viernes, 5 de octubre de 2012

Venezuela y su nueva independencia


Mario J. Viera

Acabo de leer un artículo de opinión de Gustavo Márquez Marín en la página web del diario Ultima Noticias que me ha inducido a escribir una reflexión de última hora ─ que también es el título del artículo de Márquez─. Y esta, mi reflexión, es en torno a lo que dice el columnista sobre la ratificación del “compromiso con la independencia de la Nación” de los venezolanos en estas, que serán históricas, elecciones del 7 de octubre.

De acuerdo con Márquez Marín, la independencia venezolana va “de la mano del candidato de la Patria, Hugo Chávez Frías”. Reflexionemos entonces sobre este aspecto.

En primer lugar, si la supuesta independencia nacional que conduce Hugo Chávez es liberarse de “la condición de colonia del imperio americano”, habría que considerar algunas ideas y definiciones. De acuerdo con la Real Academia Española, colonia es: un  territorio dominado y administrado por una potencia extranjera” lo que no parece que ocurriera en Venezuela antes de la parición del supuesto “candidato de la Patria” en el escenario político venezolano. Estados Unidos no dominaba el territorio de Venezuela y mucho menos lo administraba; creer que Venezuela era colonia de un imperio extranjero es como denigrar a todos los venezolanos.

El término, propio de la guerra fría, quizá pudiera extrapolarse a la condición de dependencia económica de un país con respecto a otro; si es así habría que poner en duda la aseveración de que Chávez ha logrado liberar a Venezuela de la dependencia económica a los Estados Unidos. Estados Unidos es el principal cliente de la petrolera estatal PDVSA. A finales de 2011 Venezuela exportaba a Estados Unidos cerca de un millón de barriles diarios de petróleo, gasolina y otros derivados del petróleo. La mayor fuente de ingresos para Venezuela proviene de sus ventas petroleras a Estados Unidos.

Venezuela sigue dependiendo del petróleo que principalmente vende a Estados Unidos. Los ataques de Chávez contra el “imperio” son pura demagogia, es su coartada para intentar descalificar a sus opositores, al igual que los Castro que mantienen un discurso antimperialista para justificar su fracasado sistema político y social. Por otra parte, Chávez ha comprometido la soberanía nacional con sus vínculos con Irán, y endeudado a todo el país con su comercio con Rusia y China.

Chávez regalando la riqueza venezolana está subsidiando al parasitismo castrista con sus entregas de petróleo a la dictadura antillana. Chávez ha entregado la soberanía venezolana al régimen de los Castro. La influencia castrista en todas las esferas de la política venezolana impulsada por el “candidato de la Patria” alcanza niveles de escándalo. Fidel Castro gobierna en Venezuela por intermedio de Hugo Chávez. Las fuerzas armadas venezolanas están penetradas por la oficialidad castrista; los órganos de inteligencia de los Castro actúan libremente en Venezuela.

Ciertamente, el 7 de octubre los venezolanos tendrán que optar por votar por Fidel Castro, cuando voten por Hugo Chávez, o votar por la independencia de Venezuela del enclenque y parasitario gobierno castrista. El 7 de octubre Venezuela tendrá que escoger entre un gobierno de 14 años que solo ha traído carencias, violencia y divisiones o decidirse por el cambio.

Venezuela puede alcanzar su independencia del castrismo volcándose hacia las urnas electorales como se lanzó la caballería de Simón Bolívar en la Batalla de Carabobo del 24 de junio de 1881, contra las tropas coloniales  para alcanzar su definitiva victoria.  

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