domingo, 30 de enero de 2022

REPLICA A UN ARTICULO DE LA ECONOMISTA RAFAELA CRUZ (I)

 

Mario J. Viera

 


Hace poco leí, de la Sra. Cruz, el primero de su trilogía de artículos, “Socialismo en la Cuba de hoy y de mañana”. En ese su primer artículo la economista se centró en dos grupos “que pretenden perpetuar el socialismo más allá del castrismo”. Estos son, uno, aquellos que denominó “socialistas puros”, y dos, el más peligroso, según ella, los partidarios de la socialdemocracia. En el segundo párrafo de ese primer artículo, la autora establece que los miembros de esos dos grupos “pueden encontrarse tanto del lado aún fiel al Gobierno (…) como del lado de la oposición más intransigente”, puesto que “combinan su filiación socialista con otras interpretaciones de la realidad que incluyen el patriotismo/nacionalismo, la solidaridad, la justicia y, en casos extremos, mecanismos seudorracionales para justificar los desmanes totalitarios del régimen vigente”. No me quedó más remedio que poner signos de interrogación entre paréntesis a este razonamiento.

Según Rafaela Cruz, los socialistas puros interpretan la realidad como que “el castrismo ha traicionado — o ha olvidado, según visión más laxa — los principios socialistas”. En realidad, esta es una tesis planteada por los trotskistas en rechazo al castrismo; aunque no creo que los partidarios de Trotsky en Cuba puedan calificarse como “no minoritarios”.

Supongamos que es cierto, que existen muchos que critican al castrismo desde posiciones trotskistas; entonces debemos aceptar correcta la afirmación de Cruz sobre estos socialistas puros: “La debilidad de la crítica al castrismo que pretenden estos puristas filosóficos está en que ni ellos mismos saben qué es socialismo, pues hay tantas definiciones de este como "socialistas" existen”. (El resaltado es de la autora) Aunque ella da la siempre planteada definición de “socialismo” como “la propiedad y administración colectiva o estatal de los medios de producción”, no existe ninguna realidad socialista. El dominio de los medios de producción y su conducción por medio de una planificación estatalmente centralizada, de ningún modo representa la utopía denominada “socialismo”; en todo caso es una distopía, como también lo es la denominada “dictadura del proletariado”. Jamás el socialismo ha sido construido, no lo fue en la Unión Soviética a lo largo de sus 73 años de existencia., no ha podido ser en Cuba, no ha podido ser en China ni en Corea del Norte, ni siquiera en Vietnam.

Lo que existe en Cuba, como existió en la Unión Soviética, no es socialismo sino la dictadura totalitaria dirigida y mantenida por un solo y único partido político, y el poder de una caterva de inescrupulosos usurpadores del poder político y de la soberanía nacional. Ni existe, ni existirá jamás el socialismo, simplemente porque el igualitarismo es irracional, no existe en la naturaleza ni puede existir en la sociedad humana, porque lo limita la capacidad individual. El igualitarismo no puede confundirse con el principio de la “igualdad y justicia social”, que la autora parece identificarles. Igualdad es tal como lo establece el primer artículo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros”; “…sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición” (Artículo 2). Igualdad, como se reconoce en el párrafo segundo de la Declaración de Independencia de Estados Unidos: “Sostenemos como evidentes estas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre éstos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados…”

Luego de leer este primer artículo fruncí el entrecejo; algo me olía mal, sentí como un tufillo de proyecciones más allá de lo que insinuaba su crítica de los “socialistas puros”, algo me decía que lo que estaba leyendo tendría cierto influjo de la Escuela de Chicago de Milton Friedman.  

