Campesinos rechazan unión inconsulta
LA HABANA, Cuba, 31 de diciembre (Carlos Ríos Otero / www.cubanet.org )-Los campesinos de las Cooperativas de Créditos y Servicios (CCS) del municipio de San Juan y Martínez, en la provincia de Pinar del Río, protestan ante la unificación de sus respectivas cooperativas, impuesta por los funcionarios del Partido Comunista, la Empresa de Tabaco y la oficialista Asociación de Agricultores Pequeños (ANAP) de dicho municipio.
Según explicaron a este reportero miembros de las organizaciones independientes Campesinos Libres de Vuelta Bajo y el Partido Cuba Independiente Democrática (CID) de Pinar del Río, fuentes de la información, a los campesinos de esta comarca, donde se cultiva el tabaco rubio mejor del mundo, les informaron que el proceso de unificación ya estaba aprobado por el Ministerio de la Agricultura (MINAGRI) y les dijeron que “es un llamado que le hace la Revolución y por lo tanto no se pueden negar”.
Sin embargo, el periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista, resaltó el 28 de diciembre que el proceso en el sector campesino, guiado por la ANAP, es “plenamente democrático”.
El Proyecto de Lineamientos de la Política Económica para el 6to. Congreso del Partido Comunista dice en el artículo 29: “Las cooperativas de primer grado, de forma voluntaria, pueden acordar entre ellas la constitución de cooperativas de segundo grado (unión de varias cooperativas de mutuo acuerdo), con personalidad jurídica y patrimonio propio, con el objetivo de organizar procesos comunes (de producción y servicios), realizar compras y ventas conjuntas con vista a lograr mayor eficiencia”.
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La información que ofrece el periodista independiente Carlos Ríos Otero da la tónica de lo que será la supuesta “actualización” de la economía cubana. Una enorme carga de demagogia que intentará ocultar el carácter eminentemente voluntarista del régimen.
Para el castrismo todo se excusa bajo el manto de los “llamados de la revolución” y del deber de la ciudanía de realizar cualquier sacrificio en aras de defender la “continuidad de la revolución’ colocada al borde del abismo, como el pequeño Napoleón cubano (el general sin hazañas militares) calificó recientemente.
Siempre ha sido igual y no cambiará jamás. Si no se acepta la decisión “democráticamente” decidida por los órganos del partido y las organizaciones oficialistas de “masas” se estará incurriendo en la figura jurídica de infidencia propia de los reinados absolutistas.
Eso es el castrismo un reinado absolutista de hojalata.
Todo lo que se dice, lo que se propone, lo que se exhorta en los Lineamientos del VI Congreso es solo bla-bla-bla y lo mismo de siempre cubierto con un raído ropaje pedido prestado a Adam Smith, porque lo de Marx es pura chatarra histórica.