viernes, 2 de abril de 2021

INICIATIVAS REPUBLICANAS (Segunda Parte) ¿SOLO EL MSI Y LAS DAMAS DE BLANCO?

 Mario J. Viera

 


¿Qué podemos decir de las dos resoluciones aprobadas por el Comité de Relaciones Exteriores, en apoyo al Movimiento San Isidro y las Damas de Blanco? Parecen ser justas; parecen ser correctas,


porque como expuso el senador Marco Rubio, “los Estados Unidos deben optar por honrar nuestro legado como líder en defensa de las personas marginadas alrededor del mundo”. Sí, porque, “EEUU debe seguir firme en su compromiso de defender y priorizar tanto los derechos humanos como los valores democráticos en la Isla, donde el pueblo cubano ha sido sometido a décadas de tiranía”. Pues, ¡nada!, hay que aplaudir la meritoria labor de Rubio, en oposición a la dictadura del PCC.

 

Ahora bien, se me sale una pregunta: ¿Solo el MSI y las Damas de Blanco? ¿Por qué no apoyar también al N27, los 500 plantados que pusieron en el candelabro al MSI cuando protestaron por el asalto, por efectivos de la Seguridad del Estado, a la sede de esta organización mientras llevaban a cabo una huelga de hambre? ¿O a las civilistas Corriente Martiana de Moisés Rodríguez, y Convivencia de Dagoberto Valdés? ¿Por qué no dar apoyo al Movimiento por la Democracia Pedro Luis Boitel, que preside Félix Navarro Rodríguez? ¿O a los numerosos grupos integrados en la supraorganización Mesa de Unidad de Acción Democrática?

 

Parece que algo se oculta tras la cortina del apoyo exclusivo al MSI y a las Damas de Blanco. Descorramos esa cortina y fisgoneemos lo que, detrás de ella se oculta. Bien, “el Movimiento San Isidro, un colectivo de artistas independientes y activistas que han sido acosados por el régimen cubano por protestar por su derecho a la libertad de expresión". ¿Acaso este es el único movimiento que ha sido acosado por reclamar “su derecho a la libertad de expresión”, tanto como para merecer esa exclusividad de apoyo del Senado de Estados Unidos?

 

¿Dónde quedan los cientos que, antes, no solo fueron acosado por el ejercicio de ese mismo derecho, sino también condenados a prisión por los “delitos” de “impresión clandestina”, de “propaganda enemiga”, de “asociación ilícita”, de “divulgación de noticias falsas”, de “desacato”?

 

Verdaderos actos de violaciones masivas y graves de los derechos humanos, como lo calificó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. En 1990 fueron condenados a varias penas carcelarias los integrantes del Movimiento Integracionista Democrático que proponía la táctica de la desobediencia civil en el enfrentamiento con la dictadura, convocar un plebiscito, modificar la Constitución e imponer un régimen pluripartidista. Por ello fueron condenados, Esteban González González a 7 años, Mario Fernández Mora a 6 años, Manuel Pozo Montero y Manuel Regueiro Robaira a 5 años, y Edgardo Llompart Martín, Isidro Ledesma Quijano y Arturo Montané Ruiz a 3 años. El 10 de marzo de 1990 fueron arrestados por el “delito” de enviar un cable de felicitaciones a la Delegación de Estados Unidos con motivo de la Resolución de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas sobre Cuba, los miembros del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba, Samuel Martínez Lara, José Luis Barzaga, Pablo Pupo Sánchez, Emérita Elejalde, Rolando Pagés Navarro, Mario Remedios Rodríguez, Eduardo Hoyos Ortiz y Cecilia Romero Acanda. En junio de 1990, Pedro Alvarez Martínez, miembro del Partido Pro Derechos Humanos en Pinar del Río fue condenado a cinco años de prisión acusado de “impresión clandestina”. Hubert Jerez Mariño, quien cumplía condena en la prisión de Kilo 7, por haberle sido decomisada una carta de felicitación dirigida a la señora Violeta Barrios de Chamorro lo mantuvieron en celda de castigo y le redujeron los alimentos a la mitad de la ración. Todo estos,  actos que, hasta han incluido arresto a opositores para internarlos en el Hospital Psiquiátrico, como ocurrió con la opositora invidente Milagros Cruz, Cano del Movimiento 30 de Noviembre, el 4 de diciembre de 1998 luego de ser detenida en plena vía pública.

