miércoles, 26 de enero de 2022

MIGUEL DIAZ-CANEL Y UN PLATO DE LENTEJAS RUSAS

Mario J. Viera

 


Sostuve cordial y fructífera conversación telefónica con el Presidente Putin. Intercambiamos sobre excelente estado relaciones y desarrollo futuro vínculos en las diferentes esferas. También sobre actual situación internacional” Este fue el texto del tuit que publicó ayer Miguel Díaz-Canel, muy satisfecho con su intercambio telefónico con el autócrata ruso.

En las calderas del Kremlin, Putin cocinó u plato de lentejas para ofrecerlo amable, amistosa y cariñosamente al ¿presidente? cubano: “las múltiples donaciones de comida, medicamentos y otros insumos médicos” que Rusia enviara recientemente a la isla; parece ser que en apoyo a la ola represiva que el gobierno que preside Díaz-Canel ha desatado tras las protestas del 11 de julio.

Putin no da nada de gratis, es ladino, astuto, torcido y cuando otorga algo “caritativamente” es para alcanzar algún fructuoso clientelismo. “Toma y dame”. Así, de manera simplemente dicho. Agradecido Díaz-Canel se compromete a colaborar estrechamente con Rusia “para reforzar las relaciones bilaterales e intensificar los contactos a diversos niveles”, y, por supuesto, respaldar al oso estepario en la arena internacional. ¿Con qué cuenta el régimen del PCC para dar respaldo a una potencia mundial? ¿Acaso un liliputiense pudiera respaldar de modo efectivo a Gulliver?

Hay un modo de hacer a favor del torcido Putin. Puede ser fácil, pero muy peligroso: replicar una nueva operación Anadir, como la ejecutada por Jruschov en 1962., instalando misiles rusos en suelo cubano. Esta posibilidad se desprende de las insinuaciones expuestas por Sergei Ryabkov, viceministro de Exteriores ruso, sobre el quizá de que Rusia instale misiles en territorio de Cuba y Venezuela. Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional del presidente Biden ha dicho que, aunque se consideraba como una fanfarronada las insinuaciones de Ryabkov, "Si Rusia llegara a avanzar en esa dirección, lidiaríamos con ello de forma decisiva",  

Jacob engañó a Esaú con el plato de lentejas para robarle su primogenitura; pero Putin-Jacob no engaña a Díaz-Canel-Esaú para hacerle tragar la sopa de misiles rusos. Esa es una sopa llena de espinas. Sí finalmente Putin termina instalando sus misiles en territorio cubano, Díaz-Canel, aceptándolo, cargaría con la mácula de traición a la patria. 

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