jueves, 28 de diciembre de 2017

CASTRISMO BARRANCO ABAJO

Pedro Campos. Blog POLIS



La aparentemente inexplicable decisión del castrismo de prolongar por otros dos meses el "mandato" de Raúl Castro como jefe de los Consejos de Estado y de Ministros es el resultado del incontrolable desmoronamiento del sistema estructurado a la medida del caudillo fallecido y de la incapacidad de sus sucesores para realizar los ajustes y cambios necesarios.

El castrismo, por sus características políticas y socioeconómicas, ha sido una mezcla de caudillismo populista latinoamericano, con "socialismo" de corte estalinista y una especie de feudalismo, donde los leales al "rey", familiares o amigos, detentan distintas parcelas de poder.

La Constitución de 1976, con sus modificaciones posteriores, y todo el sistema político allí estructurado, fue concebido para el sostenimiento de ese híbrido, que nunca fue una cosa ni la otra y todas al mismo tiempo; pero sobre todo, una dictadura personal de Fidel Castro, quien decidía todo, desde los grandes planes económicos, las alianzas internacionales, hasta el uniforme de los escolares.

A la muerte del caudillo, su hermano heredero pretendió ponerse el traje del occiso y mantener aquel híbrido, haciéndoles algunas pequeñas reformas al modelo económico centralizado, que las características fundamentales del sistema establecido rechazó, por lo cual han fracasado. La culpa se echa a los burócratas intermedios, a los administradores y sobre todo a los trabajadores, sean estatales, particulares o cooperativistas, a los que consideran una caterva de ladrones y corruptos, por "robarle al Estado" y no agradecer a la revolución y a Fidel el país que tenemos.

En consecuencia, la economía que viene declinado desde mediados de los 80, y prácticamente colapsó cuando la caída de la URSS y el "campo socialista", ha continuado a la baja y si Raúl, consciente del desastre que había heredado, dijo que estábamos al borde del abismo, con la situación de Venezuela, el fracaso de sus "reformas" y la política de acercamiento a EEUU, ya el abismo es inevitable al final de su mandato.

Desde 2008 Raúl pensó que en 10 años podría evitar el abismo. Hoy todavía no se ha dado cuenta que solo un cambio profundo en el sistema político y económico del castrismo, hubiera podido evitar lo que hoy parece inevitable.

Así lo expresaron oportunamente desde 1990 muchos cuadros y funcionarios o del entorno del Gobierno, que acusados de perestroikos, revisionistas, centristas o agente encubiertos del imperialismo y la contrarrevolución, fueron sacados o simplemente ignorados. Entonces se dijo que los cambios en vida de Raúl podrían ser mejor aceptados por el sistema y sus burocracias. Pero en realidad, nunca se realizaron.

El ecléctico y oportunista modelo del castrismo ya hoy no aguanta más.

El castrismo de Raúl puede pretenderse una dinastía semifeudal, pero no lo es por muchas razones. Tampoco posee una sólida estructura estalinista, un partido y una economía sustentados en una teoría económico-social neomarxista que pudiera darle alguna integración. Se ha parecido mucho a las dictaduras caudillistas latinoamericanas; pero en verdad a lo más que ha llegado es a hacer un híbrido de dictadura, sin caudillo, con ingredientes dinásticos y estalinistas.

En cualquier caso, solo una economía sólida podría darle sustento y continuidad. Como la economía es un desastre, la dinastía no se puede consolidar, tampoco se estructuró el sistema político-económico del estalinismo y el caudillo murió, lo más natural es el desmoronamiento del sistema, como de hecho está ocurriendo ya.

La debacle puede ser mañana, pasado mañana o dentro de un año, en dependencia de factores coyunturales, pero de que está en fase terminal, no hay duda.


En medio de toda esta situación, la oposición y la disidencia no han sido capaces de organizarse en un frente común democrático, capaz de convertirse en una alternativa de gobierno o presionar a favor de los cambios que más convienen al país.

viernes, 15 de diciembre de 2017

El enemigo público número uno de la internet

Mario J. Viera



Conozcamos a este que responde por el nombre de Ajit Pai, un nombre casi impronunciable para los anglo parlantes. Abogado de origen hindú, hijo de un inmigrante de la India, y a quien, por sus “aptitudes” reaccionarias, una especie de fascista de piel oscura, el dictador ve con buenos ojos, sin que le importe que el progenitor fuera un inmigrante y sin importar que los supremacistas, apoyos firmes del dictador, vean a Pai con ojos malos. Y este abogado de origen hindú se ha caracterizado por sus posiciones neoliberales que le hacen cercano ideológicamente a los republicanos que danzan en el tea party. Y como es partidario del laissez faire con toda su fuerza, siempre ha sido enemigo de la neutralidad de la red, aprobada antes, en 2015 con el apoyo de Barack Obama, para clasificar a los proveedores de bandas ancha (Internet) ─ como AT&T, Comcast y Verizon ─ como entidades de utilidad pública, tal como son los servicios telefónicos.

Llega Trump y con él llega el momento para que este abogado de origen hindú ─ al cual los supremacistas blancos, que tanto apoyan a Donald Trump, le miran como si fuera un bicho ─ coloque su nombre en la historia de las telecomunicaciones de Estados Unidos, eliminando el Título II de la Ley de Telecomunicaciones que permitía al Gobierno supervisar a los proveedores de Internet y aseguraba a todos los usuarios de la red el mismo tipo de acceso a los contenidos y a los servicios en línea. Pero este Pai quiere restaurar el orden de “la libertad” en Internet, es decir, la libertad de los proveedores para cargar a los consumidores con mayores precios de consumo, algo así como hace ETESA en Cuba, y, por otra parte, el dictador pretende anular todo lo que se hubiera legislado y se hubiera alcanzado y acordado durante el gobierno de Obama. Conjunción no de astros sino de detestables. Por tales condiciones el dictador le nombró como presidente de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) a la que ya antes pertenecía el detestable Pai y, no solo eso, ahora resulta que por obra y gracia del dictador tendremos que soportar al detestable, a Pai, como presidente de la FCC hasta el 2022.


