domingo, 29 de agosto de 2021

AFGANISTAN TIERRA DE SANGRE, GUERRAS Y CAMBIOS

 

Mario J. Viera

 


Durante todo el siglo XIX y principios del siglo XX, Afganistán fue una pieza en disputa entre dos imperios, el británico y el zarista, principalmente por los intereses coloniales británicos sobre la India. El Reino Unido ganó la partida, no sin dejar de enfrentar varias guerras con los afganos. La tercera y última guerra anglo-afgana de produjo en 1919. Amanuláh Kan o Aman Allah había asumido el reino de Afganistán, ese mismo año. En Rusia se había producido la Revolución de Octubre y los bolcheviques de Lenin llegan al poder. Esta situación fue aprovechada por el kan afgano para proclamar la independencia del Reino Unido, dando lugar a esa tercera guerra con los británicos que concluyó con la firma del Tratado de Rawalpindi de 8 de agosto de 1919, por el cual el Reino Unido reconocía la independencia de Afganistán. Una figura, que jugaría un importante papel dentro de la historia afgana, surgiría de ese conflicto, Mohammed Nadir.

 

La influencia perdida de la Gran Bretaña en Afganistán ahora la recogía la Rusia bolchevique. En 1921, el rey Amanuláh firmó un tratado de amistad con la Unión Soviética. No obstante, Amanuláh emprendería una serie de reformas en el país intentando su modernización, incluyendo la construcción del ferrocarril. Reformas que no fueron bien vistas por los sectores más conservadores y religiosos del país y, como consecuencia, se produce la insurrección islámica de finales de 1928 al mando del general Habibullāh Kalakāni, insurrección esta que se convirtió en una verdadera guerra civil provocando la abdicación de Amanuláh a favor de su hermano Inayatullá Khan, quien finalmente abdicaría bajo la presión de Kalakāni, quien entonces se proclamó como nuevo rey de Afganistán. Sin embargo, su reinado poco duraría.

 

Mohammed Nadir ─ que se había marchado del país por contradicciones con el Kan ─ retornaría al país para conducir una guerra contra el nuevo rey y al frente de un poderoso ejército. En su ofensiva, Kabul cae y se captura y se fusila a Kalakāni. Nadir asume el reino y suprimió muchas de las reformas de Amanuláh, con el propósito de calmar a las tribus conservadoras. Luego de controlar las insurrecciones, Nadir implantó nuevas reformas progresistas, reabrió escuelas, fundó una facultad de Medicina, y promulgó una nueva Constitución que instauraba un parlamento bicameral. También promulgó la obligatoriedad del sistema educativo. En un atentado que se le hiciera, Nadir perdería la vida, siendo entonces reemplazado por su hijo Mohammed Zahir Shah, quien reinaría por cuarenta años.

 

Como se lee en Wikipedia, Zahir Shah, en 1964, promulgó la primera Constitución del país que convertía a la nación en una democracia parlamentaria. La familia real quedaba fuera de la mayoría de los puestos de la Administración, se celebrarían elecciones libres y se reconocían los derechos civiles. Además, se reconoció la igualdad de derechos entre hombres y mujeres, dando a las mujeres, por primera vez en la historia del país, el derecho al voto, al trabajo y a la educación. Entre las medidas para modernizar el país, destaca su labor para acabar con la purdah, que obliga a las mujeres a cubrirse totalmente en público mediante el uso de burkas o ropas similares. Bajo su reinado, también se fundó la primera universidad, la Universidad de Kabul y se intentó mejorar las infraestructuras.

