Apabullan disensión en Cuba
Mientras que los salvajes ataques del gobierno sirio contra los manifestantes antigubernamentales han llamado justamente la atención del mundo, no es el único que, en otra parte del mundo, gobernantes dictatoriales han ensangrentado a sus críticos.
En Cuba en las últimas semanas, matones pro-gubernamentales han estado atacando a miembros de las Damas de Blanco, un grupo de protesta no violenta formado por mujeres cuyos maridos, hermanos y padres son disidentes encarcelados por el régimen de Castro. En uno de los ataques, el Miami Herald informó la semana pasada, que las mujeres fueron agredidas con "barras de acero, piedras, y puños" a la salida de una misa celebrada en la catedral de Santiago, la segunda ciudad en tamaño de la isla. Al menos ocho de las mujeres terminaron en el hospital, donde requirieron puntos de sutura y otros tipos de tratamiento para sus heridas. Según Elizardo Sánchez, uno de los principales activistas de derechos humanos y los ataques dejaron a los disidentes profundamente alarmados, sabiendo que nadie “se atrevería a ordenar tales palizas y tanta violencia sin la aprobación del gobierno central".
A diferencia de Siria, en Cuba no se han visto demostraciones masivas callejeras, ni se han producido demandas públicas de derrocar al gobierno. Las Damas de Blanco que recibieron en 2005 el Premio Sajárov por la Libertad de Pensamiento que concede el Parlamento Europeo, son pocas y vulnerables. El gobernante cubano Raúl Castro nada tiene que temer de ellas salvo de su integridad y autoridad moral, algo que, sin embargo, tienen en abundancia, mientras que el régimen implacable que Castro y su hermano Fidel han presidido por más de medio siglo, hace tiempo han perdido el reclamo al respecto o admiración del mundo libre.
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