viernes, 7 de mayo de 2021

De un debate sobre “las promesas de Joe Biden”

 Mario J. Viera


 

Un debate se ha producido dentro de las fincas del Facebook, a propósito de exigirle o hacerle recordar al presidente Joe Biden sus “promesas electorales con respecto a Cuba” y uno de los principales reclamos que se le hacen es el levantamiento del embargo (prefieren utilizar la combinación “embargo/bloqueo”) Hasta promueven manifestaciones públicas con reclamos a la administración Biden, diz que, porque ellos les dieron su voto.

 

Pero Biden no prometió levantar el embargo, no prometió hacer más estrechas las relaciones con el gobierno del PCC, claramente lo dijo él no es Obama, y también claramente dijo que levantaría las sanciones extremistas que impuso Donald Trump afectando más al pueblo que a la dictadura.

 

Durante su periodo de campaña electoral, Biden declaró, en entrevista para CiberCuba: “La situación de hoy en Cuba no es igual a la situación hace cuatro años y yo seguiré políticas que reconozcan el ambiente de hoy, empezando con la eliminación de las restricciones de Trump a las remesas y los viajes, las cuales perjudican al pueblo cubano y mantiene a las familias separadas. También abordaré el atraso de más de 20,000 visas que ha aumentado bajo la administración Trump, exigiré la liberación de los presos políticos y defenderé los derechos humanos en Cuba, tal como lo hice cuando era vicepresidente”. Lo ha expresado por boca de la vocera de la Casa Blanca, Jen Psaki, la política que seguirá la administración con respecto a Cuba, estará "comandada por dos principios: el primero el apoyo a la democracia y los derechos humanos, que va a ser el eje, y el segundo es que los estadounidenses de origen cubano son los mejores embajadores de la libertad en Cuba”; agregó, además, Psaki: "Estamos revisando las políticas del gobierno de Trump en varios temas de seguridad nacional para asegurarnos que nuestra visión se ajusta a eso. Vamos a marcar nuestro propio camino"   

 

Pero también se ha recalcado que existen prioridades más importantes para Estados Unidos, como la pandemia, la economía, el calentamiento global, y el conflicto con Irán, y es así, porque Biden no es el presidente de la comunidad cubano-americana de la Florida; él es el presidente de Estados Unidos.

 

Al embargo, el régimen dictatorial del PCC lo denomina "bloqueo", lo ha estado diciendo desde 1962. No obstante, Cuba mantiene magníficas relaciones con más de cien países con los que hace comercio e intercambios. Por muchos años, Fidel Castro se burlaba del embargo ─ él decía bloqueo ─. El 2 de enero de 1969, en un discurso que pronunció en la Plaza de la Revolución, dijo, “la consigna de este país es primero pasar hambre que dejar de pagar una sola obligación porque afectaría el crédito de este país”, y agregó:


¡Venir a estas horas pensando que pueda prosperar el bloqueo! (…) ¡Dan ganas de reír sencillamente! (…) El bloqueo ya nos da ganas de reíry no puede ser para menos”.  

 

Chupaba de la teta de la vaca soviética; pero, no obstante, comenzó una tremenda campaña propagandística, con aquello de la deuda externa del Tercer Mundo, que decía, era impagable. Argumentó con cuantas falacias le vinieran a la mano para justificar su reclamo “internacionalista”. Hasta convocó el encuentro de la deuda externa de América Latina y el Caribe, en La Habana, celebrado a lo largo de seis días, desde el 30 de julio hasta el 4 de agosto de 1985. Mucho que le debía al Club de París y a países de América Latina como Argentina y México; y en su discurso de apertura del encuentro Castro expresó: “Cuando hablamos de abolir la deuda, hablamos de todas las deudas que tiene el Tercer Mundo con el mundo industrializado, no excluyo a los países socialistas”. Su conclusión final fue declarar, “la deuda externa de los países del Tercer Mundo es impagable e incobrable (…) un imposible político, un imposible económico y un imposible moral” (Discurso pronunciado por FC, el 2 de septiembre de 1986 en Harare, Zimbabue).

