfermedad.

Muy diferente fue la diseminación de la roya de la caña debida al hongo Puccinia melanocephala H. y P. Sydow, que aunque entró al país por diseminación aérea también se le achacó a un ataque biológico de Estados Unidos. La extensión de la roya arrasó con los campos donde se cultivaba la maravillosa variedad cañera Barbados 4362 haciendo que la Jaronú 60-5 se convirtiera en la variedad cimera en la explotación cañera dada su alta resistencia a la P. melanocephala.

En el 2007 aparece una nueva enfermedad de tipo bacteriano esta vez afectando a los cítricos, el denominado Dragón Amarillo, el Huanglongbing  o HLB, enfermedad altamente destructiva y causante de la ruina de la industria del cítrico en varios países asiáticos. Su agente transmisor es un insecto denominado Diaphorina citri Kuwayana que se ha ido diseminando por Brasil, Venezuela, Argentina, México y la Florida.

Al menos, el gobierno castrista no ha lanzado esta vez acusaciones contra Estados Unidos de introducir en Cuba la broca del cafeto y el Dragón Amarillo.

Cuando el castrismo desaparezca habrá dejado al país un legado desastroso para la agricultura cubana, miles de hectáreas de tierras labrantías degradadas, la ruina de la industria azucarera y la presencia de plagas y enfermedades dañinas en cultivos de primera importancia.

viernes, 28 de diciembre de 2012

¿Doce meses más?


Mario J. Viera

Solo faltan cuatro días para llegar al 2013 y la llegada de un nuevo año invita a hacer un recuento de lo que nos dejó el año que termina. Sin embargo no me interesa resumir estos doces meses que ya llegan a su fin, sino elucubrar en lo que nos espera en ese inescrutable año 13 del segundo milenio de nuestra era.

Para los supersticiosos de siempre, el 13 es un número de mala suerte; en numerología la suma de sus valores absolutos da 4, y el 4 es representativo de lo terrenal, lo material y lo económico, también es el signo de lo práctico, de la lealtad y de la rigidez. El 13 es un número considerado kármico significando a la muerte como transformación.

Para mí este año 13 es una incógnita, una esperanza y una premonición, todo a la vez. Personalmente no sé si este sea mi último año de vida o si será otro año más de permanencia en esta dimensión. Arcano para mí ─ y para cualquier otro humano ─, indescifrable.

De algo si estoy convencido: el 2013 serán otros doce meses de nostalgia en la grisura del exilio. Doce meses recordando el pasado, los días felices ─ y hasta los no tan felices ─ transcurridos en mi infancia y juventud en la isla de mis ensueños, en Cuba.

Me angustia pensar que sobre Cuba transcurran doce meses más sin cambio alguno; doce meses más de inmovilismo, de soportar el poder de una jauría de ancianos mediocres y ambiciosos. Me complace pensar que tal vez Tanatos haya reservado el año 13 para hacer cosecha en los predios de la gerontocracia isleña. Hace tiempo ya que ellos están de más, no representan el progreso, nunca lo representaron, aunque todavía quedan bastantes representantes de la estulticia humana que se lo creen; ¡Qué se la va a hacer! Siempre hay y habrá tontos y cegatos. Si faltan, nadie les extrañará; quedarán como un mal recuerdo; quizá como constancia de una amarga experiencia; la experiencia de no volver a creer en ídolos falsos, ni en supremos salvadores humanos.

¿Doce meses más? ¿Será posible que los “históricos”, los serranos, sigan inamovibles en sus puestos?

Pero doce meses ─en política ─ es mucho tiempo y en ese lapsus pueden suceder muchas cosas. ¿Qué sucedería ─ especulemos ─ si ciertamente Hugo Chávez está enfermo de cáncer y finalmente muriera? Sería un desastre, no para el pueblo de Cuba, no para los venezolanos, sino para los jerarcas del verde olivo. ¿A quién recurrirían los desastrosos manipuladores de la economía de Cuba? ¿De nuevo a los rusos? ¿A los chinos, tal vez? No, ni rusos ni chinos están dispuestos a subsidiar una utopía fracasada; si invierten exigen intereses contados en buenos dólares o euros… Pero, sí, quizá Hugo Chávez se muera, todo puede suceder ¿tal vez no?

Seguiré especulando. No les deseo la muerte a los hermanos Castro, ni a ese viejo mañoso de Machado Ventura, ni a ese sociópata de Ramiro Valdés, lo único que les deseo es que descansen apaciblemente en hermosos y orlados mausoleos, alejados de las intrigas y de las ambiciones mundanas. Quizá esto se cumpla dentro de este espacio de doce meses. ¿Qué ocurriría entonces?