 

En julio de 1973, mientras Zahir Shah se encontraba en Italia recibiendo tratamiento médico para su lumbalgia, Mohammed Daoud Khan dio un golpe de Estado y proclamó la República. Mientras el depuesto rey, en su política exterior, se inclinaba a favor de Estados Unidos, Daoud era favorable a la Unión Soviética. Daoud ejerció un gobierno autoritario y la implantación de un partido político ─ el Partido Revolucionario Nacional ─ que suprimió al resto de los otros partidos. Aunque en un principio se inclinaba a favor de la Unión Soviética y recibiera apoyo de la misma, finalmente comenzó a confrontar problemas con el Partido Democrático Popular de Afganistán (comunista)

 

Lunes 27 de abril (saur) de 1978, la Revolución de Saur. Los comunistas toman el poder en Afganistán tras un golpe de Estado contra el Presidente de la República de Afganistán, Mohammed Daoud. Daoud moriría asesinado durante el golpe de Estado de la Revolución de Saur. La misma suerte le tocaría al líder de la insurrección del Saur, Nur Mohammad Taraki, cuando en 1979 fuera destituido de su jefatura de gobierno por otro dirigente comunista, Hafizullah Amin. La Revolución de Saur proclamaría la formación de la República Democrática de Afganistán. Se inició entonces una campaña de alfabetización, una reforma agraria radical, se prohibió la elaboración del opio, se legalizaron los sindicatos y se dictó una ley de salarios mínimos; también quedó abolida la burka, y se permitió la integración de las mujeres al trabajo, a los estudios universitarios y a su participación en la política.

 

“Liderados al principio por Nur Mohammad Taraki ─ revela el corresponsal de la BBC en Afganistán, William Reeve, en artículo publicado el 26 de abril de 1996 ─, los comunistas estaban lejos de estar unidos. Fueron tanto choques de personalidad como de política, ya que la facción Khalq o popular de Taraki ganaron inicialmente el día desterrando a los miembros de la facción moderada progresista Parcham o bandera a puestos de embajadores en el extranjero”. Dos facciones dentro del Partido Demócrata Popular, dos facciones pugnaban por el poder, una era la facción moderada progresista Parcham o “Bandera”, liderada por Babrak Karmal; y la facción Khalq o “Popular”, esta última liderada por Taraki y por Hafizullah Amin quien ganaría preminencia dentro del partido hasta el punto de lograr, por métodos no muy ortodoxos, la destitución de Taraki y su eliminación física para así convertirse en el presidente de Afganistán.

 

Karmal que, al triunfo de la revolución comunista, había sido designado Primer Ministro Adjunto fue destituido de ese cargo y enviado como embajador en Praga. Poco tiempo después, la facción Khalq de Taraki le acuso de conspirar contra el gobierno, destituyéndole como embajador. Karmal permaneció como exiliado en Praga.

 

Hafizullah Amin resultó ser un individuo totalmente torcido, incluso hasta para el Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS); así lo vio el Buró Político del PCUS en fecha 31 de octubre de 1979:

 

En un esfuerzo por hacerse un hueco en el poder, Amín hizo gestos teatrales, como la liberación de personas previamente detenidas, pero, de hecho, amplió el alcance de la represión en el Partido, el ejército, el aparato estatal y las organizaciones públicas. Es evidente que tiene el trabajo de eliminar de la arena política prácticamente todas las figuras prominentes del Partido y el Estado que ve como sus adversarios reales o potenciales... Las acciones de Amín están generando un descontento creciente en las fuerzas progresistas. Si antes estaban en su contra los miembros del grupo Parcham, ahora se unieron los del grupo Jalq, representantes del aparato estatal, el ejército, la intelectualidad y la juventud. Esto crea incertidumbre para Amín, que estudia la manera de intensificar la represión, con una reducción aún mayor de la base social del régimen” [Citado en Wikipedia de una traducción del ruso del artículo de Nikita Mendkovich, “La historia de la modernización en Afganistán: una visión desde Moscú” [История модернизации Афганистана: взгляд из Москвы]

 

Como anotó el corresponsal de la BBC, Reeve, fue durante este tiempo “que el derramamiento de sangre comenzó en serio. Decenas de miles de afganos desaparecieron para no ser vistos nunca más”. En diciembre de 1979 las tropas soviéticas intervinieron en Afganistán ante la inestabilidad del gobierno comunista de Amin que, en cualquier momento, podría ser derrocado y sustituido por un gobierno de composición ultraconservadora e islámica. Ante tal contingencia, Amin se alía con el líder de la milicia fundamentalista islámica Hezbi Islami de Gulbuddin Hekmatyar. Se dice que esta organización que se enfrentó a los invasores soviéticos recibía financiamiento directo por parte de la CIA.

