Mario J. Viera
Conozcamos a este que responde por el
nombre de Ajit Pai, un nombre casi impronunciable para los anglo parlantes.
Abogado de origen hindú, hijo de un inmigrante de la India, y a quien, por sus
“aptitudes” reaccionarias, una especie de fascista de piel oscura, el dictador ve
con buenos ojos, sin que le importe que el progenitor fuera un inmigrante y sin
importar que los supremacistas, apoyos firmes del dictador, vean a Pai con ojos
malos. Y este abogado de origen hindú se ha caracterizado por sus posiciones
neoliberales que le hacen cercano ideológicamente a los republicanos que danzan
en el tea party. Y como es partidario del laissez faire con toda su fuerza,
siempre ha sido enemigo de la neutralidad de la red, aprobada antes, en 2015
con el apoyo de Barack Obama, para clasificar a los proveedores de bandas ancha
(Internet) ─ como AT&T, Comcast y Verizon ─ como entidades de utilidad
pública, tal como son los servicios telefónicos.
Llega Trump y con él llega el momento para
que este abogado de origen hindú ─ al cual los supremacistas blancos, que tanto
apoyan a Donald Trump, le miran como si fuera un bicho ─ coloque su nombre en
la historia de las telecomunicaciones de Estados Unidos, eliminando el Título II
de la Ley de Telecomunicaciones que permitía al Gobierno supervisar a los
proveedores de Internet y aseguraba a todos los usuarios de la red el mismo
tipo de acceso a los contenidos y a los servicios en línea. Pero este Pai
quiere restaurar el orden de “la libertad” en Internet, es decir, la libertad
de los proveedores para cargar a los consumidores con mayores precios de
consumo, algo así como hace ETESA en Cuba, y, por otra parte, el dictador
pretende anular todo lo que se hubiera legislado y se hubiera alcanzado y
acordado durante el gobierno de Obama. Conjunción no de astros sino de
detestables. Por tales condiciones el dictador le nombró como presidente de la Comisión
Federal de Comunicaciones (FCC) a la que ya antes pertenecía el detestable Pai
y, no solo eso, ahora resulta que por obra y gracia del dictador tendremos que
soportar al detestable, a Pai, como presidente de la FCC hasta el 2022.
“La neutralidad de la red ─ como expresa
Marguerite Reardon, en C/net ─ impide a los proveedores de banda ancha bloquear
el acceso de los consumidores a los sitios Web. También les impide practicar el
favoritismo en Internet, ya sea dirigiendo a los usuarios hacia o lejos de
ciertos sitios o servicios. Además, evita que los proveedores de Internet le
cobren a las compañías con sitios Web tarifas adicionales para que los usuarios
puedan acceder su contenido más rápido que el de sus competidores”. Es la
libertad de empresa, mejor decir libertinaje, para que las grandes compañías
hagan lo que les venga a la gana y le saquen el jugo a los consumidores de un
servicio que como el de la Internet es en la actualidad un servicio
generalizado y público.
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