martes, 11 de octubre de 2022

EL PUEBLO… ¡UNIDO! JAMAS SERA VENCIDO

 

Mario J. Viera



Ya está en los medios la noticia, en Bejucal, en la noche de ayer, lunes, hubo una manifestación de protesta, y ensordecedores cacerolazos llegaron “hasta la sede del Partido Comunista de Cuba (PCC)” en ese municipio, que siempre formó parte de la provincia de La Habana, pero ahora integrado a una provincia artificial de nombre Mayabeque. Allí se escuchó el reclamo popular de total rechazo a los burócratas del gobierno del PCC: “¡Qué se vayan!” y “¡Libertad!”, coreaban.

En Caibarién, ciudad de la que fue provincia de Las Villas, algo similar ocurrió; ¡más protestas! Se suspendió el servicio eléctrico, pero la multitud se mantenía firme, y allí se gritó la misma consigna que en otras latitudes se ha expresado con fuerza: “El pueblo unido, jamás será vencido”. Una gran verdad, perentoria y precisa se encierra en esta consigna, la que establece como condición sine qua non la unidad; la unidad de todo el pueblo. Sin la unidad de acción todo esfuerzo resulta baldío.

Unidad significa voluntad de acción conjunta y liderazgo. En un grupo, en una multitud que, de manera espontánea o concertados entre sí, sale a las calles a proclamar un reclamo o a expresar un rechazo, ciertamente existe voluntad de acción conjunta y existe liderazgo, pero de manera difusa; por tanto, ese acto luego se acalla, se disuelve; porque falta un principio básico, organización; falta la elaboración de un proyecto impulsado por una organización que defina objetivos y métodos de acción, que conduzca y guíe la voluntad de acción con un propósito definido y contumaz, capaz de desafiar prohibiciones, redadas y represiones. Se trata de la unidad firme, constante, bajo un principio de disciplina consciente. De este modo, la consigna puede replantearse de la siguiente manera: “El pueblo (organizado) y unido, jamás será vencido”. He aquí donde la disidencia cubana ha fallado, en su incapacidad o descuido de no encontrar el método adecuado para incorporar a los descontentos en una organización de acción siguiendo todo un plan de objetivos estratégicos y pragmáticos.

Mientras esta condición de organización-voluntad de acción-estrategia, no se cumpla, el pueblo sí, puede ser vencido. Una guerra se gana con voluntad de vencer, con adiestramiento de las fuerzas humanas y con una acertada estrategia, todo, dentro de una organización militar que dirija el conflicto. Sirve esto mismo para toda lucha de carácter político. Organización, objetivos, planes estratégicos. tácticas operativas y movilización de las masas, he aquí la fórmula para que la acción popular resulte efectiva.

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