 

Los soviéticos logran penetrar en Kabul, Amin es destituido, se dice, en realidad fue asesinado, unos aseguran que envenenado por los servicios de inteligencia soviéticos y otros que fueron los comandos de las fuerzas especiales de la Spetsnaz las que le acribillaron a balazos. Babrak Karmal, retornado de su exilio, aceptó asumir el cargo de presidente. En septiembre de 1987 Karmal sería sustituido en la presidencia por el que era jefe del servicio de inteligencia, un equivalente afgano de la KGB soviética, el Dr. Mohammad Najibuláh. Su gobierno se mantuvo hasta tres años después de la retirada de las tropas soviéticas de Afganistán, ordenada por Mijaíl Gorbachov.

 

La intervención soviética en Afganistán, según algunos observadores, costó la muerte de hasta dos millones de afganos, desplazó a siete millones y causó la muerte de más de 14 mil soldados soviéticos.

 

Llegaba entonces el momento de los muyahidines y del talibán. El 18 de marzo de 1992, ya desaparecida la URSS, acosado por las guerrillas fundamentalistas y los talibanes, Najibuláh ofreció entregar la presidencia a un gobierno de transición y el 16 de abril renunció; buscó entonces refugió en la embajada de la India y luego en el edificio de la oficina de la ONU. El 26 de septiembre de 1996 llegaría el fin de su existencia, y la del experimento comunista en Afganistán, cuando el talibán conquista Kabul y asalta el edificio de la ONU. Najibuláh y su hermano son secuestrados por el talibán y ambos asesinados. El diario español El País relata este ajusticiamiento:

 

Najibuláh fue "condenado a muerte unánimemente por los ulemas" (los doctores de la ley islámica) y por el "consejo central talibán", por haber "violado los derechos del pueblo afgano", declaró un portavoz de esta guerrilla de extremistas islámicos para justificar la ejecución'. Cinco guerrilleros entraron en la misión de las Naciones Unidas y, casi sin mediar palabra, fusilaron a Najibuláh con un tiro en la cabeza. Su hermano, Shalipur Ahmadzai, fue sacado más tarde del lugar para ser ahorcado. Una vez muerto, el cuerpo de Najibuláh fue atado a un jeep y arrastrado hasta el poste donde le colgaron. A su lado pende también Ahmadzai, cuya boca han taponado con cientos de billetes de afganis, la depreciada moneda afgana”.

 

Triunfaban los yihadistas y el talibán con la ayuda militar de Estados Unidos ─ más decidida y abierta cuando Ronald Reagan ocupaba la Casa Blanca ─; de Arabia Saudita, de Egipto y los servicios de inteligencia de Paquistán. Como aseguró BBC, “Reagan llegó a recibir a una delegación de líderes yihadistas en el Despacho Oval y en su discurso sobre el Estado de la Unión de 1986 lanzó un mensaje a los rebeldes afganos: ‘No están solos, combatientes de la libertad. Estados Unidos los apoyará”. Como dijera Murad Shishani, experto en milicias yihadistas de la BBC: "Cuando surge el talibán (1994) ya había caído la URSS, pero es cierto que algunos de los líderes que lo fundaron estuvieron entre los señores de la guerra que recibieron la ayuda estadounidense en la guerra contra la URSS".

 

El Emirato Islámico de Afganistán se mantuvo durante cinco años, cuando Estados Unidos lo derrocara en 2001. Hoy, luego de cruentos 20 años, Estados Unidos se retira de esa tierra de sangre y guerras. Vuelve a establecerse el Emirato Islámico ¿Cuánto durará? Solo algunos años, en Afganistán siempre hay guerras civiles y cambios de poderes.

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