Cuando leí el segundo de los artículos de la economista Rafaela Cruz ya el hedor a neoliberalismo se me hizo más potente. Detrás de todo el ataque a los idílicos soñadores de paraísos socialistas, está implícita la crítica demoledora al estado de beneficio, para lo cual tenía que arremeter contra la socialdemocracia. Denuncia entonces: “…la segunda variante del socialismo que pretende sobrevivir al castrismo, la socialdemocracia, era la mutación más peligrosa — económicamente hablando — de los muchos socialistas que aún viven y piensan Cuba”. ¿Cómo identifica Cruz a los socialdemócratas? Pues dice de ellos: “…aceptan abiertamente que el libre mercado es imprescindible para el progreso humano y, además, abrazan la democracia como organización política; dos rasgos que los diferencian tajantemente ideológica y moralmente — de los socialistas puros”. Está bien, sí, pero ella ve que navegan en dos aguas; ¿Cuáles? “… sus concepciones económicas, basadas en el igualitarismo como ideal y camino de justicia, serían fatales para el sistema económico (¿?) al que debe evolucionar, inmediata y necesariamente, una Cuba poscastrista”. Sí, coloqué las interrogantes, porque no define cuál es ese sistema económico al que debe evolucionar Cuba. Sin embargo, vuelve la confusión de la autora. Es muy diferente el “igualitarismo” del concepto de una política destinada a reducir la desigualdad, la discriminación de los grupos desfavorecidos y la pobreza, donde se incluye apoyo a servicios públicos universalmente accesibles como atención a personas mayores, cuidado infantil, educación, atención médica y mejoras laborales.

Ciertamente la socialdemocracia en sus inicios se identificó con las tesis marxistas del socialismo o comunismo “científico”, aunque hubo varias revisiones de sus conceptos marxistas como las de Eduard Bernstein en 1895 y, posteriormente en 1899 con su folleto “Las premisas del socialismo y las tareas de la socialdemocracia” donde planteaba una fuerte crítica al marxismo calificando de erróneas sus predicciones. Luego de terminada la Segunda Guerra Mundial, la socialdemocracia ya nada de influencias marxista quedaban dentro de sus concepciones políticas, proyectándose, como lo expuso el catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad Autónoma de Madrid, Alfonso Ruiz Miguel, “hacia una mayor intervención estatal en los procesos de redistribución que en los de producción, de forma que una política fiscal progresiva permitió consolidar eficazmente la red asistencial que configura el Estado de bienestar”.

Cruz entra en una contradicción cuando, luego de haber afirmado que los socialdemócratas “aceptan abiertamente que el libre mercado es imprescindible para el progreso humano” señala que ellos “entienden al mercado como un ente irremediablemente defectuoso que necesita constante regulación, intervención y control estatal (de ahí su desplazamiento teórico desde Marx hasta Keynes). Para ellos, son los políticos quienes en última instancia deben repartir las riquezas que crea la nación, no el libre mercado (¿?), al cual consideran irracional e injusto: un mal necesario”. No sé de donde la autora ha obtenido estas conclusiones, ni cual dirigente de la socialdemocracia europea haya planteado tales propuestas; tal vez sean simples afirmaciones propias, sin pruebas testimoniales o documentales.

Llegado a este punto, y para evitar alguna que otra suspicacia, voy a aclarar que no milito dentro de la corriente socialdemócrata, e incluso, he criticado algunos de los proyectos de la corriente socialista o socialdemócrata de Cuba. No me afilio a ninguna corriente económica, sea de cualquier tipo y, mucho menos de aquellas corrientes economistas que han devenido en ideologías. Mis posiciones son políticas no economicistas y considero que el método económico adecuado no es aquel que pone en primer plano al libre mercado sino el que pone como eje central al ser humano.

Ahora bien, hay otro párrafo de la Sra. Cruz que resulta muy interesante. Escribe: “El punto de convergencia de los socialistas puros y los socialdemócratas es su desconfianza en las leyes del mercado para obtener el máximo de “justicia social” — término bastante indeterminado — que para ellos es equivalente a niveles altos de igualdad. ¿Las leyes del mercado? Algo en sí muy impreciso. Dependiendo de la doctrina económica que se tome como referencia, el concepto de “leyes del mercado” puede tener diferentes interpretaciones. De acuerdo con Adam Smith, las principales leyes del mercado son, la división del trabajo y la libre competencia; para Ludwig von Mises lo principal es un mercado puro o sin trabas, lo cual requiere la división del trabajo y la propiedad privada; la existencia de un mercado para el intercambio de bienes y servicios, y, por supuesto que no haya interferencia, de factores ajenos al mercado, con los precios, tasas de salarios y tasas de interés. Sin embargo, la libre competencia muchas veces está limitada por el poder de grandes corporaciones que compiten por el control del mercado y de los precios; ante esta situación, el Estado ¿debe cruzarse de brazos y dejar que el problema lo resuelva la smithiana “mano invisible del mercado”? Dictar leyes antimonopolios ¿sería un atentado contra el mercado puro o sin trabas? Otras de las leyes del mercado es la imprescindible ley de la oferta y demanda. El Estado, el gobierno debe inhibirse de establecer precios oficiales para los productos del mercado. Existe una relación proporcional  entre los factores de la oferta y la demanda. Si existe una mayor demanda por un artículo determinado que sobrepase a su oferta, la mano invisible del mercado resuelve el conflicto, los precios se incrementan. Sin embargo, hay ocasiones donde la oferta y la demanda se igualan, y, no obstante, los precios del producto en el mercado se elevan, como resultado del acuerdo de algunas de las mayores empresas productoras, de ese producto en específico, para incrementar los precios y obtener un mayor ingreso en sus ventas. En ese caso, ¿debe el gobierno inhibirse de actuar?

