sábado, 12 de noviembre de 2022

RON DSANTIS GANO EN FLORIDA Y PIERDE A TRUMP

 

Mario J. Viera

 


Es cuestión de lealtad, solo eso exige Trump a los miembros de su partido, ese que era el GOP y que ya es algo así como GTP. Pero Trump no exige lealtad al Partido Republicano, sino lealtad con él, con el gran líder MAGA. El es el elegido, no sé, así se lo cree él mismo, como el presidente que más logros ha alcanzado en toda la historia de Estados Unidos o al menos así lo ha insinuado.

Nadie puede igualársele; nadie puede competir con él, nunca perderá una elección si la pierde es porque se la robaron; es porque hubo un gran fraude electoral por el complot del estado profundo enemigo de la grandeza de Estados Unidos. Si uno cualquiera de los congresistas republicanos dice algo que no le agrade personalmente le caerá encima una avalancha de insultos proclamados por Trump entre los vítores de su fauna de ciegos seguidores.

A Trump le temen los líderes republicanos y todos marchan al compás de la música que él toca. Todos, calladitos, para verse más bonitos. Ante el Tronante Zeus hay que guardar la apropiada compostura.

En Florida los trumpistas salieron a votar, miles de cubanos-americanos animados por sus organizaciones de exiliados buscaban un tsunami rojo (color de los republicanos) que barriera con la amenaza roja (asociada al comunismo) a lo largo y ancho del territorio estadounidense. Ciertamente barrieron en Florida; pero solo en Florida. Marco Rubio se mantuvo en el senado ganando el puesto con un margen superior al conseguido por su oponente demócrata; es que como él dijo, no quería que sus hijos perdieran su país como lo perdieron sus padre (refiriéndose al peligro comunista), aunque sus padres, si perdieron su país, no fue bajo el castrismo, sino bajo la dictadura de derecha de Fulgencio Batista, cuando todavía Fidel Castro estaba en México, pero su mentira consiguió seguidores, sobre todo del Directorio Democrático de Cuba y de otras organizaciones del mismo pelaje.

Ron DeSantis retuvo la gobernatura dejando a su adversario demócrata muy, pero muy por debajo de él en cuanto votos alcanzados. No obstante Trump lo ridiculiza pensando que DeSantis pretenda discutirle la candidatura presidencial del 2024. Es que según el magnate Ron estaba en la desesperación en 2017 cuando recurrió ante él para que le prestara una ayudita; “estaba políticamente muerto, perdiendo de forma aplastante ante un muy buen comisionado de agricultura, Adam Putnam, que estaba cargado de efectivo y excelentes números en las encuestas. Ron tenía poca aprobación, malas encuestas y no tenía dinero, pero dijo que, si lo respaldaba, podría ganar. No conocía a Adam, así que dije: ‘Vamos a intentarlo, Ron' (…) Cuando lo respaldé, fue como si, para usar un mal término, hubiera estallado un arma nuclear”; es decir, DeSantis ganó en 2017 la gobernatura estatal gracias a él, a Trump… Una limosna de Trump para un candidato de su propio partido que aspira alcanzar el triunfo en las elecciones; por tanto, para Trump, DeSantis es nada, un mediocre; y hasta le ha cambiado el nombre para hacerle aparecer ridículo:

¡Y ahora, Ron DeSanctimonious (DeSanturrón) está jugando! The Fake News le pregunta si se postulará si el presidente Trump se postula, y él dice: "Solo estoy enfocado en la carrera del gobernador, no estoy mirando hacia el futuro". Bueno, en términos de lealtad y clase, esa no es realmente la respuesta correcta"; así lo escribió y describió Trump.

Pienso que con estos elogios que Trump le hace a DeSantis, éste estará considerando estar tranquilo, aunque se diluya su carrera política. Todo autócrata no perdona la falta de lealtad a su persona; ¿Acaso así no actuaban los autócratas de todos los tiempos, Hitler, Mussolini, Franco, Castro y ahora Putin?

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