Cuando hay un cadáver siempre hay buitres y hienas, y los buitres y las hienas se disputan los despojos. Ya atisban los buitres, ya se preparan para el banquete, aguardan su oportunidad ¿Llegarán a saciarse? La revolución apesta, ya apestaba a cadáver desde su nacimiento. La revolución falseada agoniza. ¿Soportará otros doce meses más? El 13 es simbólico: Muerte y renovación. Fenece lo disforme y se renueva la vida. Pronto la palabra “revolución” en Cuba tendrá la connotación de una palabra obscena.

¿Hasta cuándo?


Juan González Febles. CUBA ACTUALIDAD (PD)
El nepotismo borbónico entronizado por el general presidente, heredero y nunca electo Raúl Castro, se va más allá de todos los límites.

Su hija, la zarina indiscutida del espacio sexual y de la proyección de la nueva imagen del ex ministro de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR) y además ex gestor, administrador y promotor de las UMAP, el actual presidente y general de ejército Raúl Castro, ha sido "electa" diputada al parlamento sin debates, entronizado en Cuba por voluntad de su tío y de su padre. La Dra. Mariela Castro Espín, hija de Raúl Castro ya es miembro de la Asamblea Nacional del Poder Popular, "elegida" por el municipio Plaza de La Habana.

Esto da aliento a rumores que apuntaron en su momento a que el coronel Alejandro Castro Espín, ─ también hijo del presidente ─ se convertiría en flamante general sin batallas de las FAR.

El paso de dictadura militar totalitaria comunista a dictadura militar totalitaria capitalista y de corte fascista, conlleva costos. Como falla el componente populista clientelar, porque no tiene con qué ni de dónde sacarlo, al general Raúl Castro le tocó lidiar con un desastre del que se desentendía, pero del que ya no puede desentenderse más. Heredero de una ruina total, el general presidente optó por la fórmula que alcanzó su clímax con aquel tirano de opereta dominicano, Rafael Leónidas Trujillo, que más allá de sus ridículas payasadas, dejó una estela de crueldad y abusos que traspuso las páginas de la historia, para quedar inmortalizado como personaje por Mario Vargas Llosa. El nepotismo que afirmó Trujillo-Chapitas está igualado, si no superado por creces, por el general presidente. Sobre la crueldad puede afirmarse otro tanto. Solo que la crueldad brutal de Trujillo, en el caso del general, llega atemperada y atenuada por la fría eficiencia tomada de Stassi y KGB.

Si Fidel Castro racionalizó la opresión contra el pueblo cubano y la hizo potable para el mundo, el general presidente tiene una no menos difícil tarea: le toca dar permanencia y continuidad a aquel proyecto. Tendrá que hacerlo sin la fantasía ideológica que promovió el hermano mayor y además, sin su carisma.

Por suerte para el general presidente, cuenta con el entrañable y tolerante enemigo del Norte y con esa siempre conveniente visión política astigmática de todo y todas las cosas. Mientras vende o alquila la isla a capitales extranjeros complacientes, lava dinero y mantiene el engañoso discurso de la eterna confrontación contra el "imperialismo yanqui". De forma paralela, reparte una piñata entre familiares y allegados y así, encauza la corrupción por el camino correcto.

A su favor puede decirse que hasta ahora, ninguno de sus hijos se acogió a la Ley de Ajuste Cubano. Pero de ser cierto lo que se ha publicado en algunos medios internacionales, la flamante diputada, Dra. Castro Espín, cuenta con varias ciudadanías europeas que en su momento le permitirán poner a cubierto algunos activos familiares en la jungla bancaria internacional.

La pregunta que muchas personas se hacen dentro y fuera de Cuba es, ¿hasta cuándo durará la fantasía política, nepotista, borbónica y polichinela del general presidente?

Elecciones 2013, otra gran estafa


En las sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular ni siquiera ha habido un voto discordante respecto a las propuestas del gobierno (un verdadero record de unanimidad), ni debates serios y democráticos sobre la catastrófica situación nacional.  