 ¿Justicia social, término indeterminado? Aquí lo dejo, por el momento. Sobre esto y algunas cosas más continuaré mi réplica en próximo artículo.

sábado, 29 de enero de 2022

¿QUE ESPERAR DESPUES DEL VERANO-INVIERNO NEGRO?

 

Mario J. Viera

 


Desde largo tiempo, algunos desde el exilio habíamos aconsejado que, para enfrentar a un régimen cerrado., como el existente en Cuba bajo el dominio del Partido Comunista (PCC), nada debía dejarse a la espontaneidad. Se requería organización y trabajo de proselitismo entre las masas populares. Plateábamos actuar sin apresuramientos, elaborando un programa de acción estratégico, conociendo dónde estaban las debilidades de la oposición y donde sus fuerzas. Recomendábamos no perder tiempos y esfuerzos reclamándoles diálogos a la dictadura, ni solicitándoles referendos o plebiscitos que debían ser impulsados por el propio régimen. Las dictaduras totalitarias no dialogan, exigen acatamiento y obediencia; pero lo principal, exponíamos, era la labor de proselitismo de manera directa, de cara a cara con la gente.

Aconsejábamos, no considerar a los medios digitales como el modo principal de captación y movilización popular, sino como medio auxiliar de apoyo al trabajo directo dentro del seno del pueblo. Advertíamos no dejarse llevar por los avatares de la política interior de Estados Unidos y las batallas entre el partido Demócrata y el Republicano, centrándonos en lo fundamental, en Cuba, en lo cubano; y sobre todo no depositar todas las esperanzas en conseguir el rescate por manos de una potencia extranjera o por los parabienes de alguno de los presidentes de Estados Unidos y de la jauría demagógica de muchos de los políticos de Estados Unidos y de sus intereses electorales. Reclamábamos que la resistencia interna debía ser dirigida desde Cuba y por los cubanos, sin aceptar influencias internas, siempre sospechosas de manipulación.

Mientras tanto, en Cuba aparecen iniciativas trascendentales que marcaron hitos para la resistencia interna, la plantada del 27 de noviembre frente a la sede del ministerio de Cultura y la explosión espontánea de protestas populares del 11 de julio de 2021. Se crearon ilusiones de la próxima caída de la dictadura, que ya el régimen estaba en fase terminal, y eso provocó la idílica propuesta de una marcha cívica anunciada por todos los medios para el 15 de noviembre, sin tener en consideración el factor paralizante del Verano Negro.

El proyecto del 15 N, desde su inicio, ya estaba condenado al fracaso. La dictadura, antes tomada por sorpresa, por el movimiento autóctono del 11J; ahora estaba lista para actuar. No permitiría nuevas manifestaciones populares que le hicieran frente con un reto dirigido al centro de sus poderes. Actuó de inmediato; acosó a los impulsores de la anunciada marcha popular; les impusieron arrestos domiciliarios y el acoso constante de la policía política y de las bandas de respuestas rápida. El común de la gente había visto la respuesta del régimen, deteniendo por la fuerza a cientos de los manifestantes del 11J. Cercado al interior de su domicilio, la figura más representativa del grupo Archipiélago y del 15 N, Yunior García se vio obligado a escapar hacia España. Archipiélago y García habían perdido la perspectiva de lo que el terror gubernamental puede imponer el quietismo. Pensaron que la fruta de la resistencia popular estaba madura y olvidaron lo esencial para que un movimiento democrático de resistencia necesita para imponerse, la organización. Desplegaron valor, honestidad, decisión; pero les sobró entusiasmo y optimismo.  

