sábado, 27 de agosto de 2022

EL EXILIO CUBANO, LA OPINION INTERNACIONAL Y EL EMBARGO.

 

Mario J. Viera

 


En el enfrentamiento al régimen del partido comunista en Cuba, el exilio cubano, necesariamente tiene que captar el favor de la opinión pública internacional. Se requiere ganar prestigio ante el mundo. En este propósito, el mundo no debe ver al exilio cubano como un exilio revanchista, sino verlo como un movimiento sagaz, firmemente democrático, bien definido en sus objetivos e independiente de cualquier influencia extranjera.

El mundo actualmente ve como vacía de conceptos originales toda la retórica propia de la guerra fría. Se requiere un discurso que resalte la lucha de la democracia frente a los movimientos antidemocráticos; y no el simple clamor del anticomunismo. La lucha por la democracia de hecho es una batalla en contra de todos los ismos peyorativos.

Para romper la asimetría de fuerza entre los medios de la oposición democrática y el poder del Estado totalitario, se necesita compañía y ser visibles, en un enlace de resistencia interna y apoyo moral de la mayoría internacional.

El régimen dictatorial de Cuba cuenta con firmes apoyos internacionales y consolidados pilares de apoyo externos, lo cual queda evidenciado en la actitud de firme rechazo que asume el mundo ante el embargo comercial y económico impuesto a Cuba por Estados Unidos. Desde su implantación en Cuba, el régimen de Fidel Castro supo ganarse la simpatía internacional para que lo vieran como el pequeño héroe enfrentado a un poderoso monstruo, el sastrecito valiente enfrentado al gigante o la indefensa Andrómeda amenazada de ser devorada por el ceto, el monstruo marino de Poseidón.

La campaña por la supresión del embargo, que el régimen cubano y algunos otros gobiernos, denomina “Bloqueo”, se ha convertido en el póker político que maneja el Partido Comunista de Cuba (PCC) para atraer la empatía mundial y justificar todas sus deficiencias en lo económico y sus métodos de accionar represivo en contra del disenso como si fuera la legítima decisión del pueblo para elegir su sistema político, económico y social.

El pleno de la Asamblea General de las Naciones Unidas, año tras año, vota casi de manera unánime en contra del embargo estadounidense y a favor de su supresión. y no todos los delegados que toman asiento en la Asamblea General son representantes de regímenes autoritarios o antidemocráticos; prácticamente toda Europa, Canadá, América Latina, Asia y África, incluyendo a Australia, votan a favor del levantamiento de las medidas restrictivas de la economía que afectan al gobierno cubano.

Ese rechazo se ha hecho presente en diferentes foros internacionales., como en la Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC), donde participan no solo los gobiernos de Cuba, Venezuela, Nicaragua y Bolivia. Entre los acuerdos tomados  en la VI cumbre de la CELAC, celebrada el 18 de septiembre de 2021 estuvo, como uno de sus principales la reafirmación de “su rechazo a las medidas económicas coercitivas no sustentadas en el Derecho Internacional, incluidas todas aquellas acciones unilaterales aplicadas contra países soberanos que afectan el bienestar de sus pueblos y están concebidas para impedirles que ejerzan su derecho a decidir, por su propia voluntad, sus propios sistemas políticos, económicos y sociales”.

Ahora bien, existen otros Estados sometidos a fuertes sanciones económicas, como, por ejemplo, Corea del Norte, y, no obstante, no hay reacción mundial dirigida a la supresión de esas sanciones. Existen también regímenes violentos y militaristas, como el de Birmania ante los cuales la comunidad internacional exige se impongan severas sanciones económicas.

Sin darle el nombre de “embargo” los Estados Unidos mantienen un verdadero embargo comercial contra Corea del Norte, independientemente de que forme parte de la selecta lista de Países patrocinadores del terrorismo internacional desde el 2017 debido al desarrollo de su programa nuclear y misilístico. De acuerdo de un “Aviso sobre las sanciones a Corea del Norte y medidas relativas a su aplicación” dado a la publicidad por el Departamento de Estado de E.E. U.U. con fecha  23 de julio de 2018 se prohibía, entre muchas las siguientes: todas las transacciones o actividades que involucren al Gobierno de Corea del Norte o al Partido Nacional de los Trabajadores de Corea del Norte; la importación directa o indirecta a los Estados Unidos de cualquier mercancía, servicio o tecnología de Corea del Norte; la visita a los Estados Unidos de embarcaciones y aeronaves que hayan visitado Corea del Norte o hayan efectuado un traslado entre buques con una embarcación que haya visitado Corea del Norte durante los últimos seis meses; la importación a los Estados Unidos de mercancías, bienes, artículos y objetos extraídos de minas, producidos y manufacturados total o parcialmente por ciudadanos o nacionales de Corea del Norte.