“La neutralidad de la red ─ como expresa Marguerite Reardon, en C/net ─ impide a los proveedores de banda ancha bloquear el acceso de los consumidores a los sitios Web. También les impide practicar el favoritismo en Internet, ya sea dirigiendo a los usuarios hacia o lejos de ciertos sitios o servicios. Además, evita que los proveedores de Internet le cobren a las compañías con sitios Web tarifas adicionales para que los usuarios puedan acceder su contenido más rápido que el de sus competidores”. Es la libertad de empresa, mejor decir libertinaje, para que las grandes compañías hagan lo que les venga a la gana y le saquen el jugo a los consumidores de un servicio que como el de la Internet es en la actualidad un servicio generalizado y público.

martes, 12 de diciembre de 2017

Nunca callarás tu opinión

Mario J. Viera



Esta frase debiera haberse incluido en el Decálogo del Sinaí o por lo menos debiera estar intercalada en la propia tabla de nuestros valores éticos. Nunca calles tu opinión, aunque te traiga trastornos, aunque otros que no compartan tu pensar te maldigan y expresen todo mal de ti y te lleven por las calles cargando la cruz del castigo. Es mejor estar aprisionado en cepo público que amordazado en recámara lujosa.

Piensa libremente sin ataduras que estorben tu razonar. Qué importa que otros sacramenten un determinado pensar que tú no compartes, que tú ves con otros diferentes cristales. No te calles y di lo que piensas.

No te calles en el juicio de la cátedra, porque tu cátedra es tu libre pensar, a ella atente. Ni palabra de hombres ni de dioses te hagan callar; porque los hombres pueden errar y los dioses no te hablan ni dialogan contigo.

Indaga, rastrea buscando la verdad, tu verdad. Compara opiniones e ideas y forja tus propias ideas y cuando ya tengas elaborados tus criterios, no te arredres y di tu opinión.

Pero cuídate de ser ofensivo al exponer tus opiniones, y al mismo tiempo no temas si alguien, por susceptibilidad extrema, se crea ofendido por lo que digas de manera directa, porque hay algunos que hacen asunto personal de ciertos símbolos, imágenes y dogmas. Nunca ofendas a las personas y no te inhibas en atacar con fuerza a lo vil de las ideas.

Sé firme sin dejar de ser flexible. Y sigue el consejo de Thomas Jefferson cuando dijo: “Cuestionad con audacia incluso la existencia de Dios, porque si hubiera uno, ha de aprobar más el homenaje a la razón que al miedo ciego”.


Nunca calles tu opinión, aunque te cueste prisiones porque tu verdad vence y rompe muros y cadenas. 

La feria de los tiranos

Tulio Hernández. Diario EL NACIONAL



 Eso de querer mantenerse en el poder supremo hasta el día de la muerte es contagioso. Podría pensarse que era una obsesión propia de tiranos del siglo XIX y del XX. Que Fidel Castro y Robert Mugabe eran dinosaurios de una especie en extinción. El primero, porque a los 90 años de edad había acumulado 49 como el hombre fuerte del gobierno comunista cubano. El segundo, porque a los 93 tenía en su cuenta 37 años continuos como presidente de la República africana de Zimbabue. Pero no era así.

Resulta que el siglo XXI, ahora con una mascarada democrática, se ha inaugurado con un grupo de presidentes electos que no se resignan a abandonar el poder y que, como Franco o Juan Vicente Gómez, aspiran a entregarlo solo después de la muerte.

Hugo Chávez era el más impúdico. Se hizo una Constitución prêt-à-porter que establecía la elección infinita. Anunció, primero, que necesitaba gobernar hasta 2018. Luego hasta 2025. Y lo hubiese alargado sucesivamente de no ser por la penosa enfermedad que lo mandó de Miraflores al Cuartel de la Montaña.

Algo más o menos parecido es lo que ha hecho Putin en la Federación Rusa. A la edad de 65 ya ha acumulado 3 mandatos que suman 18 años ejerciendo la Presidencia de la República; y ya lanzado a la campaña electoral para ejercer el cuarto mandato, todo parece indicar que llegará, sin trabas, a los 24 años de gobierno. El mismo tiempo que Stalin.


Lo mismo vale para ese político reptil nicaragüense llamado Daniel Ortega. Salvo por la interrupción que significó la derrota que le propinara Violeta Chamorro en las elecciones de 1989, el acariciador de hijastras lleva ya 4 períodos que, de llegar el actual a 2021, como está estipulado, le daría el total de 25 años gobernando el sufrido país centroamericano. Solo 5 años menos de los que gobernó a República Dominicana el temible dictador Rafael Leónidas Trujillo.

La salud de una democracia se puede medir por su capacidad para la alternancia. Y su decadencia, por el tiempo indefinido que pueda durar un presidente en ejercicio. En los casi 15 años que Hugo Chávez gobernó a Venezuela, Francia tuvo como presidentes a Chirac, Sarkozy y Hollande. Y Costa Rica, a Rodríguez Echeverría, Pacheco, Arias, Chinchilla y Solís Rivero.

No es casual que en el presente los presidentes que tienen más tiempo ejerciendo el gobierno sean todos de repúblicas africanas no democráticas y, en su mayoría, estén acusados en los tribunales internacionales por corrupción y genocidio. Teodoro Obiang Nguema preside Guinea Ecuatorial desde 1979. El mismo año desde cuando José Eduardo dos Santos lo hace en Angola. Sin olvidar que Mugabe comanda Zimbabue desde 1987. Y Omar al Bashir a Sudán desde dos años después, 1989.


