Mario J. Viera
Cuando un movimiento opositor es colocado
en la ilegalidad por una dictadura, su respuesta, en rechazo, debiera ser alcanzar la unidad dentro de los sectores opositores, captar voluntades, captar
aliados; y saber distinguir quien es, en realidad, el enemigo. El enemigo
principal, esencial, es el poder dictatorial. La línea a seguir, en el
enfrentamiento a la dictadura, es la de restarle acceso a sus fuentes de poder.
Una de las principales fuentes de poder,
no solo de las dictaduras, sino de cualquier gobierno, son, como lo destaca
Gene Sharp en su “De la Dictadura a la Democracia”, los recursos humanos con que
cuente; es decir: “la cantidad e importancia de las personas y grupos que
obedecen a los gobernantes, cooperan con ellos o los apoyan”, lo que, en mi
opinión, haciendo abstracción de las otras fuentes de poder de las dictaduras,
es el recurso principal que hay que arrebatarle a las dictaduras. Esto es algo,
que, por lo general, obvian las organizaciones opuestas al régimen implantado
por el Partido Comunista de Cuba (PCC), para depositar todas sus esperanzas en
elementos externos promotores de sanciones económicas como factor clave en el
debilitamiento de las fuentes del poder de la dictadura cubana.
Sharp se refiere a este tema, diciendo: “las presiones internacionales pueden ser muy
útiles cuando apoyan un poderoso
movimiento de resistencia interna”, con la aplicación de medidas tales
como, el boicot económico internacional, los embargos comerciales y de armas,
la ruptura de relaciones diplomáticas, la expulsión del gobierno de
organizaciones internacionales, y la condena del mismo por alguno de los
cuerpos de las Naciones Unidas. Pero, advierte Gene Sharp. “si no existe un fuerte movimiento de resistencia interna, tales acciones por
parte de otros es poco probable que se
den”. Las acciones internacionales pueden debilitar a las dictaduras;
no obstante, la continuación de las dictaduras “depende primordialmente de factores internos”.
He aquí donde debe entrar en juego la
inteligencia y la sagacidad de la oposición democrática: modificar los factores
internos que les permiten a la dictadura sostenerse pese a embargos comerciales
y a sanciones económicas.
La oposición democrática debe presentarse,
no como una opción revanchista, sino de concordia y acuerdo con los componentes
de los recursos humanos sobre los cuales se apoya la dictadura. No condenar
como a enemigos a determinados sectores de la sociedad, sino considerarles como
posibles aliados estratégicos. Estrictas barreras ideológicas conducen al
aislamiento y al tribalismo.
A menudo escucho o leo expresiones
formuladas por opositores, al interior de Cuba o en el exilio, reclamando una
República, tal como la imaginó José Martí, de “con todos y para el bien de
todos”, en tanto, reproducen la misma intransigencia del régimen demandando pureza ideológica. Volviendo a Sharp,
este considera que, en el camino más adecuado para organizar una victoriosa
resistencia popular noviolenta, lo primero a ejecutar por la oposición es
negarle a la dictadura “la cooperación popular e institucional”, y ganarla para
sí, “lo cual disminuye y puede anular el acceso
a las fuentes de poder de las que dependen los gobernantes. Sin acceso a tales
recursos, el poder de los gobernantes se debilita, y finalmente se disuelve”.
Se requiere hacer labor sistemática de
captación, entre los sectores laborales, el estudiantado, el campesinado;
captar simpatías dentro de los cuadros jóvenes de mando de las fuerzas armadas
y entre los militantes simples del PCC y de la Juventud Comunista (UJC),
llevándoles el mensaje de que la oposición democrática no les ve como enemigos,
que el enemigo son los jerarcas del PCC y los altos mandos de las fuerzas
armadas; por otra parte hay que captar a los sectores de la intelectualidad y
de los artistas. Sectores de gran importancia desde el punto de vista de la estrategia
política de la resistencia.
El tratamiento que se les dé a estos dos
sectores, debe ser, inteligente y especial; captarles representa un factor de
gran importancia en el debilitamiento de los recursos humanos e ideológicos que
sostienen a la dictadura, y, en especial a una como la que dirige el PCC. Hay
que evitar cualquier rechazo por sus actitudes anteriores de debilidad y veleidades
que antes asumieran frente a la dictadura. Esto viene a propósito con el escándalo
que ha originado la edición de un tema musical de estilo rap, convertido de
inmediato en una reproducción viral, “Patria y Vida” interpretado por los
cantantes Alexander Delgado y Randy Malcom (Gente de Zona), Yotuel Romero,
Descemer Bueno, Maykel Castillo (Osorbo) y Eliecer Márquez (El Funky). Este rechazo a estos cantantes, por parte de un sector de la comunidad
cubana en Miami, que los ve como arribistas, constituye un verdadero error de
conceptos. El despliegue de ataques y menosprecio a estos intérpretes,
principalmente dirigidos al dúo de Gente de Zona, podría generar que, muchos
intelectuales y artistas cubanos. se abstuvieran de dar su apoyo al movimiento
opositor por miedo a ser crucificados públicamente por la condescendencia y la actitud
contemplativa que hubieran mantenido hacia la dictadura.
Excelente y una verdadera realidad que deben enfrentar los pinos nuevos.
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