En diciembre de 2017, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas impuso sanciones severas a Corea del Norte en respuesta a sus pruebas con misiles balísticos. La resolución, redactada por Estados Unidos, incluyó medidas para reducir drásticamente las importaciones de gasolina y otros derivados del petróleo al país asiático en un 90%. El 21 de abril de 2022, la UE añade a 8 personas y 4 entidades a la lista de personas sujetas a las medidas restrictivas contra Corea del Norte, para elevar hasta 65 el total de personas incluidas en la lista.  

Como consecuencia de la crisis de los rehenes estadounidenses en Irá, en 1971, Estados Unidos impuso severas sanciones económicas contra el régimen de los ayatolas, las cuales incluían la congelación de unos 12000 millones de dólares en activos iraníes, depósitos bancarios, oro y otras propiedades, y un embargo comercial. Cumplido el propósito de aquellas medidas con la liberación de los diplomáticos y ciudadanos estadounidenses retenidos por Irán aquellas sanciones fueron levantadas; sin embargo, ante acros agresivos iraníes contra embarcaciones estadounidenses en el Golfo Pérsico, Estados Unidos, en 1987 renovó su política de sanciones contra el régimen persa.

La pretensión iraní de enriquecimiento de Uranio se previó como una intención de producir armamento atómico, provocó que, en 2006 el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobara una resolución por la cual se impondrían sanciones económicas contra Irán. Sanciones que serían impuestas por Estados Unidos, la Unión Europea y Canadá.

Se han aplicado numerosas sanciones económicas por parte de Estados Unidos y la Unión Europea al régimen bielorruso de Alexander Lukashenko; tanto por su accionar represivo hacia los manifestantes pacíficos que exigían su renuncia, como por su apoyo a los efectivos rusos en la guerra contra Ucrania organizada por Putin.

En Birmania, tras el golpe militar que derrocó al gobierno democráticamente electo de Aung San Suu Kyi, miles de birmanos salieron a las calles en manifestaciones de lucha noviolenta contra la junta militar. Los militares actuaron de manera brutal contra los manifestantes desarmados, abriendo fuego contra ellos provocando en pocos días después de la asonada 1.500 muertos asesinatos, 11.700 personas y cientos de heridos. Ante la brutalidad del régimen militar el mundo respondió con firmeza.

A pocos días de golpe militar, Gran Bretaña anunció sanciones contra tres generales, acusados de graves violaciones de derechos humanos. Como fue reportado por los medios de comunicación internacionales, el ministro de Relaciones Exteriores británico, Dominic Raab, declaró al respecto: "Nosotros, junto con nuestros aliados internacionales, haremos que el Ejército de Myanmar rinda cuentas por sus violaciones de los derechos humanos y buscaremos Justicia". El gobierno de Canadá, sancionó también a nueve oficiales de la junta militar golpista.   

El 7 de octubre de 2021, el Parlamento Europeo aprobó una resolución contundente para exigirle al Consejo de la UE congelar los activos, bloquear las transferencias a los bancos estatales e incluir la Empresa de Petróleo y Gas de Myanmar (MOGE, por sus siglas en inglés), algo que había reclamado la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch. Como parte de las sanciones económicas contra la dictadura birmana. Varias empresas internacionales dejaron de actuar en Birmania, entre ellas, la noruega Telenor, la japonesa Kirin, la francesa Total y la estadounidense Chevron.

Propiamente qué pretende la comunidad internacional de estados con esas medidas restrictivas, simplemente, tratar de asfixiar económicamente a esos regímenes y poder desestabilizarlos; ¿no es lo mismo que se busca con el embargo y las sanciones económicas en el caso cubano? Es lo mismo; pero la comunidad internacional, la opinión pública internacional no se pone en contra de las sanciones económicas que se les imponen a Corea del Norte, a Irán, a Bielorrusia, a Birmania y hasta las que se emplean contra el gobierno de Ortega-Murillo en Nicaragua. Debe entonces existir una razón que explique esta dicotomía.

La comunidad internacional se conmociona ante dos dramáticas condiciones, la seguridad internacional y el derramamiento de sangre. Ante el peligro de que dos regímenes dictatoriales se equipen con armamento nuclear y la construcción de poderosos misiles de alcance medio, con Irán y Corea del Norte, la opinión internacional, ve con simpatías todos aquellos actos dirigidos a restarles capacidades a esos estados.