Oscar Espinosa Chepe. CUBANET

Las supuestas elecciones de los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular y los delegados a las 14 asambleas provinciales se realizarán el próximo 3 de febrero.  Esta obra teatral se inició con los comicios para elegir los delegados municipales, celebrados el 21 de octubre. Estos fueron organizados, como es tradicional, fundamentalmente por los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), representación de la Seguridad del Estado a nivel de cuadra, con la tarea central de la observancia de la disciplina revolucionaria. Los CDR están facultados para conceder “avales” para obtener puestos de trabajo en el turismo, empresas mixtas y otros lugares ansiados;  matrículas en determinados centros de enseñanza y otros asuntos decisivos  para cualquier persona en Cuba.  Los ciudadanos que no sean miembros de esa temida organización o se muestren apáticos a las tareas asignadas por ella  es poco probable que puedan progresar en la sociedad cubana, por el contrario, con una oculta negativa, una familia completa puede hasta perder lo obtenido,  por lo cual la mayoría de los vecinos procuran mantener las mejores relaciones con los CDR para no perjudicarse, aunque no se sientan afines al gobierno.

En estas condiciones son elegidos los candidatos a delegados municipales a mano alzada, en asambleas organizadas por la pretendida “organización de masas no gubernamental”;  sin existir ningún debate previo sobre los programas que  se proponen realizar si fueran elegidos, ni mucho menos  exponer análisis serios acerca de la grave situación nacional existente u opinar sobre el poder omnímodo ejercido por el Partido Comunista (PCC).  En un ambiente de miedo y coerción, nadie se atreve a levantar sus brazos para apoyar a una persona que pudiera considerarse ligeramente liberal.  Por eso no sorprende que la inmensa mayoría de los candidatos designados sean miembros de las fuerzas armadas o militantes del PCC.

El proceso continuó con las propuestas de la nominación de diputados y delegados provinciales, conformadas por las Comisiones de Candidatura integradas por la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP), la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM) y la Federación Estudiantil Universitaria (FEU).  Dichas comisiones  deberán ser presididas por la CTC. De acuerdo con lo establecido, un 50,0% de los seleccionados proceden de los delegados municipales recién electos y el 50,0% restante usualmente responde a los niveles superiores del PCC y el gobierno.

Para las elecciones del 3 de febrero se propusieron 612 candidatos a diputados y 1269 a delegados provinciales.  Está claro que estas comisiones resultan fieles instrumentos del PCC y ejecutan sus directrices, en particular en la selección de los “candidatos”, escogidos fundamentalmente por el grado de sometimiento o la existencia de relaciones estrechas con los máximos dirigentes del país. De esa forma los ungidos, al carecer de contrincantes y haber sido ratificados por las 168 asambleas municipales del Poder Popular el 16 de diciembre, de hecho ya han sido “elegidos muy democráticamente”, con lo cual las pretendidas elecciones del 3 de febrero no son más que opereta burlesca, con la lamentable participación de amplios sectores ciudadanos que, citados oficialmente por los CDR y temerosos de significarse, acuden a  los centros de votación para ejecutar un acto que conocen de antemano es una pura farsa.

Por consiguiente, resulta evidente la carencia de legitimidad de la Asamblea Nacional y las demás instancias del auto titulado Poder Popular. En las sesiones de esta Asamblea, creada en 1976, ni siquiera ha habido un voto discordante respecto a las propuestas del gobierno (un verdadero record de unanimidad), ni debates serios y democráticos sobre la catastrófica situación nacional.   Sin embargo, si ha sido abundante la genuflexión y la falta de decoro por parte de quienes, según la actual Constitución, son miembros del “…órgano supremo del poder del Estado”… y supuestamente “…el único órgano con potestad constituyente y legislativa en la Republica”.

Como resultado, no es casual la falta de interés de la población sobre la escenografía que se pretende presentar como verdaderas elecciones, cuando son en realidad colosales burlas, peores incluso que las farsas electorales organizadas por la tiranía de Batista.  Quienes participen de una u otra forma en esta estafa, asumen una gran responsabilidad histórica y recibirán en un futuro no muy distante igual desprecio que quienes se prestaron a las indecentes manipulaciones electoreras realizadas en los años 50.

¿Y dónde anda la calidad de país?


Francisco Rivero Valera. EL UNIVERSAL
En Venezuela la economía no tiene pies ni cabeza.

El ingreso per cápita anual de los venezolanos es de 10.810 dólares. El de los japoneses: 45.903. Y el de la gente de Luxemburgo: 115.038. Banco Mundial.

¿Y dónde está la diferencia?

En la disciplina económica

Japón y Luxemburgo manejan su economía con personal experto en control de calidad.

