lunes, 1 de agosto de 2011

Persecución, pasividad y silencio de algunas iglesias cristianas en Cuba

martinoticias.com 

Los cristiñángaras el reverendo Pablo Oden Marichal (i); el reverendo y director del centro Martin Luther King, Raúl Suárez (c), y el reverendo y rector del seminario evangélico de teología de Matanzas, Reinerio Arce.
La jerarquía cristiana de varias iglesias cubanas alienta una nueva política de silencio y pasividad social y castiga a los pastores que pretenden sacar al rebaño de la conformidad y la aceptación del régimen.

Muchas de las denominaciones cristianas han estado representadas en los últimos 20 años en la Asamblea Nacional del Poder Popular. El Reverendo Oden Marichal (Iglesia Episcopal) y el pastor bautista Raúl Suárez Ramos (Iglesia Bautista) se sientan en la actual asamblea, como lo hiciera por tres periodos Sergio Arce. Ninguno ha promovido el reconocimiento de los pastores independientes y mucho menos la aprobación del proyecto de ley sobre cultos y asociaciones que desde hace décadas está en el Parlamento.

Los pastores que se han negado a predicar la obediencia política son relegados, perseguidos y en muchos casos expulsados de sus iglesias por orden de sus superiores. Tal es el caso de Yordi Alberto Toranzo a quien le retiraron sus credenciales para trabajar en su templo de Santa Clara, donde además fungía como superintendente de la Iglesia Metodista; el pastor Lorenzo Rosales, de Iglesia Biblia Abierta en Palma Soriano; y los pastores Omar Gude Pérez y Carlos Lamelas- actualmente en condición de asilo político en Estados Unidos.

La máxima autoridad de la Iglesia Metodista en Cuba, el obispo Ricardo Pereira Díaz,  viajó personalmente al centro de la Isla para notificar a Yordi Toranzo del traslado de la ciudad de Santa Clara para Santa Cruz del Norte. En su lugar nombró al pastor Mario Alcolea Torres quien estuvo junto al administrador de las iglesias metodistas, Oscar Carpio Licea y casi una docena de ayudantes, en el traslado de Toranzo que terminó siendo una expulsión.

El pastor, de 41 años de edad, licenciado en Teología y natural de Guantánamo, tuvo la osadía de recibir a diplomáticos de la Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba en su propia casa; de visitar al Premio Sajarov 2010 Guillermo Fariñas cuando éste se declaró en huelga de hambre exigiendo la libertad de los presos de la Primavera Negra del 2003; de denunciar que Juan Wilfredo Soto García fue asesinado por la policía cubana y de asistir al sepelio del opositor en medio de un fuerte despliegue policial.

Toranzo está convencido de que fue expulsado por sus discrepancias con el gobierno, no con la Iglesia.

El presidente de la junta del seminario distrital y profesor de historia del metodismo, Antonio Raúl Machado García, salió en defensa de Toranzo y también fue apartado de la poderosa Iglesia Metodista, que ha recibido unas 37 800 libras esterlinas (61 512 dólares) entre 2005 y 2009 por donaciones de la Iglesia Metodista del Reino Unido, dirigida por el Reverendo Leo Osborn.

También por razones políticas fue expulsado el pastor Lorenzo Rosales de la Iglesia Biblia Abierta, a quien el superintendente nacional de esa denominación, David Moreno lo mandó a predicar a otra parte debido a los problemas con las autoridades de Palma Soriano y lo amenazó con impedir su labor pastoral. 

Otro caso de separación de la iglesia cristiana es la del Apóstol Carlos Montoya (Iglesia Cristiana Interdenominacional/ Manantial de Vida, Llamada Final) quien fue notificado por el presidente de esta, Abel Rodríguez Rodríguez de su separación.

La causa, afirma el propio Montoya, fue su participación en la serie "Sobre mis pasos, en la carretera", conducida por Tony Cortés para el Canal 22 de Miami, donde declaró que en Cuba hay una iglesia independiente, no conciliada al Estado que no se ajusta a la política del país, sino una iglesia libre.

Los pastores cubanos ─ Omar Gude Pérez y Carlos Lamelas─ han recibido asilo político en Estados Unidos en los últimos tiempos tras haber sido perseguidos en Cuba por las autoridades. Gude Pérez fue enviado a prisión en mayo del 2008 y Lamelas en el 2006.

NOTA DEL FANTASMA
Los cristiñángaras son una nueva especie dentro de la fauna política procastrista. Se encubren debajo de una cruz y de versículos de la Biblia, exhortan más que el amor de Cristo, el amor a los mesías del comunismo criollo.
Apenas cuentan con rebaño y son pastores sin ovejas. Sus conceptos son un burdo remedo del remedo cristiano del marxismo conocido como teología de la liberación.
Gozan de privilegios que los pastores más humildes no pueden recibir en sueños. Pasean en carros nuevos, reciben dólares de los incautos del extranjero. Loan la labor diversionista de la mentira de la ayuda “humanitaria” de esa jauría comunista de los Pastores por la Paz, tal vez Pastores por la paz de los sepulcros y del silencio de las prisiones.
Los cristiñángaras ocupan un asiento en el Parlamento genuflexo y, acríticos con el castrismo, se complacen en dar su acatamiento a leyes represivas como la Ley 88 dirigida en contra de los opositores y de los periodistas independientes.
Acosan a las denominaciones evangélicas que no se inclinan ante el becerro dorado del  poder del Estado.
Plagas de hipócritas dispuestos a hacer válido el dogma marxista que define las religiones como el opio de los pueblos. Saben cuál es su papel en la sociedad castrista: adormecer la conciencia de rebeldía del pueblo.

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