Mario J. Viera. Englewood, Florida
Si la única fuente de información que uno tuviera fuera el GRANMA, tendría que hacerse la pregunta ¿Sucedió algo en Bolivia? Sí, porque el oficialísimo diario Granma trató el tema de la marcha de los indígenas bolivianos de modo muy superficial.
El 26 de septiembre Granma dedicó solo 412 palabras, titular incluido, para soslayar el asalto policiaco al campamento de los marchistas que reclamaban la suspensión de la carretera que Evo Morales se empeñaba construir en el Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Sécure (TIPNIS) sin los procedimientos que exige el Convenio 169 de la OIT suscrito y ratificado por Bolivia.
Ese día, Granma solo se refirió a los pretextos esgrimidos por el ministro Sacha Llorenti, señalando que “tras una orden fiscal se decidió detener y conducir en buses a los participantes en la caminata, que partió el 15 de agosto de la ciudad de Trinidad con rumbo a La Paz”. Nada violento. Se trataba según lo que se puede colegir de la ¿información? del Granma de prevenir “más enfrentamientos violentos”; parece que los indígenas son violentos, si hasta secuestraron al canciller David Choquehuanca para usarle “como escudo humano para romper el primer cerco policial”.
Sin embargo no se dejó de anotar que para “el gobierno boliviano, tras la marcha se esconden intereses políticos de sus principales organizadores, respaldados por Organizaciones no Gubernamentales y la embajada de Estados Unidos”. ¡Nada, lo de siempre! Los gringos metiéndose en todo.
Al siguiente día el Granma le dedicó 438 palabras al tema. Y con esa brevedad tocó solo 4 temas; el primero referido a lo anunciado por el gobierno de Evo Morales que había convocado “a la Organización de Naciones Unidas a integrar una comisión internacional que investigará los excesos policiales” contra los marchistas del TIPNIS; el segundo tema se refirió a la decisión de Evo Morales de suspender la construcción de la vía hasta la realización de consultas a la par que recogía el pretexto que diera para justificar “la presencia en esa zona amazónica de los uniformados (...) dirigida a evitar nuevos enfrentamientos entre los marchistas y las comunidades interculturales”, con lo que pretendía dar la idea de rechazo a la marcha por el resto de las comunidades indígenas, soslayando que los que tendían a la violencia eran los cocaleros partidarios de Evo Morales.
El tercer tema de la noticia se refería a las demandas planteadas por los indígenas de TIPNIS diciendo que “dirigentes de la Cidob (Confederación de Pueblos del Oriente Boliviano), como Adolfo Chávez, dieron a conocer unas 16 demandas, entre ellas la paralización de los trabajos de exportación del gas que pasa por la región de Aguaragüe, considerada por el gobierno como inadmisible”. ¡Nada, parece ser que los indígenas se oponen al progreso de Bolivia! En realidad, los marchistas se oponen al daño ecológico a su medio, a la colonización de sus tierras por los cocaleros y a la deforestación de su entorno.
El cuarto tema se concretó, sin más detalles en esta información: “De otra parte, la Central Obrera Boliviana decretó un paro nacional para mañana miércoles en apoyo a los marchistas...”
Claro está no podía dejar sin mencionar nuevamente el supuesto secreto del canciller por los marchistas y cerrar con la “denuncia” oficialista “que la oposición a la carretera era un pretexto en el que se esconden intereses foráneos, lo cual se confirmó al comprobarse las llamadas telefónicas entre representantes de la embajada de Estados Unidos en La Paz y líderes de la movilización”
El 28 de septiembre, Granma lo dedicó a presentar a Evo como un gran demócrata y a los marchistas como los intolerantes; así dio la información el diario del Partido Comunista de Cuba: “Después de 96 kilómetros recorridos los marchistas presentaron un conjunto de demandas que apuntan a boicotear el funcionamiento del Estado boliviano, entre ellas paralizar todas las actividades hidrocarburíferas, que el Gobierno considera innegociable y que van más allá del argumento inicial de los perjuicios de la carretera a la naturaleza, señalaron fuentes gubernamentales”.
¡El TIPNIS pretende boicotear el funcionamiento del Estado! El Convenio 169 de la OIT exige que se consulte a los indígenas antes de proceder a impulsar proyectos que puedan afectar sus condiciones de habitat o cultura, algo que de continuo el gobierno de Evo Morales había violado.
Así, el Granma da cabida a la denuncia del Ejecutivo boliviano “que un grupo de organizaciones no gubernamentales que operan en la Amazonia boliviana y la Agencia para el Desarrollo de Estados Unidos, (USAID, por sus siglas en inglés) financiaron la protesta, para torpedear las primeras elecciones judiciales en Bolivia, pautadas para el 16 de octubre”. A continuación cita las palabras atribuidas de Evo Morales: “Quiero decirles a los hermanos originarios que no seamos instrumentos de la derecha, no seamos instrumentos de los que quieren destruir este proceso”.
El libelo comunista en la edición de ese día no reportó nada sobre el paro que había sido convocado por la Central Obrera de Bolivia; eso pasó por alto.
Nada más. Algunas referencias a un intento de Morales de tener un diálogo con un sector de los indígenas y recoger el infundio del Vicepresidente Álvaro García Linera sobre “un complot mediático hacia la gestión del mandatario Evo Morales” y desmentir que desde el Ejecutivo se hubiera dado la orden de reprimir a los manifestantes... ¡Allá el que crea lo que asegura el Vice de Evo!
Vicepresidente Álvaro García Linera |
Nada, que para el Granma en los países que bailan al compás del joropo chavista todo es paz, tranquilidad, felicidad y si se presenta algún pequeño trastorno, nada grave, se debe a las maquinaciones de la derecha y del imperialismo yanqui.
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