Es muy acertado el joven periodista independiente, Mauricio Mendoza Navarro, en un artículo que recientemente redactara para Diario de Cuba, cuando recomienda “analizar desde el propio activismo y la oposición cubana los fallos que se han cometido para no volverlos a repetir”. ¿Acaso esto es tan difícil? Refiriéndose a las experiencias del 27 N y del 11 J, Mendoza Navarro en su artículo anota una verdad que está presente y no puede ser omitida, “la falta de organización (dada la espontaneidad de los eventos), lejos de representar victorias para la sociedad civil, le ha servido al sistema para arreciar la represión y generar miedo en la población. Una población que en estos momentos teme apoyar cualquier iniciativa, porque ha visto públicamente las reacciones del sistema; y refiriéndose al Movimiento San Isidro, 27N, Archipiélago o cualquier otro grupo de oposición, dice una verdad apabullante, que hablar hoy de ellos, “es una utopía o algo simbólico”; para agregar: “No existen, porque la fuerza de cualquier movimiento social depende del apoyo popular en masas”. Punto este del que ha adolecido la oposición interna, desde el mismo momento cuando convirtió la labor de proselitismo en algo que solo puede asegurarse a través de las páginas sociales de internet. Remacha entonces, Mendoza Navarro, lo que varios de nosotros no nos hemos cansado de repetir: “Las redes sociales ayudan y son una herramienta importante, pero una cosa es en redes y otra en el terreno físico. Con una oposición diezmada, es muy difícil obtener logros tangibles”.

Partiendo de estos razonamientos suyos, el periodista independiente afirma algunas verdades precisas: “Los últimos meses de 2020 y 2021 serán un periodo inolvidable en la historia de Cuba, también por el gran fracaso de la propuesta del 15N (…) El Gobierno, escarmentado de la primera experiencia, prefirió reprimir a permitirlo. Pocos sacaron esa conclusión, y confiaron en la propuesta de Yunior García Aguilera, que no fue más que la sepultura de toda expectativa ciudadana de cambios reales, pues el 11J demostró que gran parte del país está harta de la decadencia del sistema socioeconómico cubano”. 

Alegra conocer que en Cuba hay mentes jóvenes y frescas que saben interpretar la realidad política del país; que saben extraer experiencias de los errores; que coinciden con la experiencia de todos los que en el tiempo les antecedimos.

Hoy, jueces y fiscales, que han perdido toda honorabilidad, imponen sanciones severas de prisión contra todos aquellos que osaron expresar el descontento ante un inoperante, retrógrado y represivo sistema. Imponiendo el miedo y el atropello a la justicia, estos miembros de la judicatura han mostrado el rostro descarnado de la dictadura del PCC. No existen términos medios, o ellos o el pueblo. Sus nombres deben ser dados a conocer por todos. No pueden quedar en el anonimato son tan o más despreciables como los altos directivos del PCC y el Gobierno.  

Debemos mantenernos alertas. El régimen comunista está preparando el nuevo zarpazo dirigido a liquidar al periodismo independiente. Tenemos todos dentro del exilio, promover una campaña internacional en defensa de los periodistas independientes que actúan en Cuba. Ya está a la vista, ya aceitan la máquina represiva para acallar toda voz libre.

En las actuales condiciones, ¿qué toca hacer?

Los diezmados grupos opositores, el 27N, Archipiélago, debieran reevaluar los métodos que hasta ahora han practicado, sacar experiencias de los errores cometidos, analizar los empleados por el régimen para imponer el terror y deducir los medios de como anularlos; en la fuerza aparente del régimen fundada en la represión, está precisamente su debilidad. Reagruparse, quizá en pequeños grupos, quizá actuando en el anonimato sin mucho resalte, centrando el trabajo político dentro del marco de los municipios, captando apoyos y adeptos, incluso entre los indecisos, y promover un liderazgo horizontal. Cada acto, cada iniciativa, que se lleve a cabo debe ser analizado en sus pros y sus contras antes de ejecutarlos. Preparar las masas para impulsar la resistencia noviolenta. Toda esta labor requiere astucia, decisión y paciencia; y todo ello sin abandonar las denuncias de las violaciones y los atropellos del régimen contra los derechos humanos, civiles y políticos de los ciudadanos. Hay que ganar la opinión internacional, de intelectuales, de artistas; de la izquierda democrática internacional y arrebatarle apoyos a la dictadura.