Ahora la obsesión de morir como Franco o Gómez con el poder en la mano le ha picado a Evo Morales, el presidente boliviano. Luego de 4 períodos gubernamentales, Morales se ha convertido en el presidente que por más tiempo ha gobernado Bolivia. Si concluye el mandato actual habrá acumulado 20 años al frente del gobierno. Y si logra cambiar la Constitución, como se lo ha propuesto, podría lograr otro período y llegar hasta los 25. Entre sus partidarios hay quienes proponen que es mejor decidir desde ya que Evo gobierne “para siempre”.

Claro, eso no lo pude garantizar nadie. “Para siempre” se había preparado Mugabe, un hombre de 94 años, pero se le interpuso en su camino su segundo de a bordo, Emmerson Mnangagwa, tan asesino como él, y hace quince días lo obligó a dimitir. “Para siempre” está preparado en Argelia Abdelaziz Buteflica, un enfermo terminal, anclado en una silla de ruedas, sin capacidad para comunicarse, pero preparado para seguir ganando elecciones, y solo el destino sabe si las próximas puede llegar a perderlas. Y “para siempre” estaba destinado Rafael Leónidas Trujillo, alias “Chapita”, por su gusto por las condecoraciones, hasta que un comando de demócratas lo esperó en una carreteara y a balazos le impidió terminar su último periodo presidencial.


No todos los tiranos tienen la suerte de aflojar el poder solo con el último suspiro.

domingo, 10 de diciembre de 2017

“Hitler no fue quien inspiró la “solución final” y el holocausto judío...”

Mario J. Viera


Alarmante y escandalizador puede parecer el intitulado de este artículo. Ya saltarán exaltados pidiendo la cabeza del filo nazi antisemita autor de este libelo que osó declarar tal cosa, que Hitler no fue el inspirador del holocausto judío...; mas ¡aguarden un instante!, porque habría que agregar algo más al título de este artículo y decir que fueron los palestinos los que le dieron la idea a Hitler de “quemar” a todos los judíos que tuviera a mano y aclarar que no fue un palestino cualquiera el que hiciera la propuesta sino el mufti de Jerusalén Haj Amin al Husseini... porque "Hitler no quería exterminar a los judíos; quería expulsar a los judíos". Bueno quizá los más exaltados se relajen un poco y digan ¡Ah, bueno tenía que ser! Pero otros se exaltarán pidiendo que ruede mi cabeza, porque tengo que confesarlo, fui yo quien seleccionó el dichoso titular, pero también debo dejar claro que la frase que dio origen al título de marras no es mía, es de otro, de alguien mucho más importante que yo... La frase la declaró un israelí y no un israelí cualquiera, sino un muy destacado sionista, y no cualquier destacado sionista, sino el mismo Premier de Israel el sionista de extrema derecha Benjamín Netanyahu, el amigo de Donald Trump.

Así es que los que querían que rodaran cabezas por semejante herejía, ya tienen una a su alcance. En octubre de 2015, la prensa internacional reporto lo afirmado por Netanyahu en el Congreso Sionista Mundial: "Hitler no quería exterminar a los judíos; quería expulsar a los judíos". Fue el mufti, el líder espiritual musulmán dentro del Mandato Británico de Palestina, fue él.... porque según el super nacionalista Netanyahu, Husseini, aliado de Adolfo Hitler, se quejó ante este que no expulsara a los judíos, porque si lo hiciera “todos vendrán”. “¿Entonces qué debo hacer con ellos? Fue la pregunta que Hitler le planteó al mufti", dijo Netanyahu en su discurso. "Y Al Husseini respondió: "Quémenlos".

Y si se formó la “del dime tú”. BBC mundo recoge lo que al respecto en un comunicado expresara el secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina, general Saeb Erekat: "Es un día triste en la historia cuando el líder del gobierno de Israel odia tanto a su prójimo que está dispuesto a absolver al más notorio criminal de guerra en la historia, Adolf Hitler, del asesinato de seis millones de judíos", sí porque Hitler solo “quería expulsar a los judíos”; pero no solo fue el palestino el que lamentara las declaraciones de Netanyahu, también el líder opositor israelí Isaac Herzog mostró en su página de Facebook su malestar al anotar: “Esta es una distorsión histórica peligrosa y exijo a Netanyahu corregirlo de inmediato ya que minimiza el Holocausto, el nazismo y el papel de Hitler en este terrible desastre de nuestro pueblo”.

Claro está, Netanyahu quiso matizar su declaración diciendo que no, vaya que, en definitiva “el Mufti sugirió a las autoridades nazis exterminar a los judíos. Lo consideraba una solución adecuada a la cuestión palestina”, nada, que alentó “a Hitler, Himmler y otros en el exterminio a los judíos en Europa”. Justificación esta que no convenció para nada al historiador israelí Meir Litback: "Es mentira y una deformación barata de la historia que servirá de munición para los negacionistas del Holocausto. Hitler no necesitaba al Mufti para convencerse de la solución final y ya en su famoso discurso en 1939 habló del exterminio de los judíos”.

Y El País reseña lo que agregara Isaac Herzog, sin disminuir las responsabilidades criminales del Mufti: “Nadie me enseñará a mí el odio del Mufti de Jerusalén, que era uno de los ayudantes de Hitler, hacia el pueblo de Israel. Él fue el que dio la orden de asesinar a mi abuelo, el rabino Herzog. Pero Netanyahu resta responsabilidad de Hitler y los nazis a la terrible tragedia de nuestro pueblo en la Shoa”. También la historiadora del Instituto Recordatorio del Holocausto Yad Vashem, situó el tema en su contexto histórico: “No se puede decir que fue el mufti quien dio a Hitler la idea de matar o quemar judíos. Eso no es cierto. El encuentro entre ambos fue luego de una serie de eventos que ya indicaban que ese era el camino de los nazis”. Y el diario El Tiempo precisa en fechas el encuentro entre al Husseini y Hitler: “Hitler y el mufti de Jerusalén se reunieron en Berlín en (28) noviembre de 1941. Pero las órdenes para la ‘solución final’, o sea el exterminio, fueron impartidas en julio. Y se hablaba de ello ya en 1939”.


