lunes, 1 de agosto de 2022

¿PUENTES DE AMOR O DE COMPLICIDAD?

 

Mario J. Viera

 


Siempre he sido partidario de que la oposición interna al régimen del PCC, no deposite todas sus esperanzas en las medidas de sanciones económicas que endurecen al embargo, pensando que solo ellas puedan desestabilizar al sistema totalitario. Hasta ahora esa desestabilización, ese estado de crisis política en el régimen, no se ha producido. Alcanzar la desestabilización del régimen no se originará a partir de un intento externo, tiene que lograrse dentro de Cuba, con un movimiento autóctono de pensar en cubano, ajustado a la realidad concreta del país; y autónomo, para actuar por iniciativa propia sin influencias y controles externos.

Muchos de la comunidad cubana residente en Estados Unidos reclaman que el embargo se mantenga, que el embargo se endurezca. Yo sostengo otra posición al respecto: “Mantener el embargo, nada resuelve a favor de la libertad de Cuba. Levantar el embargo tampoco resolverá la libertad de Cuba”.

Repetiré algunos comentarios que he expresado anteriormente: “El embargo, ciertamente es un espinoso tema, que ha dividido la comunidad cubana de emigrados y exiliados. Unos, exigiendo que se aprieten al máximo las tuercas del embargo, sin importar los daños colaterales que se presente entre los cubanos que viven en Cuba… Otros, en cambio, una mayoría entre los emigrantes, son partidarios de aflojar las tuercas de las sanciones económicas, y se identifican con las propuestas adelantadas por Carlos Lazo…”

Ya desde el pasado año he emitido críticas al proyecto demagógico de los puentes de amor que impulsa, de manera provocativa, el profesor Carlos Lazo:

Me desagrada el embargo ─ esto es tema a definir por el Congreso de Estados Unidos ─, pero me desagrada mucho más los actos de la tiranía cubana. Hoy no es momento para intentar erigir puentes de amor hacia la dictadura cubana. Hoy los puentes de amor deben ser trazados solo a favor de los que luchan de verdad contra la dictadura; a favor de todos aquellos que se atreven a disentir; de todos aquellos que en multitudes de miles levantaron su reclamo de Patria y Vida”.

El 11 de julio de 2021 se produjeron en Cubas las inusitadas marchas de protestas en contra del gobierno de Díaz-Canel. La represión ascendió hasta la detención de más mil participantes en aquellas demostraciones. Un mes después, el 25 de agosto, Carlos Lazo era recibido amablemente por Díaz-Canel y altos representativos del Partido Comunista de Cuba. Anoté entonces: “¿Sentarse junto al dictador para hablar de amor, como acaba de hacer Carlos Lazo? Eso no es amor hacia Cuba, eso es acto de quintacolumnismo”.  Después de la represión contra los manifestantes pedir el levantamiento de las sanciones económicas contra el régimen de La Habana sería como decirle a la dictadura: ¡No pasa nada, puedes continuar oprimiendo al pueblo!

“Se ha dicho muchas veces ─ expresé en aquella ocasión ─ que, el amor es ciego, de tal manera que se cumple el apotegma del versículo 7 de Saulo de Tarso, que todo lo disculpa y que todo lo soporta. Esta condición del amor solo es válida en cuanto al amor filial o el amor de pareja, y hasta incluso en el amor entre amigos. Cuando se habla del amor patrio, ya todo cambia: ¡No puede aceptarse falacias y mucho menos cuando la patria está sometida a una tiranía! “Del tirano, dijo Martí, di todo, ¡di más!; y clava/ con furia de mano esclava/ sobre su oprobio al tirano”.

Lazo ha demostrado que es un agente del régimen del PCC, no un espía, sino un agente de agitación política que tras su propuesta humanitaria, tierna, amorosa se esconde una gran hipocresía y demagógica campaña a favor del régimen. Es recibido en el Palacio de la Revolución con un reconocimiento a su “patriotismo” al oponerse al embargo, al “bloqueo” como él mismo denomina; sin embargo, varios representantes conocidos de la disidencia interna han sido partidarios a favor del levantamiento del embargo y ninguno de ellos fue reconocido como “patriotas”.

La evidencia clara de ser Lazo un agente de la dictadura queda demostrada en el hecho de hacer sus desfiles y sus manifestaciones, no en Washington DC, la capital de Estados Unidos, la ciudad donde se levanta el edificio del Congreso, que es la única instancia estatal con facultad para levantar el embargo; no, Lazo se va a Miami, al mismo corazón del exilio cubano con toda la intención de un verdadero agente provocador; y tanto lo es, que algunos de sus partidarios enarbolaron el estandarte rojinegro del Movimiento 26 de Julio.

Lo que realmente busca Carlos Lazo, no es levantar puentes de amor hacia el pueblo sufrido de Cuba, hacia los represaliados en Cuba, a los que sufren largas penas de prisión por sus ideas y por su derecho de manifestación, sino, levantar un formidable puente de complicidad con la dictadura del PCC.

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