viernes, 12 de agosto de 2011

La Serenata de la Indignidad.

Mario J. Viera.  Englewood, Florida.

En realidad le dan el nombre de Serenata de la Fidelidad, un juego de palabras para vincularla al 85 aniversario del que siempre fue el Usurpador del poder en Cuba. Si quieren hacerlo, pueden hacerlo y lo van a hacer aunque en Cuba la gente haga muecas por tal muestra de adulonería hacia la figura del exgobernante cubano.
La Serenata está convocada por la Fundación Guayasamín, ese pintor expresionista del Ecuador que tanto amaba el socialismo pero que se movía a sus anchas dentro del mundo de la burguesía; retratista igualmente de Fidel y Raúl Castro, de Gabriel García Márquez y de Rigoberta Menchú como también del rey Juan Carlos de España y de Carolina de Mónaco, aquel pintor indígena al que Fidel Castro calificó como “genio de las artes plásticas, un gladiador de la dignidad humana y un profeta del porvenir”. Lástima que admirara sobre toda opinión crítica a un tirano obcecado y narcisista.
Waldo Guayasamín: Retrato de Fidel Castro

Adulación indigna que se presenta como un “homenaje a la vida de un hombre, de un pueblo, de una nación, de una Revolución que ha elevado los valores de la dignidad, la soberanía y la solidaridad internacional”. Cuán falsa propuesta a favor del hombre que pisoteó sin medidas los valores de la dignidad del pueblo cubano, que entregó la soberanía nacional al imperialismo soviético para usar a los cubanos como carne de cañón en las campañas militares en Africa  aupadas por la URSS, que se solidarizó con la agresión soviética a Checoslovaquia cuando la Primavera de Praga.
Al homenaje se sumarán, según informa GRANMA, “cantantes y agrupaciones de nueve países: Argentina, Bulgaria, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú, Uruguay, Venezuela y Cuba”.
La celebración del cumpleaños del reflexionador de irreflexiones se llevará a cabo en el Teatro Karl Marx, el teatro que antes se llamaba Blanquita y era propiedad del constituyente de la Constitución de 1940 Alfredo Hornedo Suárez, con una duración de tres horas y entrada por invitación.
Buen motivo de homenaje al fundador de la era del castrismo en momentos en que la represión en contra de los opositores se eleva significativamente con los actos de repudio y el acoso a los que se oponen al sistema impuesto en Cuba.

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