Mario
J. Viera
Amor, ¡qué hermosa palabra, si hasta San Pablo habló de ella! En la Primera Carta a los Corintios (13: 4-13), el de Tarso dijo (versículo 7): “El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”; aunque en el versículo anterior, dejó dicho: [El amor] no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad”. ¡Cuántos versos se han referido al amor! Amor por otra persona, por los hijos por los padres; amor entre amigos; amor por la profesión y, hasta amor por la patria y ese amor por la patria, lo definió José Martí ya desde su adolescencia: “El amor, madre, a la patria/ no es el amor ridículo a la tierra,/ ni a la yerba que pisan nuestras plantas./ Es el odio invencible a quien la oprime,/ es el rencor eterno a quien la ataca”.
En
ocasiones, el amor nos enceguece. Si, se ha dicho muchas veces que, el amor es
ciego, de tal manera que se cumple el apotegma del versículo 7 de Saulo de
Tarso, que todo lo disculpa y que todo lo soporta. Esta condición del amor solo
es válida en cuanto al amor filial o el amor de pareja, y hasta incluso en el
amor entre amigos. Cuando se habla del amor patrio, ya todo cambia: ¡No puede
aceptarse falacias y mucho menos cuando la patria está sometida a una tiranía! “Del
tirano, dijo Martí, di todo, ¡di más!; y clava/ con furia de mano
esclava/ sobre su oprobio al tirano”.
Cuba
está bajo el dominio de una dictadura, una tiranía, que ya cumple más de seis
décadas. Persecución, opresión, violación de todos los derechos civiles y
políticos de los ciudadanos, es lo que soporta el cubano. Disentir, en Cuba es
delito de lesa majestad. Condenar el mal manejo de la economía por parte de los
usurpadores del gobierno cubano, imposible. La planificación centralizada por
parte del gobierno ha demostrado que origina baja productividad laboral y baja
producción de bienes de consumo. La gestión agraria, desde su producción hasta
su distribución es del todo ineficiente y junto la degradación de gran parte de
los suelos agrícolas debida a los pésimos métodos agronómica, el resultado es
el desabastecimiento en la canasta familiar. Salarios de miseria, abandono de
toda la infraestructura del país por la desidia gubernamental para priorizar a
todo un organismo supraestatal como es el PCC y todas las instancias
gubernamentales, administrativas y represivas, en unión con todo el descomunal
aparato propagandístico del régimen, son las causas fundamentales de la miseria
de todo el pueblo.
El
embargo y las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos al régimen de
La Habana, contribuyen en parte a hacer más angustiante la vida de un pueblo
que vive en tiranía. Es cierto, el embargo económico es ya obsoleto; las
sanciones económicas no selectivas, son estúpidas e inoperantes en cuanto a
desestabilizar a la dictadura; la Ley Helms-Burton un absurdo jurídico de la
ultraderecha republicana. ¿Debiera haber una distención en las relaciones
diplomáticas y comerciales entre Estados Unidos y Cuba? Sí, debiera ser, como
debiera haber una distención del trato del gobierno usurpador que rige en Cuba
con respecto a toda la población, para no reprimir el disenso; para escuchar
todos los reclamos del pueblo, tanto los justos como los injustos. En Cuba
sobran las cárceles y está de más un partido político único colocado por encima
del Estado y de la sociedad.
¿Por
qué la dictadura no prestó oídos a los reclamos del 11 de julio, en lugar de
reprimirlos? ¿Por qué la dictadura no permite la libre formación de
organizaciones opositoras? Pudiera una oposición legalizada y legítima ser una
presión sobre el actual gobierno, pero en todos los países, verdaderamente
democráticos, existe oposición que le hace presión al oficialismo, porque es
natural, porque es consustancial con el derecho humano de poder decir no,
cuando hay que decirlo. Si, me desagrada el embargo; pero me desagrada mucho
más que la dictadura no ha despenalizado en su Código penal las figuras
delictivas de “propaganda enemiga” y de “desacato”, y se adecue sobre
principios que no violen derechos civiles las figuras de “asociación, reunión y
manifestación ilícitas”,” clandestinidad de impresos” y “salida ilegal del
territorio nacional”.
