Mario J. Viera
Responder a esta pregunta es casi como reproducir el
conflicto de Hamlet. Bloomberg y Sanders, son dos personajes contradictorios
entre sí. El primero, un millonario demagogo que confía en el poder del dinero
para alcanzar el poder político; el segundo, un socialista delirante que confía
en el poder de las masas que se sienten frustradas en sus aspiraciones de
mejoramiento social, para, también, alcanzar el poder político.
El dilema que me planteo, y que muchos, dentro del electorado
demócrata, se deben estar planteando, es deducir, cuál de los candidatos que
aspiran a la nominación al Partido Demócrata, tiene mayores posibilidades de
derrotar a Trump en noviembre. Se han barajado diferentes nombres, según la afinidad
o simpatías que se tengan a favor de uno u otro de los candidatos. Algunos se
deciden a favor de Joe Biden, otros por Pete Buttigieg, o por la senadora Elizabeth
Warren; o tal vez, por Amy Klobuchar; pero los dos candidatos que más pasiones
generan, son precisamente los de la pregunta inicial: Mike Bloomberg y Bernie
Sanders. Sanders con, hasta ahora, 45 delegados, en tanto Bloomberg no ha
ganado ninguno.
Bloomberg y Sanders son los candidatos que, al mismo tiempo,
generan más pasiones y más dudas. Ambos cuentan con ardorosos y efusivos
partidarios, tanto que los dos grupos de partidarios parecen combatientes
atrincherados dentro de sus respectivas posiciones. ¡Ni un paso atrás!,
aparenta ser la consigna de los dos grupos. Cada una de estas secciones parecen
semejarse en mucho con aquellos que, en el bando contrario, forman la base
electoral de Donald Trump. Todo esto hace evidente que, dentro del electorado
demócrata, existe un amplio abanico de posiciones ideológicas, que abarca,
desde una derecha moderada hasta una izquierda dura.
Más que apostar a favor de la agenda en particular que los
candidatos propongan, la tendencia actual, parece ser la de apostar por aquel
que cuente con mayores posibilidades de vencer a Trump; pero ¿se ha considerado
cuál es el candidato que, de ganar la presidencia, le conviene más a Estados
Unidos en un periodo post trumpista? ¿Será Bloomberg o será Sanders; o será
otro muy distante de ambos aspirantes? Particularmente siempre he pensado que
la opción demócrata para las elecciones presidenciales debiera ser una, ahora y
por el momento, la de nominar a un candidato que tuviera las mayores
probabilidades de derrotar a Trump. En realidad, la opción para nominar un
candidato debiera formularse sobre dos criterios: 1) posibilidad de derrotar a
Trump, y 2) ser el presidente necesario.
Entonces, analicemos. ¿Qué posibilidades ciertas tienen
Bloomberg y Sanders de ganar la nominación? Sanders hasta el momento cuenta con
45 delegados de los 1 991, que se requieren para ganar la nominación. ¿Qué posibilidades
tiene para ganarse los 54 delegados que aportan las primarias de Carolina del
Sur el próximo 29 de febrero? Las encuestas muestran a Joe Biden como el
favorito en Carolina del Sur, con el 24%; Sanders en segundo lugar cinco puntos
porcentuales por debajo de Biden (19%); Tom Steyer, en tercer lugar, con 15%;
Pete Buttigieg, 7%; Elizabeth Warren, 6%. Bloomberg tiene depositadas todas sus
esperanzas, y 124 millones de dólares en campaña en los 14 estados que, en el
Supermartes, aportan 1,357 delegados. No obstante, Sanders se va a Texas y
California los que, en conjunto, aportan 643 delegados de los 1,357 que se
discuten el 3 de marzo. Si gana en esos dos estados, Sanders habrá captado el
47% de los delegados del supermartes.
Sanders tiene muchísimas posibilidades de ganar la
nominación, a no ser que... Bloomberg. en un tuit, le restriega en la cara que
había encomiado a la dictadura castrista con motivo de la campaña de
alfabetización que, en 1961, impulsó Castro, un hombre que había dejado “un oscuro legado de campos de trabajo,
opresión religiosa, pobreza generalizada, pelotones de fusilamiento y el
asesinato de miles de sus propios ciudadanos”.
Y desde el campo de Biden, un comunicado alerta
contra el senador de Vermont: “Ya hemos
tenido un presidente que elogia a dictadores y sus prácticas mafiosas. Que
nadie se engañe los comentarios de Bernie Sanders sobre Fidel Castro son parte
de un patrón extendido a lo largo de su vida de abrazar líderes autocráticos”.
Y Buttigieg, usando el Twitter consideró que Estados Unidos necesita “un presidente que sea extremadamente claro a
la hora de posicionarse contra los regímenes que violan los derechos humanos”.
