Miguel Insulza y los chavistas
Los republicanos no son precisamente santos de mi devoción, por sus posiciones de extrema derecha siempre a favor de las desregulaciones a las grandes corporaciones y a favorecerles un santuario de beneficios fiscales; pero esta vez me decanto a favor de ellos y me distancio de los demócratas.
¿Es quizá ese pequeño componente que poseo de derecha lo que me impulsa a darles en esta ocasión mi beneplácito? No, de ningún modo, lo que me impulsa a coincidir con los republicanos ahora es el gran desprecio que siento por el izquierdismo bananero de América Latina y por los organismos que les sirven de apoyo.
Aplaudo la decisión del Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de representantes de aprobar la enmienda impulsada por el republicano Connie Mack dirigida a eliminar por completo la contribución obligatoria de Estados Unidos a la Organización de Estados Americanos (OEA) durante el año fiscal 2012, modificando, por votación de 22 a 20 votos el proyecto de presupuesto que incluía un aporte de 44 millones de dólares a favor de la OEA.
La enmienda plantea que “ninguno de los fondos autorizados en esta sección están autorizados para ser gastados en contribuciones" al organismo continental. El argumento esgrimido por el representante Mack es que la “OEA es una organización en América Latina que ha fracasado. La OEA, en vez de defender democracias, está apoyando y mimando a personas como Hugo Chávez”. A lo que agregó: “Relacionémonos con nuestros aliados y amigos, pero no continuemos apoyando a una organización que perpetúa la capacidad de algunos países" que agreden a la democracia.
La OEA ha servido para impulsar las ambiciones de Chávez por medio de su Secretario General Miguel Insulza; la OEA convirtió en mártir político al despreciable Mel Zelaya de Honduras, insultó al pueblo de Cuba al aprobar el ingreso en su seno del gobierno usurpador de los Castros mientras decidía la expulsión de Honduras por derrocar a un aliado del chavismo y enemigo de los Estados Unidos; la OEA ha sido el artífice del vergonzoso Pacto de Cartagena que humilló al pueblo hondureño en sus aspiraciones a favor de la democracia; la OEA ha callado ante las violaciones a la carta democrática cometidas por los gobiernos de Chávez y Rafael Correa; la OEA no ha denunciado el juicio que en Ecuador condenó al periódico EL UNIVERSO por haber publicado un artículo del periodista y exjefe de opinión de ese diario Emilio Palacio que era fuertemente crítico de la conducta asumida por Rafael Correa durante los acontecimientos del 30 de noviembre del pasado año.
La OEA ha quedado atrapada entre las redes de los gobiernos populistas y antidemocráticos que hoy emergen en la América Latina; ya no es el bastión de la democracia continental. De acuerdo plenamente con el representante Connie Mack, el dinero de los contribuyentes de Estados Unidos no debe dilapidarse en organismos que hoy resultan obsoletos.
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