Mario J. Viera. Englewood, Florida.
Luego de la decisión del gobierno de Raúl Castro de retirarle al reportero de El País en Cuba, Mauricio Vicent su credencial de prensa muchas han sido las opiniones que al respecto se han formulado. Reporteros sin Fronteras (RSF) y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España condenaron la medida impuesta por el Centro Internacional de Prensa (CPI), dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba.
En un comunicado fechado el 4 de septiembre, RSF señala: “Las autoridades cubanas se equivocan totalmente si esperan esconder, de esta forma, la dura realidad social y política del país en este momento. Al contrario, es con debate y acceso a la información como se decidirá el futuro de Cuba. Reprimir y censurar no les favorece ni a los dirigentes ni a su país”. Antes había interrogado: “¿Por qué se sanciona ahora al corresponsal de El País en la Habana después de 20 años de trabajo?, ¿Se trata de dar ejemplo o de enviar una advertencia a la prensa internacional cuando nuevamente se endurece la represión contra la disidencia y las voces críticas de la sociedad civil?”.
La página digital Vigo al Minuto del 6 de septiembre de 2011 en una nota titulada “Cuba retira la credencial al periodista Mauricio Vicent, que lleva 20 años informando desde la isla” consideró que la forma de Vicent “de tratar cuestiones como la de los opositores cubanos, las Damas de Blanco o dar voz a la bloguera Yoanis Sánchez no ha gustado nada al gobierno cubano” para decidirse a retirarle la credencial de prensa.
El escritor Alejandro Luque en su Blog Raíces y Puntas, expresó: “Algún funcionario del castrismo más cejijunto no ha entendido que el prestigio de un periodista no se expende con sello de ningún gobierno, sino que se conquista con el trabajo paciente del día a día; y como tal, tampoco se arrebata con una simple nota oficial (...) La prohibición de ejercer su oficio se antoja un grotesco colofón a estos 20 años de carrera, y una prueba definitiva de la deriva en que se hallan algunas autoridades cubanas, ayunas de la más elemental cultura democrática. De lo contrario, sabrían que la fuerza del poder no reside en la facultad de poner mordazas, sino en tolerar precisamente críticas y discrepancias”.
El periodista mexicano Mario Alegre Barrios, en El nuevo día.com enjuicia la decisión del CPI desde su propia experiencia como corresponsal extranjero en La Habana: “Puedo imaginar -con bastante certeza, creo- el episodio en el Centro Internacional de Prensa, en La Habana, y casi puedo escuchar las palabras de Raúl González Hernández -uno de los funcionarios en cuestión, si es que sigue ahí, donde lo vi por última vez hace tres meses- quien hasta entonces era el responsable de apretar la mordaza de la prensa extranjera en Cuba (...) No me extraña lo que le hicieron a Vicent, pero sí me causa cierto malestar -algo parecido a la indignación- revivir mi propia experiencia, las intimidaciones del mencionado funcionario, sus advertencias en términos bastante soeces de no conversar con ningún miembro de la oposición y de la disidencia y, finalmente, su advertencia de que estaría muy pendiente de lo que yo habría de escribir y que de eso dependería si me permitiría regresar a Cuba o no”.
Pero no han faltado las críticas al reportero de El País. La blogosfera oficialista inició el bombardeo.
Cuba solidaridad abre fuego con un artículo titulado “Anécdotas habaneras de Mauricio Vicent , una mordaz crítica a un reportaje emitido por el corresponsal español bajo el título de “Cuba se acerca a la quiebra” que fuera publicado en la edición del 22 de junio de 2011 de El País: “En vez de ser un análisis pormenorizado de cómo afecta la crisis internacional a la pequeña, subdesarrollada y bloqueada economía cubana, como cabía esperar tras un titular tan contundente, nos encontramos con un sin fin de anécdotas negativas y supuestos comentarios de algunas personas no identificadas como los de "un empresario extranjero que comercia con Cuba desde hace años" o el de un empleado de un tanatorio”.
El blog oficialista incluye una foto de Vicent disfrutando de un helado en el Coppelia y vistiendo una camiseta con la efigie de Ernesto Guevara.
Iroel Sánchez desde “su” blog comprometido con el castrismo “La Pupila insomne”, arroja nuevas andanadas sosteniendo al mismo tiempo la versión gubernamental sobre la muerte del opositor Wilfredo Soto García: “…no ha existido mentira, calumnia o campaña mediática contra Cuba a la que Mauricio Vicent no haya aportado su firma. Precisamente, uno sus momentos estelares este año fue el lanzamiento, sin contrastar fuentes, de la noticia “Muere disidente cubano tras golpiza policial”, que deviniera en mentira desenmascarada por médicos, testigos y familiares de la supuesta víctima, con los que aún cuatro meses después de su “veraz” artículo, Vicent no se ha tomado el trabajo de cruzar una palabra”. Y concluye diciendo: “Así, gracias a una nota sin firma, el artículo de Juan Cruz, el combativo editorial de PRISA y la protesta de esa filial de la CIA que es Reporteros sin fronteras, Mauricio Vicent ha ascendido al martirologio del periodismo como lo entienden las transnacionales de la información. Por el medio, han estallado las escandalosas revelaciones de Wikileaks sobre Yoani Sánchez, el Frankenstein que Vicent contribuyó a armar y que a la larga hace ya un tiempo había venido desplazándolo de sus cada vez más escasas coberturas...”