El tema ya es periodísticamente viejo, pero vale para recordar, para no perder de vista de como se manifiesta la ultraderecha, ya sea en Europa, como en Estados Unidos como en Israel; vale para darnos cuenta de por qué no se llega a una solución dialogada a los conflictos presentes entre Israel y Palestina y para la formación de dos estados con iguales derechos.

viernes, 8 de diciembre de 2017

Comunicado de la Secretaría General de la OEA respecto a las recientes elecciones presidenciales en Honduras

  6 de diciembre de 2017



La Misión de Observación Electoral (MOE) de la OEA para las elecciones en Honduras ha informado a la Secretaría General de la OEA sobre la falta de garantías y transparencia, así como el cúmulo de irregularidades, errores y problemas sistémicos que han rodeado este proceso electoral, en su etapa previa, jornada electoral y etapa postelectoral, que como corolario no permiten a esa Misión tener certeza sobre los resultados.

Por otra parte, resulta claro que no es posible, sin un proceso exhaustivo y minucioso de verificación que determine la existencia o no de un fraude electoral -como ha denunciado parte de la oposición- restituir la confianza de la población en el proceso.

Esta desconfianza y polarización han generado episodios insostenibles de violencia. Resultan irresponsables e incompatibles con la democracia los llamados públicos al amotinamiento e insurrección militar realizados en el contexto postelectoral.

Con igual fuerza, la Secretaría General de la OEA deplora los extemporáneos llamados a la violencia y a la utilización de fusiles de asalto en poder de particulares por parte de líderes partidarios.

La Secretaría General de la OEA condena, asimismo, las muertes acaecidas y exige la inmediata investigación de los hechos, al tiempo que expresa sus condolencias y se solidariza con el dolor de las familias de las víctimas.

La suspensión de los derechos constitucionales relacionados al Decreto del 1 de Diciembre de 2017 emitido por el Gobierno de Honduras se justifican según la Carta Magna citada en el decreto considerado en situaciones extremas, tales como “la invasión del territorio nacional, la perturbación grave de la paz, de epidemia o de cualquier otra calamidad general”. Por ello, la Secretaría General de la OEA considera desproporcionada la aplicación de estas medidas frente a las manifestaciones que tuvieron lugar tras las ya denunciadas irregularidades del acto electoral llevado a cabo el 26 de noviembre de 2017, y solicita el inmediato levantamiento de las mismas.

El proceso electoral es por excelencia la manifestación de la expresión popular, y la democracia no puede ni debe ser menoscabada por irregularidades graves, represión y muertes.

Es imprescindible que se den garantías suficientes para que la violencia sea detenida inmediatamente.

Mirando hacia adelante, el informe de la MOE ha exigido una serie de acciones con el fin de restablecer la confianza, generar certidumbre y dar garantías. 

Por ello, hacemos nuestras las recomendaciones y conclusiones contenidas en el informe preliminar de la MOE. Dichas conclusiones han determinado, con base a criterios técnicos derivados de estándares internacionales, las etapas necesarias a completar.

Lleváremos adelante todos los pasos señalados y brindaremos el imprescindible seguimiento.

El candidato presidencial Juan Orlando Hernández Alvarado ha admitido las conclusiones y recomendaciones del informe de la MOE, y ha manifestado su compromiso de someter al escrutinio técnico con acompañamiento de los observadores internacionales los resultados de las elecciones.

Lamentablemente, pese al sustento técnico y de base científica de las recomendaciones de la MOE, no ha sido posible llegar a un acuerdo firmado.

La Secretaría General de la OEA reitera que el proceso electoral en la República de Honduras no ha concluido, por cuanto resta para ello la implementación completa de las recomendaciones que siguen a continuación:

·        El cotejo de las 1.006 actas que fueron sometidas a escrutinio especial con las originales recibidas, para ver si son parte de aquellas que fueron transmitidas online o parte de aquellas que fueron procesadas una vez llegaron al Centro de Acopio Nacional Electoral, ubicado en las instalaciones del INFOP.
·        La verificación de las 5.174 actas del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que no fueron transmitidas la noche de la elección, realizando un recuento de votos de las actas que presenten inconsistencias.
·        La revisión de la participación en la votación de los departamentos de Lempira, Intibucá y la Paz, tomando el 100% de las Mesas Electorales Receptoras (MERs) de cada uno de los departamentos.
·        El establecimiento de una etapa razonable para la presentación de impugnaciones. Debido a los retrasos en los escrutinios ordinario y especial, se exhorta al Tribunal Supremo Electoral a ser flexible en la recepción de estas impugnaciones y a resolverlas con todas las garantías procesales, de forma individualizada tras un cuidadoso análisis debidamente fundado y motivado.
·        La publicación de los listados de los miembros de las MERs de los departamentos de Atlántida, Colón, Cortés, Francisco Morazán y Yoro. 
·        La verificación de la integridad del Sistema Integrado de Escrutinio y Divulgación Electoral (SIEDE) y de sus componentes.  

Si las irregularidades existentes fueran de tal entidad que hicieran imposible que este proceso brinde certeza y seguridad en el recuento, la Misión se reserva el derecho de realizar las recomendaciones adicionales que considere pertinentes sobre cualquier aspecto del mismo, sin descartar inclusive la posibilidad de recomendar un nuevo llamado a elecciones con garantías de que corrijan todas las debilidades identificadas que dieron lugar a las irregularidades graves que se detectasen.

La Secretaría General de la OEA no dejará solos a los hondureños y reafirma su máxima vocación para contribuir a resolver las diferencias en torno al proceso electoral. Por ello, la MOE se mantiene para continuar su apoyo técnico-político.

