Mario
J. Viera
Todo,
en verdad, tiene un límite, a partir del cual, no existe un “más allá”; un
límite que no se puede traspasar. Todo tiene un límite, y hay que hacer todo lo
posible para no llegar a ese límite del “non plus ultra”. La criminal guerra
que sufre Ucrania bajo las botas, las orugas y los misiles rusos tiene un
límite inadmisible: La claudicación de Ucrania ante el avance de las tropas
rusas. ¡Hasta ahí no se puede llegar!
Toda
Ucrania se ha alzado en defensa de su soberanía ofreciendo una, que puede
calificarse de, heroica resistencia frente a los invasores.
Putin
ha accedido a realizar conversaciones ruso-ucranianas sin hacer un alto al
fuego. Con esa decisión el dictador ruso pretende dar la imagen de estar
abierto al diálogo, cuando en realidad lo que busca es, tal como lo definió el
analista político y editor Winfried Schneider-Deters y lo ratificó la ministra
británica de Asuntos Exteriores, Liz Truss, levantar un “cortina de humo” para
ganar tiempo y para reagrupar tropas con las que acometer una mayor ofensiva.
En
la sexta ronda de conversaciones, el régimen putinista ha presentado un
proyecto de reclamos humillantes para Ucrania. Impone como condicionante para
alcanzar una imaginaria paz, primero, la renuncia de Ucrania a integrarse como
miembro de la OTAN; segundo, reconocer la anexión de Crimea por parte de Rusia;
tercero, reconocer la independencia de las “repúblicas populares” de Donetsk y
Lugansk; cuarto desarme de Ucrania; declararse Ucrania neutral al estilo de
Suecia y Austria.
Ante
estos reclamos de Putin, el presidente Zelensky ha dejado en claro cual es la
posición de Ucrania: “Mis prioridades en las negociaciones son absolutamente
claras: el fin de la guerra, las garantías de seguridad, la soberanía,
la restauración de la integridad territorial, las garantías reales
para nuestro país, la protección real para nuestro país”.
Esto
deja bien en claro lo que sufriría la soberanía de Ucrania, si Putin logra
doblegar la resistencia que está enfrentando. Ucrania, no puede rendirse; no
puede caer bajo la esfera rusa. Para alcanzar este propósito el compromiso de
Occidente con Ucrania debe ser contundente, decidido, firme. Hay que hacerle
ver a Putin que Occidente no esté dispuesto llegar a ese límite del no retorno,
del no más allá.
Y
ese límite ya lo ha impuesto la encarnizada guerra de agresión de Rusia contra
Ucrania. ¿Conversaciones? ¿Hasta cuándo hay que continuar conversando con
Putin? Todo tiene un límite. Como lo declaró el representante demócrata de
Massachusetts, Stephen Lynch, durante una visita bipartidista de Estados Unidos
en Polonia, que mientras Putin continúe con la agresión, “sólo hay una manera
de responder a eso y es la fuerza militar”, El de ahora es un “momento
crucial para el mundo”, como lo expuso el primer ministro británico Boris
Johnson; es también el comienzo de “una nueva era de intimidación”,
si Putin logra vencer en Ucrania. “Un Putin victorioso ─ consideró
Johnson ─ no se detendrá en Ucrania. Y el fin de la libertad en Ucrania
significará la extinción de toda esperanza de libertad en Georgia y después
Moldavia, significará el comienzo de una nueva era de intimidación en toda
Europa oriental, desde el Báltico hasta el mar Negro”.
Por
el momento, como asegura Lynch. “La acción más urgente que podemos realizar
es asegurarnos de que los combatientes ucranianos —esos valientes patriotas que
luchan por su libertad — tengan todo el equipamiento, todos los suministros y
todo el apoyo que podamos ofrecerles”. Por el momento, como lo dijo
Zelensky el día 23 de la invasión: "Esta es la única oportunidad para
que Rusia reduzca el daño de sus propios errores. Quiero que todo el mundo me
escuche ahora, especialmente en Moscú. Es hora de reunirnos, es hora de hablar,
es hora de restaurar la integridad territorial y la justicia para
Ucrania. De lo contrario, las pérdidas de Rusia serán tales que necesitará
varias generaciones para recuperarse. Hemos ofrecido diálogo, hemos ofrecido
soluciones de paz”. Ya se ha llegado al límite y hay que imponer una línea
roja. Estados Unidos, Gran Bretaña,
Canadá, la Unión Europea y la OTAN tiene que imponerle un ultimátum a Putin
para sacar sus tropas de Ucrania y respetar su integridad territorial. Si a
Putin no se le enfrenta militarmente, no se detendrá.
Es
importante, sí, como lo reconoce Volodymiyr Zelensky que. si solo hay un uno
por ciento de posibilidades para detener la guerra, Ucrania debe aprovechas esa
oportunidad. “Las fuerzas rusas ─ explicó Zelensky a la CNN ─ han
venido a exterminarnos, matarnos. Y podemos demostrarlo con la dignidad de
nuestro ejército que somos capaces de asestar un golpe poderoso. Somos capaces
de devolver el golpe. Pero desafortunadamente, nuestra dignidad no va a
preservar las vidas”. Es correcto, es útil que Ucrania utilice “en
cualquier oportunidad para tener la posibilidad de negociar, la posibilidad de
hablar con Putin”. Pero si todos estos diálogos, todas esas negociaciones, por
culpa de Putin, fracasan, entonces, eso como lo avizora Zelensky, “significaría
que esto es una tercera guerra mundial”.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario