Mario
J. Viera
He
estado buscando información sobre esto que han denominado Proyecto 2025 y
también de manera rimbombante “Mandato para el Liderazgo” y, mientras más
indago sobre el tema, no puedo dejar de sentirme asombrado o tal vez alarmado
de que, en un Think Tank como ese denominado Fundación Heritage
representante de la élite del conservadurismo estadounidense haya tantos Horse
Power cretinos o mal intencionados capaces de elaborar un documento más
propio del siglo XVIII que del actual siglo XXI y sin atisbo, por cierto, de lo
que fue la Ilustración.
Tiene
este maravilloso y voluminoso documento ─ de más de 900 páginas ─ la capacidad de
aproximarnos, un poco, pero que resulta demasiado, a la era del oscurantismo, y
llevados ahora de la mano y de las creencias, de esa cosa denominada
“cristianismo nacionalista”. Al respecto, Alexander Ward, en artículo aparecido
en Político del pasado 20 de febrero, anotó, en torno a los criterios
expresado por el presidente de The Center for Renewing America y exdirector
de la Oficina de Administración y Presupuesto de Trump durante su primer
mandato y todavía cercano a él, Russell Vought: “Los nacionalistas
cristianos en Estados Unidos creen que el país fue fundado como una nación
cristiana y que los valores cristianos deben ser priorizados en todo el
gobierno y la vida pública. A medida que el país se ha vuelto menos
religioso y más diverso, Vought ha abrazado la idea de que los cristianos están
bajo ataque y ha hablado de las políticas que podría seguir en respuesta”.
Está
clarísimo y es obvio, ¿verdad?, que debemos rescatar a los Estados Unidos de la
decadencia moral que, día a día, se expande por la sociedad occidental y ha
sido tan condenada por líderes mundiales de la talla de Vladimir Putin ¡No
faltaba más! Tan pronto el próximo presidente conservador (¿Trump?) llegue a la
presidencia (¿Trump?) se deberá criminalizar la pornografía y eliminar, de las
normativas y leyes, esos términos inapropiados como orientación sexual,
identidad de género o derechos reproductivos. Es más, ese presidente
conservador (¿Trump?) “tiene la responsabilidad moral de liderar la nación
para volver a restaurar una cultura de la vida en Estados Unidos”. Sí, sí,
el Departamento de Salud debe, aunque nunca se la haya denominado de esta
manera, “volver a ser conocido como el Departamento de la Vida”.
El
héroe nacional, el MESIAS de la oreja perforada, ¡¿Nuestro Salvador?!, garantizará
los derechos individuales otorgados por Dios para vivir libremente y
de este modo retornamos a los principios sagrados del liberalismo decimonónico
y pasamos por encima de esas monsergas de derechos y justicia social que es
solo asunto de la izquierda radical, ¡Vaya, que es como decir comunismo! Sí,
porque ahora como aseguró el presidente del Heritage, Kevin Roberts, “Estamos
en el proceso de la segunda revolución estadounidense, que seguirá siendo
incruenta si la izquierda lo permite”, sí porque esos del antifaz, esos
del BLM, esos “liberales” del Partido Demócrata siempre estarán dispuestos a
obstaculizar los esfuerzos regeneradores del próximo presidente conservador
(¿Será Trump?). Entonces, ¡Que se preparen!, porque correrá sangre.
Pero
además de este sagrado dogma de los derechos individuales que habrá que
garantizarse, el Proyecto 2025 esboza otros objetivos principales: restaurar
la familia como pieza central de la vida estadounidense; desmantelar el
Estado administrativo; y defender la soberanía y las fronteras de la
nación. La familia nuclear, bendecida por la Iglesia, donde el padre es la
cabeza tutelar y las mujeres simples máquinas de hacer proles, consagradas a
sus maridos, a sus hijos y a la administración del hogar. El “Proyecto
2025” apoya leyes de libertad religiosa que permitirían a las empresas y
proveedores de atención médica rechazar servicios a personas LGBTQIA+ basándose
en creencias religiosas. Esto crearía barreras importantes para las personas
LGBTQIA+ en diversos sectores como la atención sanitaria y el empleo. El manual
también propone políticas que excluirían a las personas abiertamente LGBTQIA+
del servicio militar, revirtiendo los recientes avances en la inclusión
militar. En general, estas políticas aumentarían enormemente la discriminación
y el daño contra las personas LGBTQIA+(Fuente Defeat Project 2025)
El
Estado como un apacible permitidor del dejar hacer para solo asumir una función
de gendarme que asegure el orden interior y la defensa de las fronteras. Nada
de inmiscuirse en los asuntos que solo deben ser preocupación de los personeros
del mercado y de nadie más. De este modo los sabios redactores del Proyecto
proponen medularmente hacer unos ajustes en el Estado administrativo: el desmantelamiento
del Departamento de Educación y el de Comercio, eliminar la independencia
de agencias federales, como la Comisión Federal de Comunicaciones
y la Comisión Federal de Comercio, disminuir los fondos para el
Departamento de Justicia, que deberá quedar bajo control presidencial
directo, y desmantelar el Buró Federal de Investigaciones (FBI) al cual califican
como “organización hinchada, arrogante y cada vez más al margen de la ley”;
¿Pretenderán transformarle en algo así como un nuevo tipo de KGB?
Está
claro que el mesías redentor necesitará primero hacer una purga dentro del
sector de los empleados públicos, porque para la nueva revolución se requerirá,
como lo deseó el führer, y lo deseó el duce y también Fidel Castro, lealtad, no
la simple lealtad y consagración a las tareas, sino la lealtad al caudillo, al
gran líder. El Proyecto 2025 contempla despedir hasta 50 mil trabajadores
gubernamentales para reemplazarlos con empleados conservadores leales a Trump.
Esto no es algo nuevo, ya antes, durante su administración Trump emitió una
orden ejecutiva que facilitaba el despido de funcionarios de carrera y su
sustitución por personas leales a él. Trump no pone atención a las advertencias
de sus asesores, salvo las de aquellos que nunca le contradigan. Por eso fue
despiadado con el vicepresidente Pence cuando la certificación de la
presidencia de Biden, Pence había sido leal, no a Trump, sino a la
Constitución.
Hay
más, el Proyecto 2025 es un coro de alabanzas en pro de los combustibles
fósiles, sin importar que su producción contribuye a la emisión de gases
contaminantes de la atmósfera y de enrarecimiento del aire circulante, eso no
importa, y no les interesa; lo que sí les importa a los megaconservadores de la
Heritage es evitar con toda la energía posible esa difusión, considerada
maligna por ellos, de tecnologías innovadoras y determinantes para enfrentar
los retos planteado por el cambio climático. Es por ello que el próximo
presidente conservador (¿Mr. Trump?) deberá eliminar la Agencia de Proyectos de
Investigación Avanzada-Energía (ARPA-E) así como reducir cuanta regulación
ambiental o de cambio climático puedan estarse practicando.
Hasta
el más lego en economía conoce que el proteccionismo siempre conduce a lo contrario
de todo lo que se propone alcanzar por su aplicación. La base del
proteccionismo se encuentra en la política de aranceles. Trump él mismo se autodefine: “Soy un
hombre de tarifas. Cuando personas o países vienen a saquear la gran riqueza de
nuestra nación, quiero que paguen por el privilegio de hacerlo”.
Hay
algo que debe también tenerse en cuenta a la hora de analizar el Proyecto 2025
y se relaciona con temas de política exterior, pero que puestas en practicas
las recomendaciones del Proyecto pudieran afectar el prestigio de los Estados
Unidos. Al respecto, en la página oficial del proyecto Defeat Project 2025
se dice: “El Proyecto 2025 también habla de gastar más en el ejército y
menos en diplomacia. Esto significa que Estados Unidos podría tener una
política exterior más agresiva, utilizando aranceles y sanciones con mayor
frecuencia para obtener lo que quiere de otros países. Si bien esto podría
funcionar a corto plazo, podría dañar las relaciones a largo plazo y generar
desconfianza. También podría significar trabajar con gobiernos autoritarios si
beneficia los intereses estadounidenses, lo que podría perjudicar los esfuerzos
globales para promover la democracia y los derechos humanos. Todos estos
cambios podrían hacer que el mundo sea más inestable y tensar las alianzas
estadounidenses”.
Hay
más cosas, muchas sutilezas y prejuicios de la ultraderecha populista,
autoritaria y, no digo antidemocrática porque esto sería caer en redundancia.
Son más de 900 páginas de aberraciones. Ahora bien, Trump puede ser cualquier
cosa detestable, puede ser un hipócrita y mentiros consumado, pero de tonto
nada tiene. Sus desmedidas ansias de poder, su afán de llegar a alcanzar la
veneración que le envidia a su amado Kim Jong-un: “Él habla y su gente se
sienta atenta. Quiero que mi gente haga lo mismo”, dijo Trump sobre el
tirano de Corea del Norte, sabe que las propuestas del Proyecto 2025 de
aplicarse conllevan la formación de un sistema presidencialista más duro, lo cual
le concedería a él un mayor poder, pero intuye que toda esa bazofia
ultraderechista de la Heritage Shit influiría negativamente en la opinión de
los indecisos y de los independientes. Entones pretende desmarcarse del
proyecto y declara en su red social: “No tengo ni idea de quién está detrás.
No estoy de acuerdo con algunas de las cosas que dicen y algunas de las
cosas que dicen son absolutamente ridículas y abismales”. Al menos en esto
último anotado por el Mesías de la oreja perforada, coincido con él, aunque sé
que lo dice como matizando las propuestas del Proyecto de la derecha
reaccionaria. Ahora bien, eso de que no sabe quién rayos está detrás del
proyecto, ni él mismo se lo cree, si tenemos en cuenta que de los 37 redactores
del 2025, más de 20 fueron estrechos colaboradores de Donald Trump a lo largo
de sus cuatro años de administración y todavía, de esos más de 20, hay varios
que continúan siendo muy cercanos al exmandatario.
¿Y qué dicen las
encuestas? Con fecha 17 de julio RealClear Polling reportó una encuesta de Forbes/HarrisX
que coloca a Trump 2 puntos sobre Biden. Un resultado este que, de hecho,
significa empate. Algo similar reportaron diferentes encuestas en estados como
Virginia, Georgia, Pensilvania, Michigan, donde también hay empate técnico
entre Trump y Biden. Todavía queda mucho camino por recorrer,
Sin embargo, en
Europa queda la duda de si Trump, finalmente pudiera llegar a ganar las
elecciones de noviembre, y ya se están preparando en vistas a tal contingencia
y ante las amenazas para su seguridad interna por parte de Rusia.
Las encuestas
pueden arrojar cualquier resultado, pero la verdad solo se conocerá una vez que
se computen los votos de noviembre. Todo puede suceder, Un ejemplo, las pasadas
elecciones de Francia donde todas las encuestas pronosticaban un triunfo
arrollador de la extrema derecha, sin embargo, los resultados de la votación
mostraron un resultado totalmente diferente a los pronosticados, la ultraderecha
quedó como la tercera fuerza política de Francia, el macronismo centrista se colocó
en segundo lugar, en tanto, la izquierda alcanzó un arrollador triunfo que muy
pocos imaginaron.