Mario J. Viera. Englewood, Florida.
Se acercan peligrosamente a Trípoli los rebeldes libios. Muamar el Gadafi, está casi aislado dentro de la capital de Libia. Clama a la población a armarse para deshacerse del próximo cerco y “liberar Libia metro a metro de los traidores y de la OTAN”.
A unos 50 kilómetros de Trípoli los insurgentes se baten para controlar la ciudad de Zauiya, sin embargo, el portavoz del régimen gadafista, Ibrahim Musa se empeña en declarar que un “grupo muy pequeño de rebeldes ha intentado penetrar en el sur de Zauiya, pero fueron detenidos por nuestras fuerzas” según reportara REUTERS.
Ya controlan parte del puerto de Brega, clave para sus comunicaciones y el suministro de combustible, aunque los leales a Gadafi todavía controlan su terminal de crudo, su refinería y el puerto por lo que los insurrectos temen que destruyan la terminal petrolera. Así lo expuso Ahmed Bani, vocero de las fuerzas rebeldes: “Podríamos estar ganando 35 millones de dólares al día desde el puerto de Brega en exportaciones de petróleo. Debido a eso, Gadafi lo destruirá. Tierra quemada. Conocemos su mentalidad”.
Y el tirano fanfarronea: “Me están escuchando incluso bajo los bombardeos. Habrá un fin de estos bombardeos, un fin de la oposición, un fin de la derrotada OTAN”, aunque sabe que el fin está próximo.
El fin está próximo. Eso lo sabe muy bien Gadafi. Eso lo prevé Estados Unidos: “Cada vez está más claro que los días de Gadafi están contados, que su aislamiento es mayor cada día que pasa”, así lo dijo Jay Carney, portavoz del gobierno de Obama.
Mientras REUTERS informa que el ministro del interior del gobierno de Gadafi, Nassr al Mabruk Abdulá llegó al Cairo acompañado por nueve miembros de su familia y en medio de fuertes rumores de que haya desertado. No obstante, Musa, negó esas informaciones. “El líder está aquí en Libia ─ aseguró ─, combatiendo por la libertad de nuestra nación. No abandonará Libia”.
Allende el Atlántico probablemente observan con preocupación los acontecimientos en Libia dos amigos del dictador, Fidel Castro y Hugo Chávez. Castro que considerándose él mismo una “persona honesta’ que estaría siempre en “contra cualquier injusticia que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se prepara a cometer contra el pueblo libio” cuando Gadafi masacraba a los libios; que no imaginaba “al dirigente libio abandonando el país, eludiendo las responsabilidades que se le imputan, sean o no falsas en parte o en su totalidad”, alentó a Gadafi a resistir ante la OTAN: “Si resiste y no acata sus exigencias, pasará a la historia como uno de los grandes personajes de los países árabes”.
Hugo Chávez que comparó a Gadafi con la figura del Libertador Simón Bolívar calificó a los rebeldes libios como terroristas.
En el último momento, cuando ya sea cuestión de horas para el derrocamiento de Muamar Gadafi, cuando lance sus SOS, ¿enviará Castro sus “invictas” fuerzas armadas, sus fuerzas “liberadoras” de Africa, en auxilio del líder “que no puede imaginar abandonando el país? O ¿Tal vez Chávez envíe al bien equipado ejército bolivariano a reeditar un nuevo Ayacucho en tierras libias?
Seguro que no; ellos conocen que la candela quema.
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