sábado, 6 de octubre de 2012

Si mañana triunfa Henrique Capriles…


Mario J. Viera

Tal vez este artículo carecerá de relevancia, si mañana ─ 7 de octubre de 2012 ─ los venezolanos le dieran la victoria al candidato del gobierno de Venezuela; no obstante, me atreveré a lanzar mi opinión tomando como premisa la probable victoria electoral de la oposición venezolana. Confieso, de antemano, que lo que aquí expreso tiene solo un valor especulativo; pero especulación que fundamento en la experiencia vivida.

Si mañana triunfa Capriles, me pregunto ¿Cuál será la reacción del gobierno de Raúl Castro? Permítanme que comience a especular.

Si se revisa la prensa oficialista en Cuba de los últimos días sobre el tema de las elecciones presidenciales en Venezuela se podrá ver que en Cuba se apuesta a la segura victoria electoral de Hugo Chávez. Granma el sábado reportó lo que tituló “Avalancha bolivariana en Caracas” silenciando la también avalancha de la oposición durante el cierre de campaña y, en un segundo artículo insistió en el tema bajo el título de “Venezuela avanza a la victoria con Corazón de Patria” donde se hace una simple alusión a la manifestación de apoyo a Henrique Capriles en Barquisimeto.

Calificando al candidato opositor como “representante de los oligarcas”, el Granma, intencionalmente, deformó las propuestas de Capriles diciendo que había expresado “su voluntad de truncar los programas impulsados por el Gobierno”.

Esto que se lee en Granma es la opinión oficial del gobierno comunista; pero otra cosa es seguro que se baraja en los conciliábulos del poder. Raúl Castro tiene información de primera mano que le proporcionan sus servicios de inteligencia que operan en Venezuela con el total consentimiento de Hugo Chávez. Esta información debe contener elementos que inducen a la preocupación.

Se conoce que existen fuertes indicios que le permitan al castrismo considerar como posible la derrota de Hugo Chávez y de ser así, saben que Chávez no podría desconocer su derrota. Raúl Castro conoce muy bien que no toda la oficialidad militar de Venezuela está comprometida con el chavismo y con el socialismo del siglo XXI y no se le escapa que gran parte de esa oficialidad se decidiría a favor de la legalidad.

Esta posibilidad de la victoria opositora ya la ha estado considerando desde hace algún tiempo el gobierno de Raúl Castro. El propio Fidel Castro habría aconsejado a Chávez ante una probable derrota electoral. Chávez lo había comentado en uno de sus Aló Presidente: “Mira ─ le había advertido Fidel Castro ─, si es que la contrarrevolución logra arrebatarte a ti, sacarte a ti de ahí y arrebatarle al pueblo el poder, la persecución y el arrase será general. Ahí no van a perdonar a nadie”.

La dictadura cubana ya tiene preparado su plan de contingencia. Ha reforzado su comercio con Rusia y ha firmado convenios comerciales con Brasil en vista a la derrota de Hugo Chávez.

Si el domingo Hugo Chávez es derrotado no tomará por sorpresa al régimen castrista, un gobierno sumamente hábil en el arte de sortear dificultades para mantenerse en el poder. Posiblemente expresará en lenguaje críptico su disgusto por el triunfo de la oposición y luego dirá que respeta la decisión soberana del pueblo venezolano, para acomodarse a un acuerdo con el gobierno de Capriles, mientras retira a gran parte de sus colaborantes principalmente en los servicios médicos. Como no le conviene romper con Venezuela, porque el petróleo venezolano, aunque lo tenga que pagar, le resulta menos oneroso que importarlo de Rusia, moderará el ataque retórico que dirija contra el nuevo gobierno.

Capriles ha dejado una puerta abierta para dialogar con el gobierno castrista: “Estoy seguro que con el presidente Raúl Castro, una vez pase el proceso electoral, nos sentaremos a conversar sobre estos temas (del intercambio comercial). Si necesitamos los médicos cubanos, pagaremos por ellos, estamos pagando por ellos…”

Los Castro elevan y ensalzan a todos aquellos que les puedan brindar beneficios, luego que ya no les son útiles los desechan como ropa vieja que se guarda en el desván. Así pasará con Hugo Chávez; y si realmente tiene cáncer, ya no le cuidarán con tanto esmero como habían hecho hasta ahora.

Confío que el pueblo venezolano este domingo no permita que este artículo que escribo en la víspera de las elecciones carezca de relevancia.

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