Los sicarios de la seguridad del estado ya demuestran sin ningún pudor su carencia de dignidad viril. Ya no se conforman con organizar a la morralla social para acosar a los opositores, cercar a las Damas de Blanco, apalear a hombres desarmados; ahora vuelcan su carencia de hombría también sobre las mujeres.
Iris Tamara Pérez Aguilera fue golpeada por el sicariato del régimen el 25 de mayo y cuando se produce la protesta en la sede de la Coalición Central Opositora (CCO), en Santa Clara, rodean la vivienda acompañados por las Brigadas de Respuesta Rápida, esos representantes de la escoria castrista, que algún día tendrán que dar cuenta ante la justicia.
La peste del castrato intentó acallar la protesta de dieciséis opositores que reclamaban que fueran llevados ante los tribunales los oficiales de la policía política que golpearon a la opositora y también al oficial de la Seguridad del Estado Pablo Echemendía Pineda quien un mes después de la agresión, el 25 de junio estuviera al frente de los que propinaron una golpiza a la también opositora Damara Moya Portieles, la que a consecuencia de los golpes sufridos estuvo hospitalizada durante cuatro días.
Idania Yanes Contreras, presidenta de la CCO, declaró a Radio Martí que los miembros de la organización redactaron una carta-protesta, que será entregada a la Fiscalía Provincial de Villa Clara, en la que se acusa a los agentes castristas de estas agresiones.
Muerte de un "porrista" a manos de las turbas en 1933
Sería muy recomendable que los represores revisen la historia republicana de Cuba; que piensen con cuidado en lo que ocurrió con los “porristas” de la era del dictador Machado. Que revisen la historia y saquen experiencia de la suerte horrible que sufrieron aquellos que amparados en el poder cometían las peores atrocidades contra la población. Los pueblos soportan los abusos hasta un día; hasta el día de la ira.
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