Programas subversivos
Adolfo Pablo Borrazá
La antena de bandejas de aluminio es la alternativa cubana a la parabólica
Centro Habana, La Habana, 9 de junio de 2011, (PD) Luego de medio siglo de revolución -a estas alturas nadie sabe si es verde, roja o pálida-, la televisión cubana mantiene al aire cinco canales. Su programación es a veces instructiva, otras bastante politiquera, pero en general, resulta monótona.
Cubavisión y Tele Rebelde son los canales más antiguos, datan de la década del 60. En cambio, el Canal Educativo, Multivision y Canal Educativo 2, fueron fundados en los últimos 10 años. Todos pertenecen al Estado. Sus programas salen al aire previo análisis, claro está, de los directivos del Instituto Cubano de Radio y Televisión (ICRT).
Muchas de estas emisoras comienzan sus transmisiones después de las 12m, a excepción de Cubavisión, que transmite las 24 horas del día.
En cada canal hay un alto por ciento de programas más o menos didácticos. Los dos canales educativos son los que más retransmisiones realizan: Universidad para todos y las conocidas tele-clases.
Pero los cincos canales, otro "logro de la revolución", no satisfacen a la teleaudiencia nacional. Muchos de mis coterráneos buscan alternativas en la llamada "antena" donde una variada oferta de programas les roba los espectadores a la TV cubana.
Mediante las "antenas", los criollos hemos visto novelas donde trabajan actores y cantantes cubanos prohibidos de la talla de Celia Cruz, Gloria Stefan, Willy Chirino y otros. También nos hemos informado sobre los acontecimientos que dentro de la isla suceden silenciosamente.
Noticieros como Tele Mundo, del canal 51, o Univisión, del 23, son "canales enemigos": la gerontocracia cubana persiste en catalogarlos de "subversivos". Con la intención de que la sociedad cubana siga ahogada en la desinformación, los caciques de la isla llevan una cruzada policial contra la fastidiosa antena.
Nadie, excepto ellos, puede realizar una retransmisión con canales del vecino enemigo. Un ejemplo es el programa cubano "Gol", donde la difusión del más universal de los deportes, es tomada de cadenas televisivas foráneas como SPAN, GOL TV y FOX SPORT.
Esa es una de las interrogantes de los cubanos: ¿si la televisión cubana puede retransmitir a modo diferido, nunca directo, un partido entre el Barça y el Real Madrid, porque no transmite un encuentro entre los Yanquis de New York y los Marlins de la Florida?
Están además, los films americanos, muchos de ellos obtenidos -también sin permiso- a través de la fastidiosa antenita.
Por otra parte y cada vez que se le antoje a la elite gobernante, el cubano puede ver en una transmisión del NTV nacional o en la misma Mesa Hedionda, perdón, Redonda, programas informativos que el estado se empeña en llamar "subversivos". Pero estos dejan de serlo cuando la información brindada resulta en ganancias políticas para ellos.
Ejemplo de lo escrito fue el concierto de "Paz sin Fronteras", realizado por Juanes y sus amigos en La Habana. Los medios oficiales divulgaron con entusiasmo el enojo de cientos de exiliados en Miami. Todos vimos como esas personas rompían en plena calle los discos del cantante colombiano. La transmisión de esos sucesos la hizo la cadena "subversiva" Univisión 23. La TV nacional se dio banquete con la exhibición de aquellas escenas con la intención de demostrar la "cólera de la intolerante mafia cubano-americana".
La perseguida y condenada antenita, que para la dictadura es un enemigo a muerte, no deviene en un caos político nacional, ni su propósito es derrocar al asustadísimo gobierno cubano, como quiere hacer ver la autocracia criolla. Si bien sus programaciones transmiten información de todo tipo, es bien sabido que los atrevidos que se dedican a instalar en suelo criollo ese "enemigo" de la revolución, a solicitud de los clientes, sólo ponen novelas, shows y algún que otro programa humorístico donde se critica y se burlan bastante de los viejitos gobernantes cubanos.
Por el miedo a que los cubanos tengan acceso a la información, el régimen se bate a muerte con el Direct TV.
Mientras, tenemos que conformarnos con la aburrida televisión cubana. O tomar la opción de pagar 10 CUC al mes (unos 250 pesos) para poder disfrutar cada día, si no somos descubiertos por la policía, esos atractivos y auténticos "programas subversivos".
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