Carlos Tena, que a sí mismo se identifica “como periodista jubilado, antifascista, comunista y demócrata” y el régimen castrista lo presenta como periodista y crítico musical español, radicado en Cuba, lanza un fuerte bombardeo en contra de Vicent: “Por fin, el gobierno cubano ha retirado la credencial de prensa al corresponsal de “El País” en Cuba, Mauricio Vicent, mientras los voceros de la manipulación y la mentira, con Reporteros sin Fronteras (RSF) y la Federación de Asociaciones de Periodistas de España (FAPE) al frente, expresaron ayer su apoyo a este líder de la subjetividad, el rumor y el apoyo a figuras relacionadas con el terrorismo contra la isla más pacífica del globo”
Luego de asegurar que conocía a “este personaje desde hace 30 años”, Tena suelta sus bilis sobre el reportero: “El Centro Internacional de Prensa, dependiente del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, sostiene que Vicent lleva transmitiendo “una imagen parcial y negativa de la realidad cubana“, a lo que yo añado: Mauricio Vicent, en los 6 años que yo permanecí trabajando en La Habana, no hizo otras labores que manipular, mentir y ocultar cualquier aspecto positivo de la realidad cubana, aunque se tratara de logros referidos a los campos deportivos, de la medicina o la cultura”, para a continuación agregar: “Jamás salió de su ordenador otra crónica que la que denigraba, manipulaba y mentía, ocupándose en los últimos años de promocionar a Yoani Sánchez o a las Damas del Cheque en Blanco”.
Y lapidariamente concluye el deslenguado Tena: “No me solidarizo con su persona. Es más. Aplaudo la medida del gobierno cubano en toda su dimensión”.
El blog de Norelys Morales, más sutil rechaza el hiperbólico titular de un reportaje de Vicent “Cuba inicia una nueva ola de excarcelaciones de presos políticos”. Aclarando la castrista que el artículo de Vicent se refería al excarcelamiento de tres presos políticos agregó: “No da para una ola, pero el lector dirá si entiende o no que Vicent quiere aumentar el número de prisioneros en Cuba. Así como evaluará, si es equívoco, poco concreto y cercano al sensacionalismo”. Y continúa diciendo para presentar al corresponsal con alguien que tiene que cumplir con el encargo de destacar a los disidentes: “En su informe redacta sin poder decir ni más ni menos que lo arriba mencionado. Pero el titular es suficiente para cumplir el cometido que tiene El País. Vicent hace lo suyo y hasta ahora no le ha ido mal, reseñando disidentes y promocionando figuras para justificar “su” periodismo. Calificación aparte”.
La foto está referida a un acto de acoso que las turbas castristas llevaron a cabo contra las Damas de Blanco el pasado 27 febrero y donde le gritaron a Lowell Dale Lawton “Hurón, recoge a tus ratas”. Subtítulo al pie de foto de Norelys Morales.
Sarcásticamente comenta: “La hiperbolización de Vicent, vendría a significar algo chistoso, para que se comprenda que se quedan sin trabajo buena parte de sus fuentes y entrevistados despues de las liberaciones unilaterales de Cuba. El gobierno cubano, como fuente, pocas veces le es a él creíble, según lo que se le lee”.
Y concluye: “No dejemos de ver con buenos ojos a Mauricio Vicent que trabajando para un periódico tan miserable como El País de España y con los amigos con que se pasea, no le ha ido nada mal. Al fin entre, a su pesar, los traguitos de Cuba Libre, y la proverbial simpatía isleña siempre hallará un titular para que otros se diviertan”.
Ya desde diciembre de 2010 Norelys Morales lanzaba ataques a Vicent por un artículo suyo titulado “El “blog” que mueve a la isla” que trataba sobre el blog Generación Y: “¿Dónde está le pericia reporteril de Mauricio Vicent que jamás ha preguntado a Yoani Sánchez por sus proveedores para su mega portal y sigue hablando de una bitácora -que no lo es- y en este trabajo solo se limita a repetir machaconamente lo que ha dicho ya sobre ella?”, se preguntaba la bloguera castrista.
Uno de los ataques más violentos que los partidarios del castrismo lanzara contra Vicent provino de la página web Rebelión el 13 de mayo, calificándole como “el reportero español profesional y políticamente más deshonesto de los que trabajan en América Latina”. El ataque del portal comunista era motivado por un artículo de Vicent a propósito de la denuncia del asesinato de Wilfredo Soto publicado por El País el 8 de mayo.