Referencia: C-090/17


lunes, 4 de diciembre de 2017

Opinar nunca puede ser un delito

Mario J. Viera.
14 de abril de 1999



Esta es una crónica ya vieja, ya ha cumplido 18 años. La escribí a propósito de la puesta en vigor de aquella ley del castrismo que sería conocida como Ley 88 y que preveía largas condenas de prisión para todo aquel que tuviera contacto con medios informativos del extranjero y muy en especial con los medios de los Estados Unidos como, por ejemplo, Radio Martí. La Ley 88 fue el instrumento penal sobre el cual se dictaron las draconianas sanciones del 2003 contra 75 activistas de las organizaciones opositoras y periodistas independiente. No se ha derogado y mantiene su vigencia. Aunque redactada esta crónica en determinados condicionamientos históricos, la misma puede adquirir actualidad en el momento que contra el periodismo se ha impulsado toda una campaña de denigración para presentar la opinión libre como formando parte de una conspiración dedicada a promover falsas noticias (Fake news)


LA HABANA, abril - Recientemente un oficial de la Seguridad del Estado, que me conminaba a interrumpir mi “carrera periodística”, so pena de que, de no hacerlo, se aplicarían contra mí diferentes acciones represivas (sanción de prisión en el juicio pendiente de la querella interpuesta por un funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores y que impulsa la policía política, juzgarme bajo los términos de la Ley 88 e, incluso, negarme la salida del país aún cuando poseyera una visa), me expuso una opinión que me parece medular dentro de los pasillos de Villa Maristas: “Con papelitos no se va a derrocar al gobierno”.

Vale la pena un comentario al respecto. Si la Ley 88 la promulgó el gobierno para impedir que los “papelitos” de los periodistas independientes pudieran proponerse derrocar al gobierno del doctor Castro, bien se hubiera podido ahorrar el esfuerzo y la inconveniencia de dar pie para que una avalancha de críticas proveniente del exterior se precipitara en su contra. Los periodistas independientes no nos proponemos derrocar al gobierno. Una verdad de Perogrullo que parece no han entendido aquéllos que ostentan el poder en Cuba.

Cuando hacemos lo que pudiera calificarse de periodismo alternativo, lo único que nos proponemos es brindar una información lo más veraz posible desde un ángulo propio e independiente del periodismo gubernamental. Ejercemos sencillamente nuestro derecho natural de opinar.

Tal vez cuando expresamos nuestra opinión sin autocensura ni delimitaciones impuestas por convicciones ideológicas o conveniencias políticas de poder, alguien pueda sentirse molesto, quizás furioso. Pero ello no implica un propósito subversivo o una conjura conspirativa. Opinar nunca puede ser un delito, siempre que esa opinión hecha pública no lacere la vida privada ajena o la reputación de alguna persona injusta y festinadamente.

Como bien expone el colega Raúl Rivero, director de Cuba Press, el movimiento del periodismo alternativo que ha venido desarrollándose en Cuba durante los últimos cinco años “está encaminado, no a excluir de la escena nacional la visión que ofrecen los medios oficiales de prensa, sino a encarar el curso de la vida cubana desde otros ángulos que hagan salir a flote el fenómeno íntegro”.

La opinión independiente, ética y profesionalmente expresada, enarbolada por el periodismo independiente, no es excluyente ni se abroga la propiedad exclusiva de la verdad, que siempre, en este mundo de lo relativo, será fraccionaria y condicionada a la capacidad personal de percepción de los fenómenos sociales. Sólo la intolerancia y la prepotencia de quienes se creen dueños de la verdad, y tiene fuerza para imponer, convierten la opinión del otro en figura delictiva.

Cuando nos empecinamos en hacer pública nuestra opinión y en informar lo que la prensa oficial no divulga, sabiendo que lo hacemos, como diría Rivero “en la vecindad del murmullo de los cerrojos”, estamos buscando, no derrocar al gobierno, sino hacerlo más democrático y más transparente, a la vez que estamos buscando el espacio de opinión que le corresponde a cada ciudadano del mundo, y que ninguna ley nacional puede prohibir, a no ser por el uso injustificado de la violencia y de los métodos execrables de la Inquisición.


Respetar las leyes es un deber cívico inexcusable. Pero ninguna ley puede dictarse en contra de la propia esencia de la humanidad. Pensar y opinar son las condiciones fundamentales que diferencian al hombre del resto de los mamíferos. Y estas dos condiciones no pueden prohibirse o limitarse con la excusa del patriotismo de consigna y los pretextos de un diferendo político con otra nación. La Ley 88, que pretende amordazar la opinión divergente con el anonimato de la cárcel, es antijurídica, intolerante y contraria al derecho natural, que no es concesión gubernamental, sino que ha sido conferido por la propia naturaleza o, si se quiere, por voluntad expresa del Creador.

domingo, 3 de diciembre de 2017

ESTE HOMBRE NO ESTA LOCO

Pablo de Jesús. pablosocorro.com




Confieso que he llegado a pensar que estoy medio tostado porque suelo largarme tremendas parrafadas conmigo mismo. Lo estuve haciendo hasta la llegada de Fenris a esta casa. Ahora mi perro me sirve de oyente, y gira la cabeza ante cada frase que le suelto. Creo que el hablar solo es un mal de familia, porque mi viejo solía dispararse unos monólogos en voz alta, que hasta hacía contrapunteo de décimas guajiras entre él y su alter ego. Bueno, en verdad hay que estar algo crazy para meterse en una jaula a boxear con un gorila. O muy necesitado de ganarse los 20 pesos de recompensa; y mi papá El Gallego no sólo lo hizo, sino que le sonó tal tortazo al mono que éste se encaramó en lo alto de la jaula y no hubo Dios que lo hiciera bajar por el resto de la pelea. Él mismo se narraba su combate contra el gorila Timbalú, creyendo que estaba solo mientras daba raqueta a la yegua Cuca para lustrarle la pelambre. Mi hermano y yo nos escondíamos detrás del tanque de agua para escuchar el relato-soliloquio, y nos partíamos de la risa cuando el Gallego decía con voz enojada: "Ven, acércate cabrón. Ven mono hijoeputa que te voy a partir la crisma. Vamos, se machito".

