Mario
J. Viera
Constantemente
Putin, el pequeño que se cree gigante, amenaza a Occidente con bravatas de que,
cualquier pretensión de fortalecer las defensas ucranias “tendrá graves
consecuencias”, y no se inhibe para enseñar su potencial atómico. Occidente,
guarda silencio; solo impone el bumerang de las extenuantes sanciones
económicas y quizá alguna que otra poco relativas sanciones diplomáticas.
Europa,
Estados Unidos y Gran Bretaña, aparentan ante Putin ser timoratos, porque hay
que evitar un enfrentamiento directo con las tropas de Putin, lo que desataría
una guerra de incalculables consecuencias. El presidente Biden, muy cauteloso
ha rechazado la propuesta polaca de entregar a Ucrania sus viejos aviones Mig;
porque eso sería como retar a Putin, y Putin está loco. Pero desde Bielorrusia
parten aviones de combate rusos y bombarderos sobre el territorio ucranio.
Europa, Estados Unidos y Gran Bretaña, en respuesta, imponen sanciones
económicas a Bielorrusia.
Putin,
y sus perros falderos del Kremlin, continúa enviando sus bravatas… de hecho su
ideología del euroasiatismo y del paneslavismo es un reto a todo el mundo
democrático de marcado tinte nacionalsocialista (nazi). Y acumula más tropas
para el asalto final a Ucrania; sin embargo, Occidente no concentra un
importante número de tropas en las fronteras de Rusia para estar listas ante
esas “graves consecuencias” con las que amenaza el oficial de la KGB. Hay que
acantonar tropas, tanques, aviones de combate, artillería pesada, todo el
necesario arsenal para afrontar esas “graves consecuencias”. Putin tiene que
comprender que las graves consecuencias con las cuales amenaza pueden causarles
a él otras graves consecuencias.
La
Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) debiera también hacerle
advertencias a Putin sobre “graves consecuencias” si continúa su guerra de
exterminio en Ucrania. Si Putin hace gala de su poderío atómico, la OTAN debe
recordarle a Putin que la Alianza también posee poderío atómico. Europa,
Estados Unidos y Gran Bretaña deben exigirle a Putin que retire sus tropas del
territorio de Ucrania, de todo el Donbás y si no lo hiciera, Europa, Estados
Unidos y Gran Bretaña, en razón de solidaridad con una nación independiente y
democrática que está siendo agredida por una gran potencia, decidirán
participar militarmente en territorio ucranio y, en soporte de la independencia
de Ucrania. En definitiva, más temprano que tarde Putin y sus empeños
imperiales provocará de una manera u otra el estallido de la tercera guerra
mundial, ya sea por una agresión a Finlandia o a Georgia.
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