jueves, 17 de marzo de 2011

La hipocresía de Fariñas

Mario J. Viera


Fariñas, no Guillermo, sino Lázaro, el que vive en Estados Unidos, el que escribe desde Estados Unidos para el libelo Juventud Rebelde, ha vuelto a regalarnos su pobre prosa para ponerse en sintonía con los puntos de vistas del castrismo, de Hugo Chávez y de toda su jauría de amigos de Gadafi.
Fariñas, el que escribe para la prensa controlada de Cuba, se ha puesto del lado oscuro. Resulta que ahora no solo defiende, desde Estados Unidos, a los Castro, sin someterse a las privaciones de los cubanos yendo a vivir en el paraíso anhelado por él desde tierra americana, ahora también defiende a Gadafi y escribe y acusa a Occidente de hipócrita.
Para el Fariñas que vive al amparo de la democracia americana que no le acusa de “propaganda enemiga” por lo que manifiesta a favor del régimen de La Habana y con sus ataques al país donde reside, que no es el suyo, la hipocresía occidental se funda en dos puntos: “Lo primero ─ dice sapiencialmente ─ es lo que los países del llamado Primer Mundo le están diciendo al Gobierno del coronel Gaddafi. Lo segundo es cómo la gran prensa de Occidente está informando sobre los acontecimientos en aquel país africano”.
Inmediatamente se lamenta de que hasta “el Tribunal Internacional de La Haya declara que va a comenzar una investigación para acusar al régimen libio de masacrar a civiles indefensos, al bombardear ciudades tomadas por las fuerzas rebeldes”. Y critica la actuación del alto tribunal diciendo: “Sería bueno preguntarse dónde estaba ese tribunal cuando las fuerzas de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) bombardeaban las ciudades de Kosovo o cuando las fuerzas militares de Estados Unidos bombardeaban Bagdad, donde miles de civiles cayeron, víctimas de aquellas atrocidades” Fariñas parece olvidar, u olvida a propósito que la acción de las Naciones Unidas en Kosovo iba dirigida contra la política de “limpieza étnica” que impulsaba desde Serbia contra Albania el criminal de guerra Slobodan Milosevic, el “Carnicero de los Balcanes”, algo muy similar a la manera de actuar de Muamar el Gadafi.
Para el Fariñas, el que es el bueno para los Castro, los bombardeos que la fuerza aérea de Gadafi arroja sobre ciudades propias ocupadas por los rebeldes no representan actos contrarios a la humanidad. Todo es, como él dice, según el cristal con que se mire: “Para los grandes medios, todo es según del color del cristal con que se mira ─ asegura el “muy documentado” escribiente ─. Es por eso que, para ellos, hay bombardeos que son necesarios y otros que son masacres, depende de quién sea el que bombardea. Hace solo unos días, mientras los grandes periódicos y cadenas de televisión estaban condenando al Gobierno de Gaddafi, el jefe de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, el general David Petraeus, tuvo que ofrecer excusas por el asesinato de nueve niños afganos, víctimas de su fuerza aérea”.
Bueno, los viejitos del Buró Político del Partido Comunista de Cuba tienen ese mismo patrón de análisis, hay terroristas buenos y terroristas malos, si el terrorismo lo aplican los denominados revolucionarios no se trata, según ellos, de actos terroristas sino de acciones revolucionarias. Si un bombazo suena en La Habana, aunque solo dañe una alcantarilla será para ellos el peor de los actos de terrorismo en contra de la humanidad. El terrorismo del Curita, y de los combatientes del M – 26 – 7 que hacían estallar petardos en cines y lugares públicos eran actos legítimos inspirados en los ideales revolucionarios.
También para esos seráficos ancianitos, hay bombardeos buenos y bombardeos malos. Bombardear ciudades libias por Gadafi, sin importar que mueran conciudadanos civiles, son pues bombardeos “necesarios”. Cuando la Fuerza Aérea de Cuba bombardeaba sobre la Sierra Maestra, para los castristas se trataba de “crímenes de guerra”; ¿acaso no fueron llevados esos pilotos ante los tribunales revolucionarios y acaso no se anuló el primer juicio que contra ellos se abrió declarándoles inocentes, para luego volverles a juzgar por los mismos cargos?
Así que Petreus ofreció excusas por la muerte de nueve niños en Afganistán víctimas del bombardeo de su fuerza aérea. Al menos el alto oficial ofrece disculpas. ¿Quién del gobierno de Cuba ha ofrecido disculpas por los diez niños asesinados en los sucesos del remolcador Trece de Marzo? Le refrescaré la memoria a Fariñas, a Lázaro Fariñas.
Fotos de 6 de los niños asesinados en el remolcador "Trece de Marzo"
El 13 de julio de 1994 perdieron la vida los siguientes niños víctimas de la brutalidad represiva del gobierno de Cuba: Hellen Martínez Enríquez, de 5 meses de edad; Xicdy Rodríguez Fernández, de 2 años; Angel René Abreu Ruiz, de 3 años; José Carlos Nicle Anaya, de 3 años; Giselle Borges Alvarez, de 4 años; Caridad Leyva Tacoronte, de 5 años; Juan Mario Gutiérrez García, de 10 años; Yasser Perodín Almanza, de 11 años; Yousell Eugenio Pérez Tacoronte, de 11 años y Eliecer Suárez Plasencia de 12 años.
Véase como Lázaro Fariñas que escribe desde una libertad que no merece se identifica con el déspota norafricano y se arroja lanza en ristre contra gigantes que él confunde con los molinos de la Mancha: “… al comenzar la revuelta popular, le han virado la espalda. Ahora hay que demonizar otra vez al coronel Gaddafi, hay que satanizarlo, exigirle que renuncie y hasta llevarlo a un tribunal internacional por crímenes contra la humanidad”.
Y Fariñas, no el de la huelga de hambre, sino el que se alimenta bien haciendo compras en Publix y Winn Dixie, basándose en su creído conocimiento como estadista, concluye su artículo, obra maestra del arte de ser hipócrita, haciendo una recomendación a las potencias de Occidente: “Les recomiendo que tengan cuidado con lo que desean. Bien les podría salir el tiro por la culata y acaben saliendo de lo que ellos piensan es un mal conocido para entrar en otro, mucho peor, por conocer”.
Te equivocas Fariñas. Más vale un bueno por conocer que tener que soportar a un malo bien conocido, como ese Gadafi o como ese tal Hugo Chávez o como esa pareja apergaminada de viejos y dictatoriales llamados Fidel y Raúl Castro.

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