Adolfo Pablo Borrazá
Maritza Barrios, madre del joven encontrado muerto en tren de aterrizaje de un avión que aterrizó en España
Centro Habana, La Habana, 4 de agosto de 2011, (PD) Luego de varios días de suplicar a los oficiales de Seguridad del Estado que la visitaban en su casa del barrio La Julia de Batabanó, unos 60 kilómetros al sur de La Habana, Maritza Barrios recibió el cadáver de su hijo Adonis Guerrero Barrios y pudo enterrarlo como Dios manda.
Adonis fue hallado muerto el miércoles 13 de julio en Madrid. Su cuerpo se encontró con heridas en el tórax y la cabeza en el tren de aterrizaje de un vuelo de Iberia procedente de La Habana.
Adonis Guerrero Barrios es el polizón número once que intenta escapar de la isla de esta manera. De ellos, solo dos han logrado sobrevivir. Fue a inicios de junio del año 1969 en que dos jóvenes, casi niños, dieron comienzo a este estilo de escape atroz.
La madre de Adonis asegura que el joven fue inducido o manipulado por otras personas. Nació con un leve retardo mental que se acrecentó con el tiempo. Al punto de que con 23 años, a veces actuaba como si fuera un niño de tres.
Maritza Barrios no sabe como Adonis burló la seguridad del lugar y se introdujo en aquel avión. Comenta que nunca mostró interés en querer salir del país.
Días antes del trágico suceso, el joven le dijo que se iba a trabajar con un hermano de su iglesia. Ante la demora de su hijo, Maritza pensó que se encontraba con su padre, quien reside en la capital. Pero la llamada telefónica que realizó, le advirtió que algo andaba mal. Adonis había desaparecido. Nadie sabía de él y Maritza empezó a preocuparse.
Cuando la visitaron agentes de la policía política y un alto funcionario del aeropuerto, quienes le comunicaron el hallazgo de un cadáver en Madrid, España, identificado como Adonis G.B., el dolor en el corazón que en ese momento sintió Maritza, le hicieron presentir que el fallecido era su hijo. Días después le confirmaron su identidad.
¿Por qué los medios oficiales no divulgaban lo sucedido? preguntó la sufrida madre a los agentes que la notificaron del suceso. “No se puede” fue la tajante respuesta que recibió.
Quizás en otro país el hecho hubiese ocupado la primera plana en varios periódicos. Desgraciadamente en Cuba, el paraíso, las cosas no funcionan así.
El hermetismo, el misterio, la desinformación y la manipulación caracterizan al gobierno impuesto hace más de medio siglo.
En conversación con esta desdichada madre, me resultó irónica la demora por parte del estado cubano para traer el cadáver del joven. El gobierno español, según le dijeron los oficiales de Seguridad del Estado, pedía un determinado presupuesto que Cuba no tenía. ¿O no le interesaba dar?
Lo cierto es que el féretro, que estuvo cerrado herméticamente todo el tiempo, llegó en la madrugada del 23 de julio al municipio Batabanó, en Artemisa, donde reside Maritza, en una casucha de apenas tres por cinco metros con su padre enfermo, su otro hijo –menor que Adonis- y su mujer.
No logro explicar con palabras como se siente esta mujer. Ama de casa, logra sobrevivir de alguna manera a la pobreza casi extrema que le acecha.
“Quiero que se sepa lo ocurrido a mi hijo y que el gobierno algún día encuentre al culpable y lo publique en la televisión. No deseo que a otras madres les suceda lo mismo” dice Maritza. Ante el silencio oficial, para dar a conocer lo ocurrido a Adonis, no tuvo otra opción que acudir a la perseguida y muy criticada prensa independiente.
Mientras el corazón de una mujer convulsionaba de dolor por la pérdida de un hijo, los caciques divulgaban a bombo y platillos la conmemoración del 26 de julio, una “gesta” donde muchos jóvenes perdieron la vida hace 58 años. Sólo esos les interesan. Parece que la muerte de Adonis a ellos poco les importa.
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