En Venezuela la economía es manejada por gente que parece tener mucha importancia política y poco de ese nivel de competencia profesional requerida para el eficiente desempeño. Por lo tanto, no tiene pies ni cabeza, ni principio ni fin. Y no es auditable.

Japón y Luxemburgo realizan el mejoramiento continuo de sus productos y servicios, identificando y corrigiendo cada error y desperfecto hasta lograr resultados de óptima calidad.

Venezuela realiza pruebas de ensayo y error. Recicla medidas económicas que ofrecen solo beneficio político. No corrige errores y obtiene productos y servicios de pésima calidad.

En Venezuela, las estrategias económicas son transitorias y llevan el nombre del ministro de turno. Ahora son de Giordani. En Japón y Luxemburgo son permanentes, con un solo nombre: Calidad Total.

Y Calidad Total es una filosofía, cultura, estrategia o estilo gerencial de un país o de una empresa, en la cual todas las personas estudian, practican, participan y fomentan el mejoramiento continuo de la calidad. K Ishikawa.

Se denomina Calidad Total porque tiene como objetivo lograr la máxima satisfacción del cliente al ofrecerle un producto o servicio de alto grado de calidad. Y es total porque requiere del compromiso de todos los trabajadores del país. O sea, es la satisfacción obtenida con el control de calidad en todos los aspectos del país para lograr productos o servicios con alto grado de calidad, sin defectos.

Esto quiere decir que la solvencia o solidez económica de muchos países no es producto de la suerte o de estar probando teorías económicas, como disparando perdigones con una escopeta, sino del trabajo constante de expertos en calidad y reingeniería del pensamiento para lograr nuevos paradigmas filosóficos, culturales, estratégicos y de conocimientos en toda la población, comenzando por el presidente.

De esa manera surgió el milagro japonés que cambió al país en bancarrota en 1945, ocasionada por la Segunda Guerra Mundial, por una nación con grandes inversiones en el extranjero en electrónica, automóviles y maquinaria en general, calculadas en 880 billones de dólares en el 2011.

Venezuela, en cambio, va caminando en sentido contrario. La economía del país parece una piñata, llevando golpes ciegos de supuestos expertos, con pésimos resultados en productos y servicios. Su inversión directa en el extranjero es de apenas 1.891 millones. Cepal. Y, en atención y satisfacción del cliente, es el país de las colas: cada día son más comunes, masivas y generalizadas en bancos, oficinas públicas y demás, como signo directo del atraso porque, mientras más ineficiente sea un servicio, mayores serán las colas, la insatisfacción del cliente y el subdesarrollo del país.

En pocas palabras, el desarrollo económico, cultural o filosófico de un país no depende de la politiquería de un gobierno sino de la calidad de trabajo de cada uno de sus habitantes. Al fin y al cabo, la calidad no es un accidente, siempre resulta de 4 cosas: intención, esfuerzo sincero, dirección inteligente y ejecutoria con talento. W Foster.

Creo que llegó el año de despertar. Y de cambiar de actitud para salir de abajo.
Que así sea.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Un error de Benedicto XVI


Fernando Mires. Blog POLIS

En su alocución al Colegio cardenalicio, a la Curia Romana y a la Gobernación el 21 de Diciembre, Benedicto XVl aludió de modo errado a una frase que hizo famosa Simone de Beauvoir. apoyándose en un tratado "cuidadosamente documentado" del rabino de Francia Gilles Bernheim. La frase es: "No se nace mujer, se llega a serlo".

 "Según esta filosofía" ─ dijo Benedicto ─ "el sexo ya no es un dato originario de la naturaleza, que el hombre debe aceptar y llenar personalmente de sentido, sino un papel social del que se decide autónomamente, mientras que hasta ahora era la sociedad la que decidía. La falacia profunda de esta teoría y de la revolución antropológica que subyace en ella es evidente. El hombre niega tener una naturaleza preconstituida por su corporeidad, que caracteriza al ser humano

Sin embargo, cualquiera persona que ha leído el libro “El Segundo Sexo” de Simone de Beauvoir sabe que la autora no se refería a la determinación biológica de la mujer, como suponen Benedicto XVl y el rabino de Francia Gilles Bernheim, sino a roles que le han sido históricamente asignados bajo condiciones determinadas por un orden social y cultural definido como patriarcal.

Llegar a ser mujer significaba para Simone de Beauvoir conformarse con el rol de materia no-pensante asignada por ese orden socio-sexual que ella consideraba, por muchas razones,  injusto. Nunca escribió de Beauvoir que la mujer debería liberarse de su condición biológica, como mal interpreta el Papa.