Y parece que yo he heredado el mal. O la bendición de hablar sólo. Resulta que, según un estudio de una prestigiosa universidad americana, hablarte a ti mismo no solo es sano, sino que también es un signo de que eres un genio. Algunas de las personas más inteligentes en la tierra sostenían interminables soliloquios. Dicen que Albert Einstein hablaba consigo mismo. El sitio einstein.Org asegura que "solía repetir sus frases a sí mismo en voz baja". Y ya ven. El tipo se soltó la teoría de la relatividad y después se fue a tomar su té mezclado con café. De paso, les digo que una empresa checa de tés, ha sacado al mercado el llamado "Té Einstein" para los estudiantes. Va y en cualquier momento yo descubro la teoría de la irrelevancia, por mi afición al carajillo de la tarde: un café cargadito con ron.

Hasta hace unos años, hablar solo era cosa de orates. ¿Quién no tuvo un loquito en su pueblo o en su barrio que hablaba solo y nos entretenía con las chorradas de su magín en las tardes de abulia sin ron ni dominó? Locos que en cierta forma estaban más cuerdos que mucho que se dicen cuerdos porque podían decir verdades sin temor a represalias.

Pues no señores. La ciencia está tan adelantada que el hablar con uno mismo ya no es tener guayabitos en la azotea, sino "un comportamiento muy positivo y saludable", según el psicólogo de mi amigo Yeyo, quien siempre hace hincapié en la P de su profesión.

-Los grandes pensadores hablaban para sí mismos. Mira los monólogos interiores de los genios. ¡Mira la poesía! ¡Mira la historia! ─ me dice Yeyo, y no tengo más remedio que convenir con él ─. La historia ha demostrado que los conversadores interiores han hecho menos daño a la Humanidad que aquellos charlatanes de púlpito y estrado. Yo conocí ─ y padecí ─ a uno que se podía estar horas y horas hablando de como le entra el agua al coco y uno le aplaudía, aunque al final salía de la Plaza de la Revolución sin agua ni coco y si con un Patria o Muerte retumbándote en los oídos que te dejaba loco.

Siguiendo con el tema de la habladera en privado. Dicen los expertos ─ esa gente que sabe de todo y no ponen una nunca ─ que el chacharear contigo mismo hace que tu cerebro funcione de manera más eficiente, porque entre otras cosas, te ayuda a organizar tus pensamientos, te ayuda a alcanzar tus metas y ayuda a tu autoestima. Será por eso que en Cuba las metas siempre se sobrecumplen, ¡porque, mira que la gente habla! La autoestima del cubano es directamente proporcional a las mentiras que el mismo se dice.

Hablar con uno mismo hace que tu cerebro funcione de manera mas eficiente. Pero todos necesitamos hablar con alguien interesante, inteligente, que nos conoce bien y está de nuestra parte. ¿Y quién mejor que esa persona que nosotros mismos? Probablemente eres la persona más interesante que conoces.


Así que cuando vean que hablo solo no me interrumpan. Este hombre que les escribe no está loco. Cuando habla con su yo interior, está buscando la opinión de un experto.

sábado, 2 de diciembre de 2017

Nasralla, qué pena

Juan Ramón Martínez. La Tribuna (Honduras)

Con su dócil disposición para hacerle los mandados a Manuel Zelaya, Nasralla ha perdido todo lo ganado en esta jornada electoral, comprometiendo, además, su futuro singular.

Salvador Nasralla y Mel Zelaya


No es justo y mucho menos ético, lo que Mel Zelaya le ha hecho a Salvador Nasralla. El que lo obligara, con un simple gesto, a incumplir la palabra empeñada ante la OEA, impidiéndole mostrar su amor por Honduras, no tiene nombre. Lo ha convertido, sin merecerlo, en un pelele en manos de quien, cree que puede utilizar su nombre y su imagen, como un ariete para hacerle daño a Honduras y a los hondureños.

Por supuesto, Nasralla tiene culpa. Lo ofenden porque saben que tiene la disposición de agachar la cabeza cuando lo abochornan y lo descalifican. Un hombre de verdad, no puede ─ y mucho menos cuando está a punto de convertirse en presidente de la República ─ ceder tan fácilmente su autonomía y capacidad de tomar decisiones, excepto que carezca del carácter básico para sostener una personalidad que se respete a sí misma. Aparentemente, Nasralla no tiene la capacidad para decirle que no a quien, todos hemos calificado, como el gran manipulador. El factor desestabilizador de la paz de Honduras. Que pasando por encima de su talento, superior al de su manipulador, le impone sin vergüenza alguna, conductas contrarias a su imagen y propio prestigio. Creíamos que Nasralla contando con un ego elevado, carácter acerado y gran fuerza de voluntad, podía evitar que jugaran con él, llevándolo incluso a hacer el ridículo, ante la comunidad internacional y hondureña.

A estas alturas, muchos de sus votantes han descubierto que no tiene los méritos para el alto cargo, en donde el honor, la palabra y el orgullo de sostener posturas definidas, forma parte del empaque que se requiere para ser presidente de la República. Con su dócil disposición para hacerle los mandados a Manuel Zelaya, Nasralla ha perdido todo lo ganado en esta jornada electoral, comprometiendo, además, su futuro singular. Nadie confiará en él, en vista que no muestra firmeza para tomar y cumplir decisiones, suyas, sin interferencias externas. El más de un millón de votantes que le dieron respaldo para buscar la Presidencia de la República, a estas horas debe estar preguntándose si, merece el honor de representar a un país que busca que sus gobernantes, honren su palabra, renuncien a la informalidad y consagren toda su fuerza y su vida a servir sus altos intereses.

Manuel Zelaya Rosales es un anarquista, viejo conocido de todos. Un “niño grande”, que está dispuesto a meter los elefantes en la casa de cristal en donde guardamos las mejores cosas de Honduras. No nos respeta y quiere hacernos daño, porque tampoco agradece los honores que, sin merecerlos, le hemos conferido en el curso de su vida pública.

