Pedro Corzo. MARTINOTICIAS
Guerrilleros anticastristas en el Escambray |
Escribir sobre los mártires de la
lucha contra el régimen totalitario es complejo y penoso, pero lo peor es que
se puede ser injusto al no hacer referencia a uno y a todos de los muchos que
han caído defendiendo la libertad y la
democracia en Cuba.
Desde los primeros meses de 1960,
cientos de hombres habían tomado las armas o se aprestaban para ello, con el
fin de defender con sus vidas el derecho de pensar y vivir en libertad.
Pero antes de llegar a la guerra
fueron muchos los esfuerzos para
evitarla.
El trabajo cívico entre otros
dirigentes políticos de innegables credenciales democráticas, como José Ignacio
Rasco, Antonio José Varona y Aureliano Sánchez Arango. Las protestas del
presidente Manuel Urrutia y de los comandantes Pedro Luis Díaz Lanz y Huber
Matos y la crisis que enfrento David Salvador en el decimo Congreso de la
Central de Trabajadores de Cuba.
La dignidad de Pedro Luis Boitel para impedir que el
gobierno controlara la FEU, sin pasar por alto la viril protesta estudiantil
protagonizada entre otros por Alberto Muller, Juan Manuel Salvat y Joaquín Pérez Rodríguez.
No obstante la falta de convicciones
democráticas de los gobernantes
determinó que una vez mas los llanos y montañas, desde Pinar del Rio
hasta Oriente, pero con una crueldad sin
precedentes a excepción de los combates
de las Guerras de Independencia, fueran escenarios de una cruenta lucha en la
que lamentablemente no venció la justicia sino la fuerza.
Zoila Almeida,"
La Niña de Placetas", Foto tomada en el Frente guerrillero del 13 de Marzo
durante la dictadura de Fulgencio Batista
|
Las ciudades y poblados fueron los
focos de la primera resistencia. Hombres y mujeres, algunas de ellas como Zoila
Almeida," La Niña de Placetas", Oristela López, Vivian de Castro y
Gloria Agudín, también se unieron a las guerrillas hasta ser apresadas y
cumplir, al igual que otros miles de mujeres y hombres, largos años de cárcel.
Otro aspecto a destacar es que la
mayoría de las organizaciones creadas para enfrentar el totalitarismo se
identificaban con la Revolución, compartían la convicción de que era necesario
hacer cambios políticos y sociales en la isla, pero en un marco democrático y
de derecho.
Se gestó un poderoso movimiento clandestino que tenía
sus propias estrategias, pero que
también eran el sostén fundamental de los grupos guerrilleros que
paradójicamente en su mayoría eran liderados por ex oficiales del ejército
rebelde, por hombres que también se habían alzado o combatido en la
clandestinidad, al régimen de Fulgencio
Batista.
Entre esos hombres hay que incluir a
Porfirio Remberto Ramírez Ruiz, "El Negro", un joven capitán del
ejército rebelde que fue fusilado cuando presidía la Federación de Estudiantes
Universitario de Las Villas. Un campesino, también capitán del ejército rebelde,
Sinesio Walsh Rios, y un dirigente sindical y maestro, el comandante del
ejército rebelde, Plinio Prieto.
Estos tres oficiales del ejército
rebelde fueron fusilados el 12 de octubre de 1960 junto a otros dos cubanos que
la historia de nuestro país nunca debe olvidar, Ángel Rodríguez del Sol y José
Palomino Colon.
Estos hombres fueron procesados junto
a más de un centenar de sus compatriotas. Las condenas estaban decididas, pero
nunca se emitió una sentencia oficial. Los verdugos clave de ese día fueron el
presidente del tribunal, Claudio López Cardet y
el comandante Félix Torres, un personaje siniestro que determinaban
quien vivía y moría en la región del Escambray.
Refieren testigos de la época que
cuando el autobús que transportaba a los condenados pasó por Manicaragua, uno
de ellos gritó con firmeza y sin atisbos de temor, "nos llevan para La
Campana para fusilarnos".
Fidel Castro siente un profundo
desprecio por los cubanos, pero particularmente por aquellos que han tenido el
coraje de enfrentarlo. Siempre ha ignorado el heroísmo de sus opositores, lo
que quizá motivó la siguiente carta a Hugo Chávez, "Chávez,
la guerra tuya es muy distinta a la mía. Aquí mis enemigos más acérrimos se
fueron, están en Miami. Allá tú los tienes en tus narices. Tú Miami está allá
Chávez".
Falsa como todo él, esta afirmación
del dictador. Desde que llegó al poder un amplio sector del pueblo enfrentó a su régimen y en consecuencia miles
murieron ante el paredón de fusilamiento, otros tantos en combate.
En Cuba hay desaparecidos porque el
régimen nunca ha informado a sus deudos de la muerte de un pariente. Cerca de
medio millón de hombres y mujeres han pasado por la prisión, y 53 años después
el principal foco de la oposición no está exiliada, se encuentra en Cuba, y en
su mayoría nacieron después del triunfo del totalitarismo.
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