sábado, 16 de abril de 2022

EL 9 DE MAYO ESTA PROXIMO…PUTIN SE DESESPERA

 

Mario J. Viera

16 de abril, día 52 de la agresión de Putin en Ucrania

 


El День Победы, (Den Pobédy) el Día de la Victoria, está a solo tres escasas semanas. El tiempo es implacable, no se detiene. Putin anhela un glorioso Dia de la Victoria, para él mostrarse como el gran adalid de la Rusia que quiere elevar hasta la condición de un poderosos imperio, más extenso que el que poseía el zarismo y más poderoso que su añorada Unión Soviética ya desaparecida. Piensa en sus estudios sobre su amada Rusia que él podría llegar hasta opacar el recuerdo del gran bogatir, Ilyá Múromets, aunque para su desaliento, Múromets y los otros 6 grandes bogatires, eran originarios de la Rus de Kiev.  

Putin lanzó su planeada agresión contra Ucrania el 24 de febrero. Quería impedir que esta se uniera a la Unión Europea y mucho más impedir que se armara con la espada del gigante Sviatógor, la OTAN. Calculó, acabaría con el presidente Volodímir Zelensky y anexaría a toda Ucrania en cuestión de cinco días o si acaso una semana. Pero Zelenski se mantuvo firme y fue poderosa la resistencia ucrania. Las fuerzas rusas se estancaban, no lograban tener avances significativos y Kiev no pudo ser ocupado.

En Rusia las cosas no marchan como lo hubiera deseado Putin, las sanciones económicas son devastadoras. En Moscú y San Petersburgo se producen protestas masivas contra la guerra que son acalladas por una poderosa represión. Europa se ha unido en un frente de oposición a la agresión de Putin; la OTAN se ha consolidado. Estados Unidos y Gran Bretaña se levantan como abanderados del Occidente. Ofrecen ayuda militar y humanitaria a Ucrania, aunque no ha sido, hasta ahora, todo el abastecimiento militar que necesitan los combatientes ucranios. Ninguna unidad militar de la OTAN se ha desplazado hacia la zona de conflicto; se teme el desencadenamiento de un conflicto militar que puede extenderse a todo el mundo y existe el peligro de un ataque nuclear. De Putin se puede esperar cualquier cosa; ¡qué le importan las vidas humanas, ni las de su ejército!

El frente ruso se estanca. Putin necesita alcanzar alguna victoria significativa necesita vencer en Mariúpol, al este, para ganar el control de uno de los puertos más grandes de Ucrania, pero la ciudad resiste. Al oeste no logra llegar hasta Odesa. Las fuerzas rusas de Putin han logrado tomar la ciudad de Jersón ─ la única gran ciudad de Ucrania que han podido ocupar ─, en camino hacia Odesa, y avanzaron hasta Myikolaiv, pero la ciudad se ha mantenido firme.

¡Nada, se requiere rediseñar el plan táctico-estratégico!, para lo cual se decidió un repliegue de tropas hacia el este para concentrarse en la ofensiva sobre el Donbás con el apoyo de los traidores pro-Putin del Donetsk y Luhansk. El 10 de abril, Putin designa como comandante general de todas las fuerzas armadas rusas que operan en Ucrania a un general, que él mismo ha condecorado como héroe de Rusia; el general Alexander Dvornikov, “el carnicero de Siria”. Putin necesita conquistar el este de Ucrania, necesita la gran victoria de consolidar definitivamente el dominio ruso en el Donetsk y Luhansk. Hasta ahora, el carnicero de Siria no ha alcanzado lo que se esperaba de él, aunque se espera bajo sus órdenes y con refuerzos militares ruso despliegue una gran ofensiva. Esto, y el hundimiento buque Moskva, nave insignia de la armada rusa en el Mar Negro, ha generado la ira de Putin. Le lanza bravatas a Occidente, en especial al presidente Joe Biden, amenazando que si no deja de proveer armamento a Ucrania, habrá "consecuencias imprevisibles", y anuncia arremeter con mayor fuerza contra Kiev. Está desesperado. Si antes del 9 de mayo no ha destruido la resistencia ucraniana su prestigio como liderazgo estará mortalmente dañado y eso lo sabe muy bien; y eso lo irrita.

Este de ahora es el momento crucial para Ucrania, todo depende de su capacidad de armamentos, aviones, tanques, artillería pesada, equipamiento antimisiles y misiles tierra aire. Si no le llega esta ayuda, quizá Putin pueda celebrar felizmente su desfile del 9 de mayo. Si el armamento se le suministra a Ucrania, haciendo caso omiso a las bravatas de Putin, el panorama del 9 de mayo será muy diferente y muy desconsolador para el mediocre agente de la KGB convertido en presidente cuasi vitalicio de Rusia, Vladimir Putin.

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