Todavía es muy temprano como para aventurarse a una previsión de que el gobierno que acaba de estrena el líder nacionalista de Gana Perú, Ollanta Humala, seguirá los pasos del pelucón bolivariano de Rafael Correa en sus ataques al periodismo libre. Sin embargo ya hay síntomas de que se está empedrando el camino, al menos en algunos de sus más destacados correligionarios.
Ya asoman su desprecio, su odio por la opinión periodística tanto el actual presidente del Parlamento peruano como el canciller humalista.
Daniel Abugattás ya comenzó a desconocer la labor periodística desde su importante asiento parlamentario. Primero negó el acceso al debate en que se cuestionaba a una diputada fujimorista alegando que “hay cosas que están por encima de los intereses particulares de un medio”. ¡Vaya respuesta! Cubrir el debate en que se cuestiona a una diputada electa no es interés particular de un medio, es de interés de todos los electores que merecen ser respetados con la transparencia de las decisiones parlamentarias.
El parlamentario fujimorista, Rolando Reátegui, criticó la actitud del presidente del Congreso: “Está loco ─ aseguró ─. Nosotros rechazamos esas expresiones contra la prensa y también las que ha tenido contra el fujimorismo. ¿Olvida que poco menos de la mitad de peruanos votaron por Fuerza 2011?”, refiriéndose a los términos ofensivos que lanzara el humalista contra los diputados fujimoristas como el empleo de la frase de “galifardos” que en argot regional significa vago, vividor o borracho.
No se oculta para expresar su desprecio hacia el periodismo, así le respondió a la periodista Milagros Leiva cuando esta le expresara: “Me preocupa que el presidente del Congreso deteste a la prensa”: "No solamente el presidente, pregunta lo que piensa el pueblo”. Parece que el diputado de Gana Perú ha aprendido las enseñanzas del delicado Rafael Correa de Ecuador.
Pero no es solo este loco el que ya le está enseñando las uñas a los medios, también lo hace el antiguo velasquista, el tocayo de Correa, Rafael Roncagliolo que ocupa la cartera de relaciones exteriores.
Roncagliolo criticó al periódico Correo por la portada que le dedicara a Correa durante su visita al Perú para la toma de la presidencia de Ollanta Humala. En su portada Correo había escrito: “¡Repudio! Correo rechaza la visita del presidente ecuatoriano, aprendiz de dictador que acosa la libertad de expresión”.
El canciller se molestó; calificó de exabrupto la portada de Correo: “Tratándose de cualquier país, ésta es una actitud que nos debe avergonzar a los peruanos, pero tratándose del presidente de Ecuador, este exabrupto es mucho más condenable, precisamente por la importancia que tienen para el Perú las relaciones con el Ecuador y porque se ha tejido ya una relación de cooperación y de amistad después de tanto tiempo de conflictos” le declaró a Canal N.
Lobos de la misma camada. Habría que preguntar si el canciller reaccionaría de igual modo si, durante una visita del Presidente Obama al Perú, la prensa de la izquierda bananera lanzara contra el visitante los furiosos ataques que acostumbran contra cualquier alto funcionario de Estados Unidos.
El canciller, aunque dice que respeta la libertad de expresión, no acepta que se siembre cizaña en Perú. Parece que criticar a un dictador extranjero de visita en el país es sembrar cizaña en opinión del gobierno de Humala, pues según Roncagliolo él tiene que señalar la posición del gobierno, “tenía que expresarla como responsable de las relaciones exteriores del país”:
“Sin mengua alguna para la más irrestricta libertad de expresión, condenamos todo intento de sembrar cizaña en nuestro país. Me parece que es muy importante decirlo y subrayarlo. Lo digo porque es importante señalar cuál es la posición del gobierno”.
Valdría la pena recordar, como lo hizo el director de Correo Aldo Mariátegui que Roncagliolo fue editor de opinión de un diario confiscado durante la dictadura de Velasco Alvarado y puesto al servicio del gobierno velasquista.
"No puede venir a jalar la oreja a la prensa. Tiene cola de paja, que mejor se calle y que no diga tonterías”, agregó Mariátegui.
Correa antes de abandonar el país dio una conferencia de prensa mostrándose tan prepotente como siempre y como creyéndose en tierra propia mostró la portada de Correo para luego arrojarle con gesto de desprecio sobre la mesa.
Malas señales son estas, ya desde el inicio del gobierno nacionalista, surge el primer roce con la prensa. Se comienza con una condena moderada, con algún gesto despectivo, luego se iniciará el ataque, el asalto a la opinión privada, se cerrarán medios y se abrirán demandas judiciales contra periodistas “bocones”.
La suerte para Perú es que Mario Vargas Llosa debe estar vigilando el proceder de Ollanta Humala y sus seguidores.
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