 

Llegó la perestroika, se le acabaron los subsidios soviéticos y no hizo lo que debió hacer, rectificar, abrirse al pueblo y abrirse al mundo. En Cuba todos estábamos entusiasmados con la perestroika, pero FC se mantuvo inmutable, su poder no podía ser amenazado por los "perestroikos", como comenzaron a llamar a los miles y miles que, en Cuba, vieron en la perestroika, un nuevo camino de esperanzas, de mejoramiento de los niveles de vida. Impuso entonces Castro su proyecto de "rectificación de errores", que lo único que logró fue hacer más patentes y más duros los errores.

 

Se decidió por la resistencia y le clavó al pueblo el denominado "periodo especial en tiempos de paz". No se abrió a los cambios, y continuó acumulando deudas con el club de Paris, aún las mantiene. Comenzó entonces a lloriquear por el "bloqueo" y los tontos útiles comenzaron también a llorar por el "bloqueo".

 

La economía seguía en bancarrota, se debía a la política de la Planificación Centralizada. Se arruinaban las muy fértiles tierras de Cuba por las malas prácticas del burocrático latifundismo estatal. amenazaba el hambre. Los campos se cubrieron de marabú, y no fue por culpa del embargo, sino por la incorrecta dirección de la economía conducida por la intolerancia castrista.

 

Ciertamente, el embargo es una práctica obsoleta, surgida, en primera instancia para apartar al Cuba de la Unión soviética. Caído el campo soviético del "socialismo real", Estados Unidos, mantuvo el embargo, principalmente a impulsos de la comunidad cubano-americana.

 

En 1996, por inspiración de Lincoln Díaz-Balart, surgió la Helms-Burton que codificaba al embargo. Bill Clinton dudaba firmar la tal ley, ¿y qué ocurrió? En Cuba se organizaba Concilio Cubano, el reto más poderoso que la oposición interna le planteara al régimen; Castro quería acabar con ese reto y envió un mensaje. Una cuadrilla de avionetas de Hermanos al Rescate intentó un vuelo sobre Cuba en apoyo de Concilio, pero los mig de combate del régimen derribaron con misiles a dos de las avionetas sobre aguas internacionales. A Clinton no le quedó más remedio políticamente que firmar esa ley; una ley que pudo haber vetado.

 

Llega Obama, busca mejorar las relaciones con Cuba, le facilita un mejoramiento en esas relaciones; pudo haber mejorado la vida de los cubanos, pero aparece Trump e impone sanciones severas, que, más que al régimen, a quien más dañaba era al pueblo; ahí está el contenido de lo que Biden prometiera, suprimir esas medidas estúpidas de Trump y dejar en suspenso los títulos III y IV de la Helms Burton.

 

Mantener el embargo, nada resuelve a favor de la libertad de Cuba. Levantar el embargo tampoco resolverá la libertad de Cuba, ejemplo la China capitalista-comunista.

 

Cuando voto por un candidato a la presidencia de Estados Unidos, lo hago considerando si es el candidato correcto para Estados Unidos; no lo hago pensando en que ese candidato sea el "libertador" de Cuba o de Venezuela, o el de Nicaragua o el de Birmania.

Si Estados Unidos impuso el embargo, Estados Unidos decidirá si lo mantiene o lo levanta; no soy yo quien lo decidirá. Pero, mientras tantos, cubanos con buenas intenciones, pero erradas en principio siguen promoviendo puentes de amor entre el gobierno de Estados Unidos y el Gobierno del PCC.

 

Los puentes de amor han sido bien recibidos por los funcionarios del régimen que llaman "patriotas" a los puenteros. Me sentiría muy mal si el régimen del PCC me denominara "patriota". ¿Sanciones económicas no selectivas? Por supuesto que no las apruebo. ¿Ley Helms-Burton? Por supuesto que no la apoyo, que estoy en contra suya; pero, ¿Regalarle de gratis una victoria política al régimen del PCC? ¡De ninguna manera! Miren qué conflicto el mío. Soy partidario de un quid pro quo en cuanto al levantamiento del embargo, un “te doy y me das”. Lo demás es asunto a dilucidar por el Congreso Federal.

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