Todo movimiento revolucionario conlleva riesgos. Los grupos opositores, el 27N y Archipiélago son representantes de la nueva Revolución, una no violenta y democrática, dirigida en contra del régimen contrarrevolucionario, retrógrado, antidemocrático y usurpador del PCC.

Y algo que no podemos olvidar; el axioma que plantea: “Se puede hacer una revolución, sin el Ejército o con parte del Ejército, pero nunca contra el Ejército”.

miércoles, 26 de enero de 2022

MIGUEL DIAZ-CANEL Y UN PLATO DE LENTEJAS RUSAS

Mario J. Viera

 


Sostuve cordial y fructífera conversación telefónica con el Presidente Putin. Intercambiamos sobre excelente estado relaciones y desarrollo futuro vínculos en las diferentes esferas. También sobre actual situación internacional” Este fue el texto del tuit que publicó ayer Miguel Díaz-Canel, muy satisfecho con su intercambio telefónico con el autócrata ruso.

En las calderas del Kremlin, Putin cocinó u plato de lentejas para ofrecerlo amable, amistosa y cariñosamente al ¿presidente? cubano: “las múltiples donaciones de comida, medicamentos y otros insumos médicos” que Rusia enviara recientemente a la isla; parece ser que en apoyo a la ola represiva que el gobierno que preside Díaz-Canel ha desatado tras las protestas del 11 de julio.

Putin no da nada de gratis, es ladino, astuto, torcido y cuando otorga algo “caritativamente” es para alcanzar algún fructuoso clientelismo. “Toma y dame”. Así, de manera simplemente dicho. Agradecido Díaz-Canel se compromete a colaborar estrechamente con Rusia “para reforzar las relaciones bilaterales e intensificar los contactos a diversos niveles”, y, por supuesto, respaldar al oso estepario en la arena internacional. ¿Con qué cuenta el régimen del PCC para dar respaldo a una potencia mundial? ¿Acaso un liliputiense pudiera respaldar de modo efectivo a Gulliver?

Hay un modo de hacer a favor del torcido Putin. Puede ser fácil, pero muy peligroso: replicar una nueva operación Anadir, como la ejecutada por Jruschov en 1962., instalando misiles rusos en suelo cubano. Esta posibilidad se desprende de las insinuaciones expuestas por Sergei Ryabkov, viceministro de Exteriores ruso, sobre el quizá de que Rusia instale misiles en territorio de Cuba y Venezuela. Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional del presidente Biden ha dicho que, aunque se consideraba como una fanfarronada las insinuaciones de Ryabkov, "Si Rusia llegara a avanzar en esa dirección, lidiaríamos con ello de forma decisiva",  

Jacob engañó a Esaú con el plato de lentejas para robarle su primogenitura; pero Putin-Jacob no engaña a Díaz-Canel-Esaú para hacerle tragar la sopa de misiles rusos. Esa es una sopa llena de espinas. Sí finalmente Putin termina instalando sus misiles en territorio cubano, Díaz-Canel, aceptándolo, cargaría con la mácula de traición a la patria. 

martes, 25 de enero de 2022

EL VERANO E INVIERNO NEGROS DE CUBA

 

Mario J. Viera

 


Al igual que en 2003, Fidel Castro, atacado de paranoia, lanzara una ola represiva para acallar toda manifestación de disidencia y la voz del periodismo independiente, el inepto representante de la dictadura del PCC Miguel Díaz-Canel ha emprendido un poderoso movimiento represivo en contra de aquellos que, en ejercicio de sus legítimos derechos a la manifestación pública y a la protesta, el 11 de julio de 2021 se manifestaron masivamente en 40 ciudades de Cuba, con el reclamo de libertad,  de reformas políticas, de la falta de medicamentos y de pan.

 

Ante la avalancha de miles de cubanos lanzándose a las calles, el mediocre Díaz-Canel sintió miedo. Temeroso de mostrarse débil ante la opinión del verdadero hombre fuerte del poder, Raúl Castro, emitió un patético, irreflexivo y estúpido llamamiento a los fieles de la dictadura, los militantes del PCC y las turbas de elementos de baja estofa social agrupados dentro de las brigadas de respuesta rápida, para, al amparo de los mercenarios agentes de la Seguridad del Estado, los efectivos de la corrupta policía nacional, las violentas tropas especiales de Ministerio del Interior, salieran a enfrentar las protestas.

