Mario J. Viera
Miserables. les tiemblan las piernas
delante de una mujer joven, de Karla Pérez, que se atrevió a criticar al
régimen del PCC, que colaboró con una organización opositora, que fue
colaboradora del Portal ADN Cuba, que ejerció el simple derecho humano de
opinar libremente. Los usurpadores de la soberanía cubana, reaccionaron contra
ella.
Le impidieron continuar sus estudios
universitarios de periodismo, bajo el principio de que la Universidad es solo
para los "revolucionarios", es decir para aquellos que se sometan a
la hipocresía de aparentar "fidelidad" a un régimen hipócrita y
violador de los derechos humanos, o de aquellos considerados
"políticamente confiables", porque viven de espaldas a su pueblo.
Obtiene una beca para continuar sus
estudios en Costa Rica, se gradúa y pretende, no quedarse en el exilio, sino
regresar a la patria, a su país natal, a su familia, a su pueblo. Pero le
niegan su regreso.
Viven encerrados dentro de sus mentiras y
quieren obligar a todos a que vivan dentro de la mentira. ¡Cobardes! Les asusta
la cultura, el arte libre, la expresión sincera, la palabra escrita que revela
verdades sin ocultamientos. Le temen a al pueblo y lo reprimen cuando el pueblo
se niega a seguir viviendo en la mentira. ¡Y este régimen reaccionario,
despótico, desgastado de ideas, envilecido, retrógrado, tiene asiento en el alto
tribunal de los derechos humanos!
La tiranía tiene que ser marginada,
repudiada, ¿Y esperan que Estados Unidos se abra a relaciones cordiales, de
iguales, de relajamiento en sus relaciones diplomáticas? ¿Aspiran con tales
actos cobardes a que Estados Unidos, graciosamente, les levante el embargo, no
el bloqueo, que mantienen contra su régimen? ¡Que se conformen conque se eliminen
las sanciones económicas, no selectivas, que afectan en particular al pueblo
cubano!
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