Nasralla, con todo lucía, más serio e inteligente, que su manipulador. Sin cola que le pisaran, fuerte y libre. Sus antepasados, vinieron de lejos, integrándose en esta tierra generosa. Tuvieron la oportunidad de abrirse paso, desarrollando un patrimonio que les permitió unirse a la comunidad nacional. En Trujillo y Tegucigalpa. Por ello, tuvo la oportunidad de estudiar y formarse, aquí y en Chile. Y sin mayores méritos, como se ha encargado Zelaya de confirmar, lo ha colocado a un paso de la Presidencia. Dándole un honor y una oportunidad que muy pocos tienen en la vida.

Pero allí, no se llega sin honor. Y mucho menos arrodillado, mostrando los fundillos en donde descarga su fusta rencorosa, el ganadero olanchano que, ha consagrado su vida a hacernos daño e intranquilizarnos, con sus pretensiones mesiánicas y sus angustias por parecerse a otro líder liberal que, en silencio, le desprecia y se ríe de él en su cara.

Lo que no podemos entender es cómo siendo tan inteligente Nasralla, permite que lo ofendan, impidiéndole cumplir con los compromisos pactados, exponiéndolo a la opinión pública como un pelele que en la Presidencia de la República, ─ como Monchito Cruz con López Arellano ─ no podrá tomar decisiones, sin consultarlas con Zelaya que, desde sus haciendas, le daría cada mañana, las instrucciones de lo que debería de hacer, con indicación expresa de lo que, aunque consustancial con el cargo, no puede ejecutar, porque corresponde a él, “jefe de jefes”.


Creíamos que Nasralla, tenía carácter, orgullo y vergüenza. Pero nos equivocamos. Le falta el talante para ser presidente. Es un hombre que nació para vivir de rodillas. Un pelele. ¡Qué pena¡  Duele verlo disminuido a los pies de Zelaya.

jueves, 30 de noviembre de 2017

Por la senda de nuestras tradiciones

Mario J. Viera



Reproduzco ahora este viejo artículo publicado en Cubanet el 4 de mayo de 1999, que redacté con motivo de la entrada en vigor de la ley dictada por el régimen castrista para reprimir al periodismo independiente y denominada “Ley No. 88 de Protección a la Independencia Nacional y la Economía de Cuba”. Como mantiene todavía vigencia lo reproduzco nuevamente.


“La libertad de la prensa es un medio de obtener las libertades civil y política, porque, instruyendo a las masas, rasgando el denso velo de la ignorancia, hace conocer sus derechos a los pueblos y pueden éstos exigirlos”.
Ignacio Agramonte y Loynaz



Por años, el gobierno de Cuba se ha declarado defensor decidido de nuestras tradiciones políticas, ésas que se engendraron en las mentes de nuestros próceres desde los tiempos duros cuando los cubanos se conquistaban su identidad como nación peleando en la manigua al filo de sus machetes. También el congreso de los representantes oficiales de nuestra cultura se decidió por la defensa de todas nuestras tradiciones. Pero, ¿se está cumpliendo realmente con esta presunción?

El ideal cubano se fue forjando paulatinamente, tomando del venero que ofrecieron los enciclopedistas franceses, los padres fundadores de los Estados Unidos y el anhelo siempre buscado y no siempre realizado de la tríada de la Francia de 1789: libertad, igualdad y fraternidad.

La búsqueda de la libertad como expresión del pleno disfrute de las potencialidades individuales, en antitética relación con el centralismo exagerado del despotismo monárquico y colonial, siempre constituyó el quid divinum de los pensadores cubanos del siglo XIX, entre los que descuellan con esplendor propio el sacerdote Félix Varela y el poeta José Martí.

Y en ese élan libertario, fundado sobre la imperiosa condición de conservar el individualismo al que Agramonte consideró como necesario para la sociedad, y que se funda sobre la dignidad plena de la persona humana, el arma esencial fue, más que el sable de caballería, la palabra como envoltorio sonoro o gráfico del pensamiento y de la opinión sincera. Toda la tradición política cubana se nuclea alrededor del principio de la libertad de expresión y de la libertad de prensa, y le son extraños la autocensura y el silencio tímido.

Varela, sacerdote y filósofo, se hizo periodista, al igual que Martí, de quien la mayor parte de su obra escrita está formada de crónicas y artículos redactados para varios periódicos del continente y para el que fundara con el nombre de Patria.

El periodismo, visto como el derecho al ejercicio del pensamiento libre al que, de acuerdo con Ignacio Agramonte, “corresponden la libertad de examen, de duda, de opinión, como fases o direcciones de aquél”, constituyó el firme cimiento de nuestras tradiciones políticas. Cercenar el derecho al ejercicio del periodismo independiente es como negar, como anular, el sustrato de nuestras tradiciones políticas y civiles.

Hace mal el gobierno de Cuba cuando limita el derecho de prensa al simple ejercicio de un periodismo alabardero y prohíbe con sanciones penales la opinión escrita, pacíficamente expresada, que no le sea favorable. Esto va en contra de toda nuestra historia, y en contra de la libertad del hombre. Renunciar a la libertad de la expresión periodística por temor a una ley de corte draconiano es renunciar a la propia libertad, que es, como dijera Rousseau, “renunciar a la cualidad de hombre, a los derechos de la humanidad, incluso a sus deberes”.

No es justa ninguna ley, ni puede alegarse ninguna razón para justificarla, que suprima alguna de las libertades que le son sagradas al hombre. Suprimir ese derecho innato de expresar la opinión propia es atentar contra todas las libertades conferidas o naturales del género humano. Y así lo entendió José Martí cuando escribió: “Con las libertades, como con los privilegios, sucede que juntas triunfan o peligran, y que no puede pretenderse o lastimarse una sin que sientan todas el daño o el beneficio”. O retomando a Rousseau se puede concluir: “Privar de toda libertad a (la voluntad del hombre) es privar de toda moralidad a sus acciones”.