 

Como muy bien lo ha declarado Erika Guevara Rosas, directora para las Américas de Amnistía Internacional: “En respuesta a las protestas del 11 de julio, las autoridades cubanas han utilizado la misma maquinaria de control que usan desde hace décadas para actuar contra quienes piensan de otra manera, aunque esta vez en una escala que no habíamos visto en casi 20 años y con nuevas tácticas que incluyen censura e interrupciones de Internet para controlar y encubrir las graves violaciones de derechos humanos que han cometido”. En fin, el gobierno usurpador, que hoy asume el poder político en Cuba, ha triplicado los actos represivos de la Primavera Negra de 2003.

 

En sentido amplio de la palabra, las manifestaciones espontáneas del 11 de julio fueron pacíficas enarbolando consignas contra Díaz-Canel, gritos de Libertad y la consigna de Patria y Vida; en algunos muy escasos sectores de los manifestantes se cometieron varios actos de vandalismo contra las Tiendas MLC, principalmente en la ciudad matancera de Cárdenas, algún asalto contra autos policiales y lanzamiento de piedras contra efectivos de la policía, principalmente en el reparto La Güinera del Municipio Arroyo Naranjo en La Habana. Los actos de violencia fueron ejecutados principalmente por los sicarios de la Seguridad del Estado y por las bandas de respuesta rápida. Ninguno de estos estallidos de protestas, en los diversas poblaciones y ciudades donde se produjeron, fueron incentivados por los grupos disidentes al interior de la isla y, mucho menos, por las organizaciones de exiliados de la Florida. La inmensa mayoría de los participantes en las manifestaciones no formaban parte de los grupos contestarios de Cuba. Muchos de ellos se habían unido a las manifestaciones, contagiados por el reto planteado a la dictadura, dando rienda suelta a sus frustraciones como ciudadanos y al ansia de libertad que alienta en cada alma humana.

 

La maquinaria represiva del régimen despótico del Partido Comunista de Cuba se puso en marcha, con el arresto de una cifra conservadora de más de 1 300 ciudadanos. Muchos de esos detenidos todavía permanecen en lugares desconocidos para sus familiares; muchos de ellos en edades de la adolescencia. Hubo golpes, hubo atropello y hasta un policía asesinó a disparos a uno de los manifestantes en La Güinera, actuando con total impunidad.

 

Había que imponer el miedo y dar un escarmiento contundente dirigido a acallar el ánimo levantisco del cubano. Así comenzó el verano e invierno negros de Cuba

 

Según la página oficial de la dictadura cubana, Cubadebate, se habían juzgado hasta el 4 de agosto de 2021, a 62 personas. Del total de juzgados, aseguró, tratando de ocultar lo inocultable, 53 fueron sancionados por “desórdenes públicos”; alegando que a estos se les impusieron sanciones leves de un año de privación de libertad o multa de hasta 300 cuotas. Unos muy pocos, demasiado pocos, fueron puestos en libertad luego de una estancia en calabozos de Villa Marista y de 100 y Aldabó. De acuerdo con informaciones independientes, Ciber Cuba reportó (20/01/2022) que solo se conocía de nueve personas que hayan sido beneficiadas con el sobreseimiento de sus causas, mientras que 99 personas han sido liberadas con multas.

 

Pero, el 14 de enero de 2022 informes independientes mostraban que, en esa semana, 620 detenidos habían enfrentado juicio o ya tenían fecha para su enjuiciamiento, y entre ellos había cinco menores de edad.

 

El Tribunal del Municipio Plaza de la Revolución, en esa fecha, impuso sanción de prisión a:

 

1 Leoalys de la Caridad Valera Vázquez (15 años de edad), 12 años de prisión.

2 Brusnelvis Adrián Cabrera Gutiérrez (15 años de edad), 15 años de prisión

3 Karen Vázquez Pérez (18 años de edad), 15 años de prisión.

4 Marlon Brando Díaz Oliva (15 años de edad), 18 años de prisión.

5 Jesús Enrique Vázquez Cabrera (15 años de edad), 18 años de prisión.

6 Elier Padrón Romero (18 años de edad), 18 años de prisión.

7 Orlando Carvajal Cabrera (15 años de edad), 20 años de prisión.

8 Dianyi Liriano Fuentes (20 años), 20 años de prisión.

9 Alexis Sosa Ruiz (20 años de edad), 20 años de prisión.

10 Lázaro Zamora González (20 años de edad), 20 años de prisión.

11 Alexander Guillermo Martínez Amoroso (25 años de edad), 20 años de prisión.

12 José Luis Sánchez Tito (20 años de edad) sentencia de 22 años de prisión.

13 Frank Aldama Rodríguez (20 años de edad), 22 años de prisión.

14 Miguel Páez Estiven (25 años de edad), 30 años de prisión.

15 Dayron Martín Rodríguez (25 años de edad), 30 años de prisión. 

 