Ya en Nevada Buttigieg había declarado: “Antes
de que nos precipitemos a nominar a Sanders en la única oportunidad que tenemos
de acabar con este presidente, echemos una ojeada a lo que está en juego, para
nuestro partido, para nuestros valores y para aquellos que tienen mucho que
perder”. Concluyendo luego: “Creo que
la mejor manera de derrotar a Donald Trump es ampliar y galvanizar una mayoría
que nos apoye en temas críticos. El senador Sanders cree en una revolución
inflexible e ideológica que deja fuera a la mayoría de los demócratas, por no
hablar de la mayoría de los americanos”; aunque luego, en el debate de
Carolina del Sur se muestra más conciliador:
“No me entusiasma un
posible escenario en el que todo se reduzca a Donald Trump y su nostalgia por
el orden social de los '50, y Bernie Sanders y su nostalgia por las políticas
revolucionarias de los '60". Esto se trata del año 2020. No vamos a
sobrevivir o tener éxito, y ciertamente no
vamos a ganar reviviendo la Guerra Fría, y no vamos a ganar esos puestos clave
en el Senado y en la Cámara si quienes compiten por los escaños tienen que
explicar por qué el candidato del
partido demócrata está diciéndole a la gente que mire el lado bueno del régimen
de Castro”.
Sanders limita su defensa a decir de que no es un radical y
haciendo un señalamiento sobre lo que ha sido la política internacional de
Estados Unidos por mucho tiempo: “Sería
una buena idea ser honestos acerca de nuestra política exterior. Estados Unidos
ha derrocado a gobiernos en todo el mundo, en Chile, en Guatemala, en Irán, Y
cuando las dictaduras, ya sean la china o la cubana, hacen algo bueno, hay que
reconocerlo, pero no hay que
intercambiar cartas de amor con ellos”.
Por supuesto que Bloomberg no salió librado de críticas,
aunque menos agresivas que las recibidas en Nevada, la más aguda fue la que el
casi ignorado y también multimillonario candidato Tom Steyer, expresó: “Estamos ante un partido que ha decidido que
vamos a apoyar a alguien que es un socialista demócrata o alguien que tiene una
larga historia de ser republicano”, dijo haciendo referencia al hecho de
que Bloomberg, por mucho tiempo se alineaba con el Partido Republicano. Y
expresó su temor ante el avance de Sanders en las encuestas y las posibilidades
de influjo ad captandum vulgus de la
millonaria propaganda que impulsa Bloomberg: “Tengo miedo, si vamos a uno de esos extremos, corremos un riesgo
terrible de reelegir a Donald Trump”.
¿Qué posibilidades tienen Bloomberg y Sanders de derrotar a
Trump, si alguno de ellos llega a ser el nominado? Pienso que las mismas que pueda
tener cualquiera de los otros aspirantes. Siempre el voto de castigo puede
darle al candidato demócrata, buenos dividendos. Y como presidente, ¿cuál sería
el más indicado, Bloomberg o Sanders? Eso ya es, como se dice, harina de otro
costal. Desde mi particular punto vista, pienso que ninguno de los dos.
Bloomberg solo haría alguna que otra reforma cosmética, lo haría mejor que
Trump, pero todo seguiría siendo más de lo mismo con lo mismo. ¿Sanders? Sus
reformas más radicales, posiblemente como la promoción de una tercera vía entre
el neoliberalismo y la socialdemocracia, inspirada en las tesis de Anthony
Giddens, una tercera vía de desarrollo social que Tony Blair intentó impulsar
en 1998 en Inglaterra y que estruendosamente fracasara; quizá también adelantar
reformas audaces como las existentes en el socialismo del llamado modelo
escandinavo, en Noruega, Suecia y Dinamarca. Algo bien difícil de que logre hacer
pasar y con el inconveniente de que el modelo escandinavo, según el criterio de
los especialistas, es funcional en países de poca población.
Como en una ocasión dije, Obama no pudo desarrollar gran
parte de su agenda política, mucho más moderada que la de Sanders, entonces
cómo se puede creer que Sanders pueda impulsar la suya con éxito. Sanders si
llegara a la presidencia, desde el primer día sería el clásico pato cojo. y
solo sería humareda que el viento se lleva.
Entonces, ¿Bloomberg o Sanders? Yo respondería diciendo:
¡Ninguno de los dos! Y si se me diera licencia para apuntar al candidato que
mejor le fuera a Estados Unidos como Presidente, señalaría sin pensarlo dos
veces: ¡Joe Biden! Desgraciadamente, Biden no parece despegar y se ha mostrado
opaco, es como que su tiempo ya es pasado; que ese tiempo debió haber sido en
las elecciones de 2016.