La opinión internacional reacciona indignada contra todos los actos de gran represión violenta contra manifestantes pacíficos con cientos de muertes y, ven con simpatía a los pueblos donde, a pesar de la sangrienta represión, mantienen su resistencia firme y constante, como ha sido en el caso de Bielorrusia y más dramáticamente en el caso de Birmania. Allá, donde no existe una resistencia popular poderosa contra un gobierno autoritario y dictatorial enfrentada a la muerte y a la prisión de sus partidarios, la opinión internacional, solo toma nota y se interesa por algún otro acontecimiento que llene las páginas de los periódicos.

Las manifestaciones masivas del 11 de julio de 2021 en Cuba, tomó por sorpresa a toda la opinión internacional por lo inusitado de aquel acontecimiento. El gobierno cubano reaccionó como siempre lo ha hecho. Dio golpes, realizó numerosas detenciones arbitrarias y culpó aquello como motivado por los esfuerzos del “imperialismo yanqui” de derrocar a la “revolución”. No hubo réplicas de movilizaciones, dos días después todo estaba en calma, salvo los cientos de cubanos que fueron condenados a cumplir largos años de prisión, por el solo delito de mostrar su descontento. El aparato propagandístico del régimen del PCC, perfeccionado a lo largo de décadas, movilizó a sus pilares de apoyo externo de cientos de asociaciones de “solidaridad” en todo el mundo. ¡Todo era por culpa del “bloqueo” contra una pobre nación, que hace más agudas las necesidades de su pueblo!  Nada de gran importancia, así sería visto todo aquel movimiento, peores fueron los actos represivos en Colombia y en Chile contra ciudadanos indignados…

Podemos los cubanos sentirnos indignados por toda la represión que el régimen llevara a cabo para acallar las protestas; podemos sentirnos indignados por los juicios amañados que tribunales sometidos al poder del PCC llevaron contra los manifestantes… pero la comunidad internacional pasó la página y continuó levantando su voz en contra del “bloqueo”. ¡No hemos sabido ganarnos la opinión internacional! El exilio cubano debe tomar nota y sacar experiencias sobre esta amarga realidad política.

El exilio se radicaliza. Miles de cubanos jóvenes salen a las calles de Miami y hasta se van al DC a plantear su indignación. Miles de jóvenes que abandonaron el país debido a sus frustraciones, y esas pasadas frustraciones los radicalizan en el exilio. Por miles llegan a Estados Unidos luego del 11 de julio de 2021 y del fiasco de la manifestación cívica que no se dio al 15 de noviembre de ese año; por miles se cuentan los cubanos desesperados por llegar a la tierra prometida.

Según se reporta en el New York Times con fecha3 de mayo de 2022, que, de acuerdo altos funcionarios estadounidenses, se espera que este año lleguen cerca de 150.000 cubanos. Desde octubre han llegado a la frontera sur de Estados Unidos casi 79.000 cubanos, más que en los dos años anteriores juntos, según las cifras de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza. En marzo, más de 32.000 cubanos llegaron a la frontera. Las cifras son las más altas desde el éxodo de Mariel en 1980, cuando 125.000 cubanos emigraron a Estados Unidos.

Si se realizara una encuesta seria, ajustada a parámetros estadísticos precisos, es posible que el número de verdaderos perseguidos políticos dentro de esa oleada de cubanos migrantes sería mínimo. Quizá, muchos de ellos harán lo que tanto han criticado los republicanos viajar a Cuba luego del año y un día de su llegada a Estados Unidos, como establece la Ley de Ajuste Cubano. Quizá muchos de ellos también se radicalicen y salgan a pedir invasiones militares humanitarias, que no se envíen remesas a Cuba, Y salgan y griten: “¡Los demócratas son comunistas!” “¡Donald Trump será el salvador de Cuba!” Mientras tanto, la opinión pública internacional toma nota y observa.

Si esos cientos de miles que huyen se hubieran unido a la oposición, si se hubieran sentido motivados por las manifestaciones del 11 de julio y se hubieran organizado para continuar las protestas, quizá la opinión publica internacional daría un giro de ciento ochenta grados para mirar con simpatía a los que luchan en Cuba contra la dictadura totalitario.

Desde un punto de vista táctico, el exilio cubano debiera entender la realidad, amarga, desagradable, pero realidad existente. Hay que ajustars a la realidad y cambiar de manera inteligente la opinión desfavorable de la opinión pública internacional.

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