Ya antes, entre el 20 y 21 de diciembre de 2021. Chadrián Vila Sequín (22 años de edad), había sido sancionado a 11 años de privación de libertad, en Matanzas; y el 27 de diciembre de 2021 en el Tribunal Provincial de Artemisa había dictado condena de prisión a:

Luis Giraldo Martínez (27 años de edad), 12 años de prisión

Yeremin Salcine Jane (31 años de edad), 10 años de prisión

Eddy Gutiérrez Alonso (24 años de edad), 8 años de prisión.

 

Además, el Tribunal Municipal Popular de San José de las Lajas, impuso sanción conjunta y única" a Roberto Pérez Fonseca, (38 años de edad), 10 años de prisión.

 

El periódico Granma de fecha 25 de enero actual reconoció que hay “790 personas instruidas de cargo” según asegura la fiscalía “por actos vandálicos, que atentaron contra autoridades, personas y bienes”, de los cuales, asevera, el 21 % de estas personas tenían antecedentes penales. Al mismo tiempo, reconoce que existen 110 expedientes ya presentados ante loas tribunales contra 710 acusados para su juzgamiento”, una cifra esta descomunal de acusados en tan breve tiempo, supuestamente por actos vandálicos. Informa, además, el libelo oficial, que “el 69 % de ellos asegurados con la medida cautelar de prisión provisional”; es decir un total de 490 están en prisión, Especificó Granma que entre los 710 encausados ya, existen 33 entre las edades de 16 a 18 años de edad; y 25 de los mismos permanecen recluidos en prisiones.

 

Contra todos los encausados, muy ciertamente los fiscales actuantes pedirán largas condenas de prisión, como ya se ha hecho presente en varios tribunales provinciales y municipales, que varían entre los seis años de prisión hasta los 30 años. Ya, antes de ser presentados ante los tribunales, como es notoria costumbre de sistema judicial del régimen, están hallados culpables sobre la base de los testimonios que aporten al caso los oficiales de la Seguridad de Estado a cargo de las actuaciones.

 

A todas estas cifras, ahora aportadas por Granma hay que agregar los casos ya mencionados supra, más los que relacionamos como pendientes, tales como:

 

1. El Tribunal Provincial de Mayabeque en San José de las Lajas, el día 20 de enero de 2022 inició juicio acusatorio contra las hermanas Angélica y María Cristina Garrido, y otros 5 manifestantes del 11 de julio. La fiscalía interesa para ellas penas de prisión de 10 y 15 años respectivamente; y para el resto de los acusados, Giorbis Pardo del Toro, Alexis Pedro Acosta Hernández, Osmany Hernández Rodríguez, Yanet Sánchez Cocho y Patricia Lázara Acosta Sánchez, la fiscalía penas de prisión entre 18 y 7 años de prisión. 

 

2. En La Habana esperaban sanción el 14 de enero de 2022: Yosvany García, de 33 años de edad; fue acusado de sedición junto con otros 20 manifestantes, incluidos cinco adolescentes de 17 y 16 años, pudiendo enfrentar una sanción de 30 años de prisión. Rowland Castillo, de 17 años de edad. Los fiscales están pidiendo una sentencia de 23 años en su contra por sedición.

 

Esta es una muestra, no completa de todos los ciudadanos que el régimen del PCC ha llevado ante los tribunales, y las penas impuestas o solicitadas contra los mismos, solo por ejercer el derecho legítimo de manifestación, de expresión y de protesta.

 

Las informaciones que ahora ofrece el poco creíble diario Granma, no responden a un verdadero ejercicio de transparencia informativa. Su verdadero propósito va dirigido al pueblo; para que todos conozcan a que se expone todo aquel que se decida por manifestarse públicamente en contra del régimen impuesto por el reaccionario PCC; para que todos comprendan, que la pesadilla orwelliana, es hoy y lo será siempre, la realidad que en Cuba se vive.