Me
desagrada el embargo ─ esto es tema a definir por el Congreso de Estados Unidos
─, pero me desagrada mucho más los actos de la tiranía cubana. Hoy no es
momento para intentar erigir puentes de amor hacia la dictadura cubana. Hoy los
puentes de amor deben ser trazados solo a favor de los que luchan de verdad
contra la dictadura; a favor de todos aquellos que se atreven a disentir; de
todos aquellos que en multitudes de miles levantaron su reclamo de Patria y
Vida.
¿Sentarse
junto al dictador para hablar de amor, como acaba de hacer Carlos Lazo? Eso no
es amor hacia Cuba, eso es acto de quintacolumnismo. Lazo puede ser un hombre
honrado y decente; puede sentirse como un renovado Francisco de Asís; pero se
equivoca en los métodos. Su reciente encuentro con Miguel Díaz-Canel es como
tratar de lavarle la cara, como han hecho otros en algún que otro barrio
habanero, o como han hecho los aduladores de la Plataforma Interreligiosa en
Cuba o el Consejo de Iglesias de Cuba que han bendecido al usurpador.
Dice
Carlos Lazo sobre la entrevista que sostuvo este miércoles con Miguel
Díaz-Canel: “En el encuentro, conversamos sobre temas referentes a los
cubanos que residen en el exterior, así como la necesidad de implementar
políticas que beneficien la relación de los emigrados con la nación. De manera
respetuosa, se discutieron diversos tópicos que incluyeron los pasaportes
cubanos, las restricciones de viajes de 8 años y otros asuntos que atañen a los
cubanos que viven fuera y dentro de Cuba (…) Se reiteró la necesidad de
que los que aman y construyen trabajen juntos para levantar las sanciones que
asfixian al pueblo cubano”. Por supuesto está que Lazo no tuvo el coraje ─
o fue un olvido suyo ─ de pedirle al dictador que liberara a los detenidos y
sancionados por los sucesos del 11 de julio. Por supuesto está que Lazo no tuvo
el coraje ─ o también fue otro olvido suyo ─ de pedirle al dictador que
levantara las directivas del PCC que asfixian al pueblo cubano.
Muy
feliz salió Lazo de su encuentro en la sede del Comité Central del PCC con el
dictador sustituto, si hasta se retrató felizmente junto a un complaciente Díaz-Canel
que hasta fue tan afable de colocar su brazo sobre sus hombros. “Salimos de
este encuentro llenos de esperanzas. Aquí, allá o acullá, seguiremos
construyendo #PuentesDeAmor con todos y para el bien de todos”, resumió un
muy entusiasta Carlos Lazo.
Y
dice el Granma sobre el amoroso encuentro entre el dictador sustituto Miguel
Díaz-Canel y el amoroso profesor Lazo: “El Primer Secretario del Comité
Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel
Díaz-Canel Bermúdez, sostuvo este miércoles un encuentro con Carlos Lazo, líder
del proyecto Puentes de Amor, grupo que fomenta la solidaridad con la nación
antillana desde Estados Unidos”. Y agrega Granma: “A través de su perfil
en Twitter, el Jefe de Estado catalogó de fructífero el encuentro con el líder
de la organización de solidaridad, quien, señaló el mandatario «desde el amor a
la Patria, continúa construyendo puentes de amor (…) La lucha por
eliminar las restricciones que pesan sobre el normal desarrollo de las
relaciones familiares a ambos lados del estrecho de la Florida y contra el
bloqueo constituyen el eje fundamental del proyecto encabezado por Lazo, también
empeñado en llevar la realidad cubana al pueblo estadounidense”. Así
que este es uno de los empeños de Lazo, pero hay que preguntar ¿Cuál realidad
cubana, la verdadera y real, o la que quiere presentar como tal el régimen?
Y
dijo Miguel Díaz-Canel en un tuit: “Sostuve fructífero encuentro con Carlos
Lazo, quien, desde el amor a la Patria, continúa construyendo
#PuentesDeAmor. #Cuba continuará fortaleciendo los vínculos con los cubanos en
el exterior, como parte de un proceso invariable e indetenible”. ¿Cuáles
cubanos, Miguelito?
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