Mario J. Viera. Englewood, Florida.
Si se tomara una encuesta libre entre, digamos 20 mil cubanos como muestra poblacional estadística, se descubriría que para la gente de ahora, el Sr. General Julio Casas Regueiro es prácticamente un desconocido. Algunos le confundirían con otro cualquiera de los generalotes surgidos de las montañas orientales que se han adueñado de la isla. Unos pocos estarían enterados de que ocupaba el cargo de Ministros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias.
Luego entonces, es muy probable que los cubanos sintieran por el difunto general ningún tipo de sentimiento, no le odiarían porque no saben quién rayos es y por la misma razón tampoco sería posible que le quisieran.
Pero el GRANMA ya anuncia que desde “las 8 de la mañana y hasta las 8 de la noche del día de hoy, nuestro pueblo podrá rendir homenaje de reconocimiento y cariño”.
Paséese por las calles de La Habana; se sorprenderá Ud. que, a despecho de lo que afirma el GRANMA, se dará cuenta que la gente se preocupa más de resolver el día que pensar en rendirle homenaje póstumo a uno de los cómplices de los Castro en el mantenimiento de su régimen.
Por supuesto, si Ud. se da un paseíto, solo por curiosidad, por las calles de San Pedro y Boyeros, aledañas al edificio del MINFAR, verá una larga fila de ciudadanos que esperan pasar al interior de la sala donde se exponen las cenizas de Julio Casas Regueiro, ese que solo fumaba cigarrillos americanos, no los que se producen en el país y que fue amante a los traguitos de vodka.
Constatará Ud. una contradicción entre lo que pudo observar en las ruinosas calle habaneras y ese espectáculo de personas que supuestamente quieren rendir homenaje de “reconocimiento y cariño” por el casi desconocido general para el común de los cubanos.
Note bien que uso la palabra “supuestamente”; porque supuestamente los cubanos aman al sistema comunista; supuestamente existe la unidad del pueblo y el obsoleto partido comunista; supuestamente porque eso es lo que impone el sistema’ porque supuestamente la gente tiene que hacer lo que, no supuestamente, exige el gobierno que deben hacer.
Sí, claro que sí, habrá largas filas; todo el día estarán desfilando muchos para rendirle homenaje al difunto. ¿Sabe qué? No se deje engañar. Allí se llevarán a los militantes del partido de todos los barrios habaneros; allí los sindicatos “movilizarán” a los trabajadores para que aborden los ómnibus que estarán disponibles para su traslado del centro laboral hasta la sala mortuoria. Todo será un montaje propagandístico.
Se anuncia ya un Reality Show de la gente rindiendo su “homenaje” que será transmitido por el canal Cubavisión y Radio Rebelde.
Este velorio será una nueva manifestación de la vida en la mentira, donde el pueblo es, como dijera Havel, víctima y sostén al mismo tiempo, de la dictadura comunista.
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