El verdadero obstáculo
Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba, agosto, http://www.cubanet.org/ ─ Antecedido por una oscura celebración del 26 de julio y de un Pleno del Partido Comunista de Cuba (PCC) caracterizado por la ausencia de información sobre sus debates y decisiones, se efectuó el VII Período Ordinario de Sesiones de la Asamblea Nacional el 1 de agosto.
La piedra central de esa reunión resultó el discurso de conclusión pronunciado por el presidente Raúl Castro. El objetivo principal fue subrayar que el mayor obstáculo para el cumplimiento de los acuerdos del VI Congreso del PCC “es la barrera psicológica formada por la inercia, el inmovilismo, la simulación y la doble moral, la indiferencia e insensibilidad”. El mensaje que se quiere destacar es la necesidad de un cambio de mentalidad que permita realizar las transformaciones aprobadas. Estas, probadamente insuficientes, están lastradas por viejos dogmas contra la propiedad privada y el mercado, y en adición, por la pretensión de mantener la fracasada planificación centralizada y la supuesta empresa socialista como “célula básica” del sistema, todo lo cual impide que las transformaciones puedan funcionar. A ello se suma que los sectores más conservadores del gobierno oponen trabas para que los cambios acordados en el congreso no puedan aplicarse, o que tengan todas las limitaciones posibles.
Los sectores talibanescos cuentan para ello con una larga experiencia en ardides y trampas para tratar de sobrevivir y resguardar sus intereses, unido a muchos años de burocratización de la sociedad, que han creado reflejos condicionados. Ciertamente se han acumulado hábitos que dificultan las transformaciones, máxime cuando el sector conservador mantiene fuertes posiciones en toda la estructura estatal y del PCC desde los niveles altos hasta los escalones más bajos; un verdadero ejército de burócratas y parásitos, que han disfrutado de las ventajas del poder por decenios y saben que un cambio hacia una sociedad más abierta y democrática sería el comienzo del fin de la hegemonía mantenida por tanto tiempo. No obstante, aunque la reticencia al cambio de la mentalidad es real y juega un papel importante, el problema central radica en acometer transformaciones profundas en la sociedad que anulen las posiciones y el poder que ese sector aún mantiene.
Lamentablemente los pasos para aplastar o al menos disminuir la influencia conservadora son todavía escasos y tímidos, casi inexistentes. De hecho toda la densa estructura de ministerios y organismos centrales -reproducida en provincias y municipios-, con su intricado laberinto burocrático e inmensa cantidad de inútiles funcionarios, continúa vigente, con sus gastos colosales y masiva producción de directivas innecesarias y obstruccionistas. Al mismo tiempo se mantiene una dirección económica centralizada que nunca ha funcionado, y continúa sin funcionar. Una camisa de fuerza que ahoga progresivamente al pueblo cubano, cuando los recursos son aún más escasos.
En esta reunión se vieron ejemplos del boicot a los cambios, originados por los intereses burocráticos. Así, cientos de miles de hectáreas de tierras ociosas fueron ocultadas y han aparecido con el balance de la superficie agrícola recién realizado. No menos impactante fue la noticia brindada por el vicepresidente Marino Murillo Jorge de que en un estudio se halló que en las casas de visita de los organismos estatales existen 16 000 habitaciones, muchas con óptimas condiciones, incluido aire acondicionado, para el disfrute de los cuadros/dirigentes; una cantidad que representa prácticamente la tercera parte de la capacidad actual de hospedaje de las instalaciones turísticas. Por supuesto, durante decenios esto ha implicado destinar cantidades enormes de recursos en alimentos, transporte, personal de servicio y otros, para la atención de los “ilustres huéspedes”. No sería ocioso recomendar al vicepresidente cuantificar los autos asignados a la burocracia, muchas veces utilizados para resolver asuntos personales y de sus familias. Seguramente podían dedicarse a tareas más beneficiosas para la sociedad, con el ahorro de cantidades apreciables de combustible, piezas de repuesto y otros recursos.
No obstante, lo ideal sería una restructuración radical de los organismos centrales que evite la duplicación de funciones existente, y cuya simplificación logre eficiencia, fundamentalmente económica, devuelva miles de locales que podrían ser arrendados para negocios particulares o viviendas, y destine su personal con calificación a otras labores, como la educación, donde los funcionarios seguramente se sentirían más realizados intelectual y humanamente, en lugar de hacer papeles inútiles e irrelevantes.
En la pasada reunión de la Asamblea Nacional, el ministro de Economía y Planificación ofreció una breve información sobre el desenvolvimiento de la economía en el primer semestre de 2011. Adel Yzquierdo indicó que el PIB creció en 1,9%, previéndose que en todo el año llegue al 2,9%, por debajo del 3,1% previsto. Este magro incremento de acuerdo con las características de la economía cubana, donde los servicios tienen un papel sobredimensionado, podría indicar que realmente no existió aumento en el primer semestre. En cuanto al pronosticado 2,9%, tendría que existir una fuerte expansión en el resto del año, pues por las características de la economía cubana, las principales actividades, como la azucarera, tabaco, turismo, minería, construcción y otras agrícolas, se desarrollan fundamentalmente durante el primer semestre. La segunda parte del año además coincide con la etapa de vacaciones, mayores probabilidades de huracanes, lluvias torrenciales y otros fenómenos meteorológicos.
Entre las actividades con mayores incumplimientos se encuentran la agricultura, las industrias alimentaria, sideromecánica y ligera, la construcción, la informática y las comunicaciones, sin darse datos concretos sobre los retrocesos que existieron. En la agricultura se anunciaron dificultades en la producción de arroz, frijoles, carne de vacuno, leche y ajo, lo cual motivó la importación adicional de alimentos para compensar los déficits. Esto provocará que las importaciones de alimentos vuelvan a sobrepasar los 1500 millones de dólares, en el marco de una coyuntura con precios de estos rubros al alza. La información brindada sobre la ejecución del primer semestre del año fue muy reducida; la producción de la Zafra 2010-2011 continúa sin publicarse al igual que la precedente. Incluso, los datos del 2010 del sector exterior y sobre las principales cuentas nacionales no han sido ofrecidos por la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE). Ese secretismo en primer lugar le resta credibilidad al país y crea una atmosfera de incertidumbre sobre la verdadera situación.
Las modificaciones y la flexibilización en la entrega de tierras en usufructo y del trabajo por cuenta propia, informadas por el viceprimer ministro Murillo, deberían acelerarse. Los apresuramientos usualmente no conducen por buen camino, pero las demoras excesivas en aplicar los cambios, en el contexto de una coyuntura internacional crecientemente más compleja, podrían tener efectos mucho peores.
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