De la misma manera podría decirse: “No se nace hombre, se llega a serlo”.

Y así es. Todos quienes fuimos una vez educados para ser “verdaderos hombres”, aprendimos desde niños a no mostrar dolor ni sentimientos, nunca llorar, y a que las labores del hogar deberían ser realizadas solo por mujeres. Si tantos de mi generación nos sentimos cuando jóvenes identificados con “La ciudad y los perros” del premio Nobel Mario Vargas Llosa, fue porque esa fábrica de hombres que era la escuela militar de su país no difería demasiado de los brutales “liceos de hombres” donde fuimos educados. Quien sabe cuántas niñas llenas de talento fueron a su vez entontecidas por instituciones destinadas a formar “mujercitas” (título de la famosa novela de Louisa May Alcott). Esos valores falsos e injustos se han ido extinguiendo en ese Occidente al cual pertenece y ha dado forma la Iglesia Católica. Pero no se han extinguido como el agua en el vapor. Han sido extinguidos gracias a personas como Simone de Beauvoir.

 Quien escribe estas líneas no concuerda en todos los puntos con el libro de Simone de Beauvoir, escrito, por lo demás, hace ya muchos años. Pero adjudicarle a ella responsabilidad en los experimentos y mutaciones bio-sexuales que tienen lugar en nuestro tiempo es, por decir lo menos, algo muy desproporcionado.

 El Papa Benedicto ha sido muchas veces mal interpretado. Ahora él es quien malinterpreta a una autora que hizo mucho por reivindicar la igualdad social y cultural de las mujeres. Esa igualdad es una condición y no un obstáculo para resguardar el propio sentido de la familia que defiende Benedicto.  Más aún, la lucha por la libertad del ser ─ en este caso, el ser de la mujer ─ es, de acuerdo al ejemplo dado por María, una de las condiciones que se requieren para acceder al mundo de la comunión religiosa. Y eso vale para todos: Tanto para los nosotros como para las nosotras.

martes, 25 de diciembre de 2012

Habladores de paja


Simón Bocanegra. TAL CUALdigital.
Hay un espécimen de venezolano, por lo general de clase media, profesional, dizque politizado aunque esencialmente es un hablador de pendejadas, que suele aparecer en todo su esplendor cuando se produce un revés electoral.

 Entonces él "sabe" lo que pasó, tiene la explicación "perfecta": los partidos y los políticos son una mierda. Muchos, no sé si la mayoría, ni siquiera votan pero, curiosamente, no sienten absolutamente ninguna responsabilidad, ni remordimiento, por los elevados y nefastos índices de abstención, que ellos contribuyen a manifestarse.

 Pero a la hora de juzgar se desatan. "Aveledo es un bolsa"; "los partidos son todos iguales: no sirven para un carajo"; "el político que no es ladrón ─ que todos lo son ─ es marico" y así, ad infinitum y ad nauseam.

Sin embargo, ¿quién pone 120 mil miembros de mesa y no sé cuántos miles de testigos en todos los centros electorales, para cuidar los votos? ¿Sobre qué estructuras, con todo lo precarias que aún son ─ peor sería nada ─, descansa la campaña electoral? ¿Quién levanta los reales, paga y pega millones de afiches para informar a todo el mundo, incluyendo a esos charlatanes, quiénes son los candidatos? ¿Quién organiza marchas, mítines, caravanas y toda la parafernalia electoral, que también cuesta una bola? ¿Quién cuenta y vigila todos los votos, incluyendo los de ellos? ¿Quiénes son los que vocean, van de casa en casa, distribuyen volantes, y a veces se calan las cayapas de los matones del gobierno?

Las respuestas son de cajón, pero esos "analistas" de cartón piedra jamás se detienen a formularse las preguntas y, muchísimo menos, a responderlas, como no sea con sus banalidades y naderías.

 Muchísimo menos a meter la mano para tratar de ayudar. Toda elección cuyo resultado es desfavorable deja esa resaca, qué se le va a hacer. En fin, Felices Pascuas y Año Nuevo  

Por qué no les creo


Jorge Ramos

“Lo peor de todo es que, pronto, otra masacre volverá a ocurrir en Estados Unidos. Está anunciado.” Esto lo escribí hace cinco meses, después de la matanza en un cine de Aurora, Colorado, donde murieron 12 personas. No había que ser brujo o vidente para pronosticarlo. Estaban dadas todas las condiciones para otra masacre: acceso ilimitado de armas y un Congreso temeroso a poner nuevas restricciones a sus ventas. Y pasó: 27 personas fueron asesinadas en una escuela de Newtown, Connecticut, incluyendo a 20 niños.