Es que lo esencial de nuestras tradiciones, el sendero por el que éstas transcurren no es el de la enojosa intransigencia, sino aquel concepto martiano de patria como equidad y respeto a todas las opiniones. No se ha de temer a la opinión puesta en la voz o en letra de imprenta. Las ideas, nobles o indignas, sólo pueden vencerse con ideas más elevadas y no con cerrojos y prisiones. Reprimir a otros por sus opiniones es el modo más acabado de reconocer la incapacidad de defender las propias.


Cuando los que en Cuba, aquéllos que nos decidimos por realizar un periodismo alternativo al de los medios oficiales, continuamos ejecutando nuestra labor de informadores públicos, a pesar de las amenazas contenidas en la Ley 88, no lo hacemos por el placer masoquista de formar parte de un nuevo martirologio, ni por el plante soberbio del reto suicida. Lo hacemos porque creemos que es justa la intolerancia de no ceder el derecho natural de pensar, de opinar, de examinar o de dudar. Y porque no podemos renunciar a seguir los senderos de nuestras tradiciones. Esas que constituyen el significado concreto de cubanía.

Un país sin educación política

(Desde Honduras y a propósito de sus elecciones)

Antonio Flores Arriaza. La Tribuna

Hace muchos años nació en el ámbito político el Partido de Innovación y Unidad (PINU) en 1970, la Democracia Cristiana (DC) en 1968 y la Unificación Democrática (UD) en 1992. Los tres partidos ostentando una ideología muy bien definida con la cual se presentaron al pueblo hondureño para que los considerara como opciones políticas para gobernar el país. El primero definido bajo la doctrina social-demócrata, el segundo presentando el cristianismo social auspiciado por la Iglesia Católica desde la encíclica Rerum Novarum en 1891 del Papa León XIII (que, no era algo nuevo con lo que se podía augurar un gran crecimiento en vista de que los hondureños eran mayormente católicos) y, el último como un partido socialista. Ninguno de ellos ha pasado de obtener muy pobres resultados. Los tres han mantenido su subsistencia legal con capacidades al borde del colapso. Así que la ideología no fue entonces algo que, a la vista de los hondureños, resultara para proponer alternativas políticas.

Más de cuarenta años han pasado y, se supone, el nivel educativo nacional debe haber mejorado, así como el desarrollo político de la población luego de varias décadas de vida democrática y de que, en el país, la política parece ser la primera agenda en la discusión de todos los días.

Ahora, recién hemos tenido un proceso electoral inédito. Lo ha sido porque en él han participado nuevos partidos políticos y, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) permitió la participación inconstitucional del actual Presidente del Ejecutivo para buscar su reelección, algo prohibido constitucionalmente. Pero, no sólo eso ha sido lo inusual. También lo ha sido la Alianza entre dos partidos preexistentes y su decisión de proponer a un candidato que no pertenece ninguno de ellos y que tampoco tiene un partido que lo respalde.

Esta Alianza conjunta un supuesto partido socialista con el partido social demócrata. Esto no es tan raro. Pero, si se hubiese funcionado ideológicamente, en esta alianza debió integrarse la Unificación Democrática (UD) que se supone también es socialista. Esto no ha sucedido porque la UD más bien se ha aliado con el partido de gobierno que, recientemente, se declaró social cristiano abandonando así, declarativamente, su origen liberal. Algo que en la realidad no ha ocurrido porque sus integrantes no han sido adoctrinados en estos supuestos nuevos principios y, este partido, es reconocido como de derecha. La guerra política se planteó entre la Alianza y el Partido Nacional. Se podría considerar que ideológicamente tiene sentido.

Pero, ¿quiénes integran a LIBRE, el supuesto partido socialista del Siglo XXI? Que fue creado bajo la sombrilla de Hugo Chávez y auspiciado por el chavismo venezolano. Es de sorprenderse que en este partido se han integrado empresarios y sacerdotes (católicos y cristianos), y sus seguidores. Esto resulta ideológicamente incongruente.

El pueblo se ha expresado en repudio hacia la violación constitucional por la búsqueda de la reelección del presidente del Ejecutivo. Pero, resulta, que el principal proyecto de la ALIANZA es buscar montar una Asamblea Nacional Constituyente para cancelar toda la actual Constitución y hacer una nueva. Es decir, Caperucita buscando al lobo para protegerse de la bruja. Esto es de lo más ilógico que se pueda pensar.

La ALIANZA se apellidó contra la dictadura, sin embargo, su candidato ha dado grandes, variadas y reiteradas evidencias de su vocación tiránica. Y, el principal poder “tras el trono” mostró su grandísima vocación tiránica cuando fue Presidente tratando de anular a los otros dos poderes del Estado e ignorando las leyes que regulaban su desempeño en el Ejecutivo. Así que, la Alianza muestra evidencias de que solamente busca sustituir a un tirano por otro. Realmente, esto no es raro en los gobiernos del Socialismo del Siglo XXI, según se evidencia en América del Sur y en nuestra vecina Nicaragua.

Por otro lado, nos encanta disfrutar de las libertades que nos ha brindado nuestra Constitución liberal, nos gustan las libertades que el liberalismo ha instaurado en el mundo occidental, nos encantan las diversas libertades que el liberalismo nos ha brindado. Nuestros trabajadores gozan de un Código del Trabajo liberal y el sindicalismo que los gobiernos liberales nos enseñaron como conquista a los trabajadores con garantías que en otros países del mundo ni sueñan tener. Nos gusta que las autoridades respeten nuestras garantías constitucionales que son herencia liberal. Aun los socialistas del patio luchan por conservarlas sin ofrecer nuevas conquistas en los derechos humanos y civiles. Pero, los hondureños, cada vez despreciamos las conquistas liberales y buscamos un gobierno opresor. Que incongruencia. Necesitamos mucha educación política, pero no ideologización impuesta. La libertad en todo es la gran conquista liberal.


ideasafa1@gmail.com