Adiestramiento y disciplina.
Estos dos términos son reiterativos
en este volumen; son condiciones imprescindibles para organizar y alcanzar la
victoria en una lucha de confrontación entre la noviolencia de los activistas y
la violencia ejercida por los órganos represivos, como ha quedado demostrado en
muchas de las campañas exitosas que se han producido en diferentes partes del
mundo.
Como ha indicado Gene Sharp[1],
[La acción no violenta] “A veces se ha practicado espontáneamente, a veces
más bien por intuición, o parcialmente basándose en la memoria de un caso
conocido de antemano. Generalmente se ha utilizado bajo condiciones muy
adversas y por participantes y aún líderes sin experiencia. En la mayoría
de los casos no ha habido ni preparación ni entrenamiento previo, muy poca o
ninguna planificación y ninguna o muy limitada consideración de estrategia,
tácticas y posibles métodos. La gente que la usó no sabía mucho ni de la
naturaleza de la técnica que escogió ni de su historia. No había estudios de
estrategia y tácticas para consultar, ni manuales de cómo organizar a las “tropas,”
conducir la lucha y mantener la disciplina”
En todo movimiento de resistencia se
requiere establecer, aunque de modo empírico, diferentes etapas para su
consolidación; primero, organizarse para captar partidarios; a continuación,
integrar todo el movimiento bajo un mismo sistema de disciplina, buscar
información y materiales de estudio sobre el tipo de acciones que se pretendan
llevar a cabo. y realizar el debido entrenamiento de sus participantes. Si se
busca el éxito del movimiento, se deben satisfacerse todas estas etapas y muy
en especial, el entrenamiento para el tipo de lucha que se escoja. No es buscar
la experiencia sobre la marcha; es asimilar los conocimientos de los expertos
en la materia.
Durante su exilio en México, Fidel
Castro siguió rigurosamente estas etapas. Desde la algarada del asalto al
cuartel Moncada en Santiago de Cuba, ya había captado un número de adeptos, que
le seguían disciplinadamente. En el DF, Castro adquirió un libro sobre la
guerra de guerrilla, que había sido publicado bajo el título de “150 preguntas
a un guerrillero”, cuyo autor era el general español, experto en el tema de la
guerra irregular, Alberto Bayo Giroud ─ una especie de Gene Sharp de la resistencia
armada ─. Castro logró ganarse la confianza de Bayo, y este de inmediato se dio
la tarea de instruir al grupo de castristas en las técnicas de la guerra de
guerrillas; además el grupo necesitaba entrenarse en el uso de las armas y en
las prácticas de puntería, lo cual estuvo a cargo de un cubano residente en
México, Miguel Sánchez, “el Coreano” que había participado en la guerra de
Corea; como complemento del estudio teórico se requirió el entrenamiento
físico, necesario para un guerrillero. Esta tarea quedó a cargo de un pugilista
mexicano de lucha libre, Arsacio, el Kid, Venegas, quien los preparó en
técnicas de defensa personal y los sometió a un estricto y agotador
entrenamiento físico.
Esta alusión a los preparativos de
lucha armada de Castro, la presento, como ejemplo de las etapas de
adiestramiento propias para el desarrollo de una insurrección armada, partiendo
de un hecho histórico que ya es conocido en Cuba.
En los procedimientos de una lucha
noviolenta, el cumplimiento de las etapas preparatorias tiene una mayor
importancia y complejidad, que aquellas organizadas para la acción armada. En
países bajo gobiernos autoritarios o autocráticos, es posible contar con el
asesoramiento de instructores extranjeros en las técnicas de la lucha
noviolenta. En Cuba, esa posibilidad es cero.
Se requiere, por tanto, que los
organizadores, dediquen un tiempo para el estudio de las teorías de la lucha
noviolenta, se requiere también analizar las experiencias en otros países,
donde se han impulsado campañas de noviolencia y no han podido lograr sus
objetivos. De nuestros enemigos ideológicos podemos tomar sus experiencias
dentro de la noviolencia; sobre este tema en específico Vladimir I. Lenin
comentó en su libro ¿Qué Hacer?: “… el movimiento incipiente en un país
joven sólo puede desarrollarse con éxito a condición de que aplique la
experiencia de otros países. Y para ello no basta conocer simplemente
esta experiencia (…) para
ello es necesario saber enfocar de modo crítico esta experiencia y comprobarla
uno mismo”.
Si deben estudiarse los 198 métodos
de acción noviolenta enumerados por Gene Sharp, siempre de manera analítica,
sin copia mecanicista de los mismos, sino considerar cuáles de ellos son
posibles de aplicación práctica en Cuba, pero, al mismo tiempo, conservando los
principios de su sistema. Es importante, quizá mejor decir, es extremadamente
importante que los organizadores se reúnan varias veces para la realización de
seminarios[2]
de estudio y análisis, de la teoría, analizando situaciones, considerando
alternativas, desarrollando estrategias de campaña, y planear, preparar y
evaluar acciones o campañas. En esa “experiencia educativa participativa”,
fundada en el debate e intercambio de opiniones, ellos mismos pueden
convertirse en entrenadores para los activistas. El entrenamiento noviolento
puede fortalecer un grupo, desarrollando un lazo comunitario, mientras la
gente aprende a trabajar junta y clarifica sus intenciones (Manual para
campañas noviolentas). Se requiere el conocimiento de la teoría para aplicarla
inteligentemente.