Ya no les creo a los políticos que dicen que van a imponer límites al uso de armas. Siempre dicen lo mismo después de una masacre y no hacen nada. Tras la muerte de 15 personas en la escuela secundaria Columbine, en Colorado, en 1999 no hicieron nada. Tampoco tras el asesinato de 32 en la universidad Virginia Tech en el 2007. Y ahora, tras el asesinato de una veintena de niños, dicen que sí van a hacer algo al respecto pero tienen cero credibilidad. Por eso no les creo.

La realidad es que tenemos un Congreso con miedo. La mayoría de los congresistas temen proponer nuevas leyes que limiten el uso de armas. ¿Por qué? Porque se enfrentarían a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y a los millones de dólares que la poderosa organización podría invertir en su contra en las próximas elecciones. Como me comentó el representante de Illinois, Luis Gutiérrez, para cambiar las leyes actuales se necesitan muchos congresistas dispuestos a perder su puesto. Y, la verdad, yo no conozco a muchos congresistas así.

Esta es la realidad que es preciso cambiar. En ningún país del mundo hay tantas masacres en escuelas como en Estados Unidos. En esta nación hay, aproximadamente, un arma por cada uno de sus más de 300 millones de habitantes. Uno de cada tres hogares tiene una pistola o un rifle. Y es más fácil conseguir un arma para matar que una medicina sin receta médica.

El rifle utilizado por el pistolero es muy similar al que usan las tropas de Estados Unidos en las guerras de Afganistán e Irak. Poseer un rifle de ese calibre solo puede tener un propósito: matar a seres humanos. Nunca he escuchado de un cazador que sale en busca de venados con rifles que disparan ráfagas de balas al tocar una sola vez el gatillo.

Es un argumento falso el decir que con más armas estamos más seguros. Japón ha demostrado que con menos armas hay menos asesinatos. Ahí los ciudadanos, con muy raras excepciones, tienen prohibido portar armas.

Después de una masacre como esta, siempre acaban diciendo que el responsable estaba “loco”. Pero la diferencia en Estados Unidos es que esos “locos”, si de verdad lo fueran, tienen acceso irrestricto a armas de fuego. Sin armas de fuego, los problemas y las venganzas personales de Adam Lanza no hubieran culminado en una matanza.

En estos momentos es impensable en Estados Unidos eliminar la segunda enmienda de la Constitución, que garantiza la compra y uso de armas para cualquier ciudadano. Pero ciertamente las circunstancias que vivimos ahora son muy distintas a las que motivaron en 1791 a que se aprobara dicha enmienda. Aquí, lo verdaderamente radical, sería el buscar la erradicación de la segunda enmienda. Pero no hay la voluntad política, siquiera, para plantear la idea en el Congreso.

En abril del 2007 viajé a Blacksburg para cubrir la matanza de 32 personas en la universidad de Virginia Tech. En esa ocasión me sorprendió como en un momento puedes estar tomando una clase de alemán o de hidrología y, al siguiente, estás muerto.

Poco después escribí que era “una locura que un perturbado mental como Cho Seung Hui pueda comprar fácilmente armas de ataque en Estados Unidos.” Y concluí con pesimismo: “Nada va a cambiar.” Desafortunadamente, tuve razón hace cinco años. Las masacres se han repetido una tras otra. Y ahora estamos esperando la que sigue. Pronto.

Aun si los congresistas norteamericanos se atrevieran a poner a un lado sus diferencias políticas y lograran un acuerdo para limitar el uso de armas de combate, millones de pistolas y rifles seguirían en circulación. Y eso no tocaría, ni en lo más mínimo, la cultura de violencia que reina en Estados Unidos, desde sus dos guerras hasta sus juegos de video.

Por eso no les creo a los políticos norteamericanos cuando dicen que ahora sí es el momento para hacer algo que evite más masacres como la de Newtown. Cierto, Estados Unidos vive un duelo similar al ocurrido después de los actos terroristas del 11 de septiembre del 2001. Hay esa terrible sensación de que cualquiera de nosotros pudo haber sido el padre o la madre de uno de los 20 niños asesinados.

Pero temo concluir con el mismo pesimismo que antes: nada va a cambiar y, otra vez, solo estamos esperando a que ocurra la siguiente masacre. Basta saber cuándo y dónde.