 

¿Dónde quedaron los acosos que, como periodistas independientes, sufrimos a lo largo de la última década del siglo XX, cuando, por ejemplo, intentábamos cubrir el juicio que se les seguía a los cuatro de “La Patria es de todos” ─ Vladimiro Roca, Marta Beatriz Roque, Félix Bonne Carcassés y René Gómez Manzano ─ fuimos obligados, con agentes colocados ante nuestras puertas, a arrestos arbitrarios domiciliarios, que sufrí personalmente junto a otros periodistas independientes, como Oswaldo de Céspedes, José Antonio Fornaris, Aurora García del Busto, Mercedes Moreno, María del Carmen Carro, Omar Rodríguez Saludes, Santiago Dubuchet, Jorge Lara, Bárbaro Abela, y Adela Soto Alvarez? ¿Y la represión en el parque Butari, de la barriada habanera de Lawton, por miembros de la seguridad del estado, el 10 de diciembre de 1998? ¿O cuando, seis mujeres: Miriam Cantillo, Nancy Sotolongo León, Migdalia Rosado, Milagros Cruz Cano, Ofelia Astorac y María de los Angeles González Amaro, y los hombres doctor Oscar Elías Biscet, Rolando Muñoz Yyobre, Joaquín Rafael Martínez, Angel Pablo Polanco, Israel Bullón, Santiago Martínez y Alberto Martínez Melgares, fueron confinados por varios días en las celdas del cuartel general de la policía técnica en 100 y Aldavó, tan sólo por querer participar en una peregrinación religiosa? ¿Se nos olvida la represión del gobierno contra 75 activistas y periodistas independientes que fueron condenados a largas penas de cárcel bajo los postulados de la draconiana Ley 88?

 

Sirva a manera de comparación los datos que he ofrecido en los párrafos anteriores.

 

Los actos cometidos por el régimen contra el MSI no son algo novedoso, y sí, mucho menos violentos que los actos acometidos por la dictadura contra quienes ponían en práctica su derecho a la libre expresión y al derecho de asociación pacífica, en la década de los 90.

 

¿Por qué ese interés en colocar al MSI por encima de cualquier otra organización disidente u opositora, y por encima de los hechos verdaderamente representativos de la persecución y acoso de la dictadura contra los opositores? ¿Será por todas las incongruencias que recientemente expresó Luis Manuel Otero, diciendo que no quería “tumbar” una dictadura, sino que estaba construyendo democracia, como si fuera posible “hacer democracia” sin la toma del poder político, sin un programa inteligente? La democracia no es el enemigo de la dictadura, no se enfrenta a una dictadura. La democracia solo es la antítesis de una dictadura. Dentro de una dictadura no existe el ejercicio de la democracia, por más que dentro de la población exista la conciencia democrática. Para alcanzar la democracia, en un régimen dictatorial, lo primero es derrocar, “tumbar”, la dictadura.

 

¿Acaso la iniciativa impulsada por el senador Marco Rubio se deba a identidad ideológica afín con las políticas de la derecha radical? Otero ciertamente, en una ocasión dijo que, aunque hay muchos que aman a Trump, él no lo amaba; sin embargo, dentro del MSI hay varios que se identifican con Trump, incluyendo el rapero Denis Solís, cuya detención provocara la huelga de hambre de los miembros del MSI, quien consideraba a Donald Trump como “su presidente”.