Cuando se carece de los rudimentos de
las técnicas de lucha noviolenta y no existe un entrenamiento adecuado, tal
como lo expone Sharp, “no es sorprendente que haya habido frecuentes
derrotas o solamente victorias parciales, y que en algunos casos se hubiera
desatado la violencia, que (…) contribuye a la derrota”. Esta
situación se ha producido en la lucha del pueblo birmano en contra del golpe de
estado dado por el ejército, junto a la resistencia noviolenta se han
presentado acciones de acción armada en contra de la dictadura.
A partir de todas estas
consideraciones, los organizadores podrán establecer las directrices y los
principios de la noviolencia alentados por el movimiento de resistencia, como
acuerdos sobre el modo de comportamiento de los participantes en una acción.
Los organizadore deben tener muy
claros los objetivos que se persiguen, y los riesgos y las posibilidades de
triunfo. Hay experiencias en el accionar de la oposición cubana, de larga data,
que es necesario recoger. Se debe analizar los procedimientos de la seguridad
del Estado en contra del disenso; procedimientos que han constituido un mismo
patrón de conducta; qué modos son los apropiados para burlar la vigilancia de
los represores; qué medidas de contención se deben aplicar para anular las
acciones de las bandas de colaboradores del régimen organizadas dentro de las
brigadas de respuesta rápida; cómo se puede garantizar el anonimato de los
principales organizadores dentro del movimiento de resistencia; “es
importante difundir conocimientos sobre la lucha noviolenta lo más ampliamente
posible. Entre más gente conozca y entienda la técnica noviolenta, será más
difícil para los oponentes tratar de dejar acéfalo el movimiento encarcelando o
matando a los líderes (Sharp, 2014)” [esta es una labor que puede
impulsarse por conducto del Comité de Apoyo Cívico]; tener previsto que el
gobierno reaccionar ante el desafío y que se producirán muchas detenciones, que
muchos de los participantes irán a la cárcel; ¿qué hacer en ese caso?;
¿conviene replegarse para después emprender nuevas marchas y acciones
noviolentas de protestas? ¿Se cuenta con el número de personas necesario para
ello?; debe considerarse cuáles son las campañas que deben ser priorizadas;
cómo organizarlas; como garantizar la disciplina interna; dónde es mejor
comenzar una campaña, etc.,
¿Existe un punto donde se evidencia
la fuerza potencial del movimiento de resistencia en el cual queda evidenciada
la principal debilidad del régimen? Existe, y está en el despertar de las masas
populares, puesto en evidencia en los sucesos espontáneos de las marchas de
protestas del 11 de julio del 2021, lo cual es una muestra de donde se
encuentra el principal punto débil del régimen. ¿Dónde radica el principal
punto débil del movimiento opositor? En la falta de voluntad para el impulso de
una seria decisión de alcanzar apoyos efectivos dentro de la población; y en la
carencia de iniciativa de los dirigentes de los grupos opositores.
Recuérdese que la resistencia no
violenta no es solo empirismo, es un accionar científico y es un acto metódico,
que prevé resultados y contingencias. Requiere tiempo y constancia.
Lenin acuñó la frase: “Sin teoría revolucionaria tampoco
puede haber movimiento revolucionario”, como teoría, él se refería a la teoría
del marxismo basada en concepciones del centralismo vertical y no en los
criterios del descentralismo fundado en el liderazgo horizontal. Sin embargo.
la frase puede ser reconsiderada diciendo: “Sin el conocimiento de una
teoría de acción y sin la elaboración de una plataforma de objetivos
democráticos y una bien elaborada estrategia de lucha que tenga en cuenta las
iniciativas, tampoco puede haber movimiento de lucha noviolenta”.
En todo núcleo social se requiere
determinadas normas de disciplina para mantener el orden y la
subordinación entre los miembros de un cuerpo. Cuando se organizan
acciones que requieren una participación masiva se requiere, no precisamente
una subordinación a un mando superior, sino la capacidad de controlar los
impulsos, y para ello se establecen las acordadas directrices
noviolentas.
La disciplina consciente de los activistas
y manifestantes, debe dirigirse a la puesta en práctica de los principios y
métodos básicos de la acción no violenta, los cuales dejan en claro lo que se espera
en los actos de protestas, de desobediencia civil y de intervención noviolenta.
Se debe hacer entender, que los actos noviolentos comportan peligros,
agresiones de la policía, detenciones masivas y encarcelamiento de activistas.
Cada célula de acción, cada parte de
la organización puede impulsar iniciativas propias, de acuerdo a los
condicionamientos del lugar donde operen, y siempre, ajustadas a los
lineamientos generales y a la disciplina de la noviolencia.
“Aunque el nivel de compromiso de
los organizadores con los principios de la noviolencia sea muy fuerte, y aunque
la estrategia de la campaña esté muy bien organizada, es crucial que los
participantes en las manifestaciones y las acciones de desobediencia civil
reflejen los principios de la noviolencia para que
sea una campaña noviolenta efectiva”[3].
[1] Gene Sharp y col. Caridad Inda. Cómo funciona la Lucha
Noviolenta. Institución Albert Einstein. 2014
[2] Estos seminarios de estudio no tienen que ser necesariamente
presenciales, pudiéndose buscar para su realización alguna otra alternativa que
resulte más favorable.
[3] Manual Para Campañas Noviolentas. Op. Cit
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