Gina Montaner. BLOG | Zona Franca. Publicado por EL MUNDO.es AMERICA
En Europa, los 'Indignados' se movilizan enarbolando consignas contra un sistema que consideran fallido. Al otro lado del Atlántico, en Ecuador, otro movimiento ciudadano se da cita todas las semanas para protestar contra los continuos ataques a la libertad de expresión del Gobierno de Rafael Correa. Son Los 'Cabreados' y están convencidos de que el actual gobierno, al que llaman 'régimen', está llevando al país a un callejón sin salida.
Tras ganar las elecciones en 2007, Correa no perdió tiempo en aliarse con el socialismo del siglo XXI de su amigo Chávez. Desde entonces, una de las obsesiones que comparte con el líder boliviano es el afán de aplastar a la prensa crítica.
Para ser más precisos, dedica más tiempo a interponer querellas valiéndose de su influencia con el Poder Judicial que a gobernar con tino. Y cada vez son más los periodistas que acaban en el banquillo, enfrentados a un Yo Supremo que se hace pasar por un ciudadano cualquiera, supuesta víctima de "injurias calumniosas".
Respaldado por una Constitución que contempla los delitos de prensa, su último triunfo ha sido la condena contra tres directivos y el ex jefe de opinión del diario El Universo, por un artículo que Emilio Palacio publicó el 6 de febrero. En su columna sacaba a relucir los violentos hechos del 30 de septiembre de 2010, cuando se produjo un levantamiento policial que acabó en un enfrentamiento callejero entre un iracundo Correa y los manifestantes.
La insólita imagen del presidente bramando "si me quieren matar, mátenme", dejó al descubierto que anteponía su soberbia a un llamamiento a la calma. El jefe de estado acabó retenido en un hospital de Quito del que salió tras una refriega entre el ejército y los policías, en la que hubo disparos y muertos.
En su escrito Palacio deducía que la orden de abrir fuego provenía del Ejecutivo, hipótesis que otros periodistas han secundado y que hasta el día de hoy no se ha esclarecido.
Después de un 'juicio express' que se deliberó en un día, ahora los acusados se enfrentan a una pena de tres años de cárcel y a una multa millonaria. A cambio, Correa no pierde ocasión para arrinconar aún más a unos medios abocados a la autocensura.
Argumentos de Correa
El gobernante, con el discurso casposo de que no se puede confundir "libertad con libertinaje", afirma que "la prensa burguesa es el nuevo opio de nuestro pueblo". O, a la hora de felicitar a Humala por su triunfo electoral en Perú, cree que le hace un favor advirtiéndole que "la prensa corrupta" no lo dejará gobernar.
Correa cree haber ganado la batalla en sus predios, donde sus deseos de caudillo son órdenes. Sin embargo, no contento con su Ley Mordaza, pretende extender sus tentáculos absolutistas y para ello tiene un ejército de guardianes de su honor a la caza y captura de los periodistas que campean libremente en el exterior.
Todavía no se ha repuesto del escozor que le produjo un editorial del Washington Post publicado el 28 de julio, en el que se le tacha de "populista errático" cuyo objetivo es "destruir o silenciar lo que queda de los medios independientes".
Son las malas costumbres de quien, de acuerdo con un informe del National Endowment for Democracy, desde que llegó al poder ya tiene bajo su control cinco canales de televisión, cuatro estaciones de radio, dos periódicos y cuatro revistas.
Rafael Correa debería perder menos tiempo frente al espejo de su engreimiento porque las protestas de los 'Kbrea2' toman fuerza. Son sus 'Indignados' y él es el victimario.
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