 

¿Y qué decir de la declaración senatorial de dar apoyo a ese "movimiento pacífico liderado por mujeres que apoya la libertad y los derechos humanos en Cuba", las Damas de Blanco? Pero las Damas de Blanco de ahora no son las mismas que orientaba e impulsaba Laura Pollán, ahora su conductora es Berta Soler, que alcanzó la “presidencia” de la organización luego de un proceso que no careció de controversias. Tal como denunció la hija de la fallecida Laura Pollán, Laura Labrada: “Han venido sucediendo hechos lamentables, que han puesto en entredicho no sólo el prestigio de la organización sino también los fines que se persiguen y los métodos empleados (por Berta Soler). Expulsiones injustificadas, renuncias por maltrato, incomprensiones y falta de democracia. Intromisiones de personas ajenas al movimiento en la toma de decisiones, peleas entre hombres e incitaciones a la violencia, mítines de repudio internos al estilo del régimen de los Castro y descalificaciones". El mitin de repudio al cual se refiere Laura Labrada Pollán fue el producido por unas veinte mujeres en contra de Alejandrina García de la Riva, esposa del prisionero de conciencia de la Causa de los 75, Diosdado González Marrero, encabezadas por Berta Soler frente a la vivienda que fuera de Laura Pollán, lo que provocó que Laura Labrada declarara que, a la casa de la calle Neptuno 963, “no podrán volver las mujeres que participaron en el acto de repudio contra Alejandrina García de la Riva”. Ya antes, en agosto de 2014 una treintena de damas de blanco de Santiago de Cuba, entre las cuales se destacaba Belkis Cantillo, ex esposa de José Daniel Ferrer García, abandonaron el movimiento de Damas de Blanco para integrar un nuevo movimiento que se denominaría Ciudadanas por la Democracia, y denunciaron que esta decisión había sido tomada por el "arbitrario proceder de Berta Soler Fernández".

 

Cuestionada por Radio Martí sobre aquellos hechos, Berta Soler, evadió dar una respuesta precisa, calificándolo como una cosa secundaria y agregando que prefería dedicar su tiempo a denunciar al Gobierno cubano y "ver cómo son las conversaciones entre ambos Gobiernos (Cuba-EEUU)". Y lo hizo, pero a diferencia de Laura Labrada quien había declarado: “respaldamos y reconocemos la decisión del gobierno de Estados Unidos, un hecho histórico que ofrece nuevas oportunidades para instaurar la verdadera democracia en Cuba. Dependerá entonces de nosotros, el pueblo, saber aprovecharlo para construir una sólida sociedad civil que visualice el camino hacia la libertad”,  Berta Soler, en carta que enviara a Donald Trump, con fecha 6 de junio de 2017, anotaría: “Yo, Berta Soler, fui una de las pocas que le dijo al presidente Obama que su política estaba condenada al fracaso; que el régimen de Castro iba a tomar todo lo que podía de la buena voluntad del gobierno de Estados Unidos y no renunciaría al control del país, ni reduciría sus acciones represivas contra los opositores y el pueblo en general. Por desgracia, el tiempo demostró que tenía razón (…)  necesitamos su ayuda Señor Presidente; necesitamos su apoyo. (…) Seguiremos luchando por nuestros derechos (…) pero no podemos hacerlo solas. Estados Unidos debe seguir siendo el primer defensor de todos los que carecen de derechos y libertades”.   

 

Nueve días después de esta carta Berta Soler recibió la alegría mayor de su vida, ¡Invitada por el presidente Trump, para asistir a un acto en el Teatro Manuel Artime de Miami, donde se presentaría el mismísimo Donald Trump! Muy feliz, diría Soler: "A las 5:40 de la madrugada recibí una invitación de la Casa Blanca vía telefónica para asistir al discurso que el presidente Donald Trump va a dar con el anuncio de los cambios a la política hacia Cuba".

 

Está bien claro del porqué la iniciativa de Marco Rubio: identidad de ideologías y actitudes.

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