lunes, 29 de agosto de 2011

Un puesto bien ganado

En 1981, un año después que 10 mil cubanos entraran en la embajada de Perú para solicitar asilo político, la Nunciatura Apostólica en La Habana fue violentada por tres testigos de Jehová, los hermanos Ventura, Cipriano y Eugenio Marín Thompson.
Odelín Alfonso Torna

LA HABANA, Cuba, agosto (www.cubanet.org) – Estar incluido en la lista del Departamento de Estado norteamericano como país patrocinador del terrorismo, no es cosa de sorteos, mucho menos de estimaciones o suposiciones. El puesto que tiene el gobierno cubano en esa lista se lo ha ganado con creces. Bastarían las historias sobre víctimas que han intentado escapar del régimen para corroborarlo.

Un estudio realizado por especialistas cubanos hace unos años, estimaba que alrededor del 15% de los que intentan llegar por mar a Estados Unidos muere en el trayecto. Sin embargo, ningún dato oficial da testimonio de las personas asesinadas o ejecutadas extrajudicialmente por tratar de huir del país, una larga tradición de los comunistas que nos gobiernan.

Es risible el segundo párrafo de la declaración del Ministerio de Relaciones Exteriores, emitida el pasado 20 de agosto: “El gobierno de los Estados Unidos, que ha practicado históricamente el terrorismo de Estado, las ejecuciones extrajudiciales, los secuestros de personas, no tiene la más mínima moral ni derecho alguno de juzgar a Cuba”.

La irrupción de ciudadanos cubanos en sedes diplomáticas, ha desencadenado la ira asesina del régimen, que ha reaccionado con ejecuciones. En 1981, un año después que 10 mil cubanos entraran en la embajada de Perú para solicitar asilo político, la Nunciatura Apostólica en La Habana fue violentada por tres testigos de Jehová, los hermanos Ventura, Cipriano y Eugenio Marín Thompson. Como escarmiento, fueron fusilados de manera expedita.

El gobierno cubano que tan airadamente protesta por su inclusión en la lista de países patrocinadores del terrorismo, no se ha molestado en sacar del fondo del mar los 41 cadáveres -entre ellos 9 niños- del remolcador 13 de marzo, hundido en la madrugada del 13 de julio de 1994. En esa ocasión, una vez más, hombres, mujeres, niños y ancianos fueron víctimas de un acto genocida del gobierno, solamente por intentar escapar de Cuba.

En 2003, a raíz de varios hechos de piratería aérea y secuestros de embarcaciones, Fidel Castro ordenó, como escarmiento, los fusilamientos expeditos, precedidos por un juicio sumarísimo sin ningunas garantías procesales, de tres jóvenes que el 11 de abril de ese año habían intentado secuestrar, incruentamente, una lancha de pasajeros para escapar hacia Estados Unidos. Entre el intento de secuestro y las ejecuciones transcurrieron solamente nueve días.

El 5 de abril de 2006, tres años después del repudio internacional al gobierno cubano por la ejecución de los tres jóvenes, y el encarcelamiento de 75 opositores pacíficos; en las costas de Pinar del Río una patrulla abrió fuego contra una embarcación con 39 personas a bordo que intentaban huir, entre ellas 14 mujeres y 7 niños. Como resultado, un joven de 18 años murió y otras dos personas fueron gravemente heridas.

Muchos otros incidentes colocan al gobierno de los hermanos Castro en el podio del terror. La memoria de los comunistas “defensores de la justicia social”, parece bloquearse cuando el Departamento de Estado emite su informe anual.

El gobierno debe evitar a toda costa un éxodo masivo, que sería considerado por Estados Unidos como una agresión. Raúl Castro, en su primer discurso como Presidente, en abril de 2008, dejaba claramente expuesta su disposición a usar el  asesinato como escarmiento: “Resultaría ingenuo e irresponsable renunciar al efecto disuasivo que provoca la pena capital en los verdaderos terroristas, mercenarios al servicio del imperio”.

Si los asesinatos de personas que tratan de escapar fueran poco; podría añadir que los gobernantes cubanos no han renunciado a exportar su modelo ideológico, económico y social, aunque para ello deban apoyar grupos terroristas como las FARC. Además el gobierno cubano continúa brindando su apoyo y solidaridad a cuanto dictador existe en el planeta.

Por todo lo anterior, tiene nuestra dictadura muy bien ganado su puesto en la lista de países patrocinadores del terrorismo internacional.

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