Vicent iniciaba su reportaje diciendo: “La disidencia cubana puede tener un nuevo mártir. Se llama Juan Wilfredo Soto García...”. El título dado a su reportaje resultaba inaceptable para el oficialismo: “Muere un disidente cubano después de recibir una paliza de la policía”, y se lanza Rebelión en furioso ataque: “A lo largo de su reportaje Mauricio Vicent no inserta ni un solo argumento que pueda justificar el interés de la policía cubana por hacer desaparecer al fallecido. Vicent rellena su crónica con las declaraciones realizadas al efecto por personajes tales como el famosísimo Guillermo Fariñas. El " huelguista de hambre " que desafiando todas las leyes de la biología pudo sobrevivir milagrosamente a los reiterados "ayunos" que compartía con la presencia de numerosos corresponsales de los grandes medios de la comunicación mundial”.
Pero las críticas a la labor periodística de Mauricio Vicent no se limitaban solo a los medios oficialistas, también le llegó la candela proveniente de anticastristas.
Jorge Ferrer en el Blog El Tono de la Voz, descalifica cruelmente a Vicent: “Tanto perrear, tanto negociar, tanto silenciar, tanto mendigar, tanto fula gastado en comprar gracias, tanta genuflexión, tanto puentear a sus colegas para ganarse los favores del CPI, tanto ‘mira que yo quiero a Cuba’, tanto ‘yo soy tan cubano como el que más’, tanto ‘no soy yo, que yo estoy con ustedes, pero es que en Madrid los de la redacción son muy malos’…”.
Ladislao Aguado en el Blog Work in progress refiriéndose a la justificación que la CPI diera ─ la ‘imagen parcial y negativa’ que ofrecía Vicent de la realidad cubana para ─ suprimirle la credencial de reportero, señaló que resultaba chistoso el pretexto, “¡con lo poco que le faltaba a Mauricio Vicent para parecer un periodista cubano, miembro destacado de la UPEC (Unión de Periodistas de Cuba)!”
Rolando D. H. Morelli, Ph.D., escribe para Cubanet y dice en tono mordaz: “¡Qué pena! Se informa que las autoridades del régimen cubano le retiran la patente de corso al corresponsal de “El País” en Cuba, el señor Mauricio Vicent, cuya trayectoria de informador para el extranjero no habría podido considerarse adversa en ningún caso, sino más bien por el contrario, tendenciosamente pro-castrista...”
“Es justo ─ agrega Morelli ─ que “El País” denuncie el atropello contra su hombre en La Habana, pero no debemos perder de vista que este periodista es de hecho un aliado del atropello que se comente contra otros periodistas sin un medio que los represente, en su propio país. Así paga el diablo a sus incondicionales cuando le parece bien hacerlo”.
El 28 de febrero de 2008, Vicent publicaba un artículo en El País, bajo el título: “El estreno diplomático de la nueva Cuba deja satisfechos a todos” que provocó la reacción airada de Ernesto Hernández Busto director de Penúltimos Días.
Hernández Busto disgustado por lo que redactara el corresponsal español anotó: “En El País de hoy titula: “El estreno diplomático de la nueva Cuba deja satisfechos a todos”. ¿A todos? ¿Dónde vive Mauricio? El disidente católico Oswaldo Payá hizo ayer serias críticas al Secretario de Estado del Vaticano, que recogieron todos los medios de prensa. Y el exilio cubano tampoco parece muy contento con el ‘estreno’”.
En el artículo de marras, Vicent iniciaba su escrito diciendo: “El secretario de Estado del Vaticano, Tarcisio Bertone, salió satisfecho de su entrevista con Raúl Castro. Y el presidente cubano, que se estrenó en política exterior con este encuentro de alto nivel, también. Hubo resultados para ambos”. Más adelante, Vicent se refiere a una visita del comisario europeo para el Desarrollo, Louis Michel que debería tener un encuentro con Raúl Castro, y anota: “La posibilidad de que el comisario se reúna con representantes de la disidencia durante su viaje a la isla es uno de los asuntos polémicos. El ministro de Asuntos Exteriores español, Miguel Ángel Moratinos, no lo hizo en abril del año pasado. Tampoco lo ha hecho ahora Bertone. Y por ello, ambos han sido criticados por la oposición”.
Alegando el director de Penúltimos días el “escandaloso el sesgo progubernamental de las notas de un periodista al que le pagan –se supone– por ser objetivo” no le quedaría más remedio que dirigirse al Defensor del Lector del diario El País.
La protesta quedó expresada de la siguiente manera: “Un grupo de lectores cubanos o interesados en el tema de Cuba que coincidimos en el blog “Penúltimos días” hemos comentado en varias ocasiones el molesto sesgo gubernamental de algunos artículos del corresponsal (al parecer vitalicio) en La Habana, Mauricio Vicent. El ejemplo más reciente es la nota publicada hoy en ese diario, titulada “El estreno diplomático de la nueva Cuba deja satisfechos a todos”. Ese titular y el resto de la nota dejan fuera unas declaraciones que hizo ayer mismo el opositor católico Oswaldo Payá así como numerosas críticas del exilio cubano con respecto a la visita del Secretario de Estado del Vaticano y sus declaraciones en La Habana”.
Y agregaba: “¿Por qué no rige para Mauricio Vicent la misma regla que para el resto de los corresponsales internacionales del periódico, que luego de pasar cierto tiempo en el país, son sustituidos? Esa medida es una de las condiciones para que los periodistas puedan mantener cierta distancia o imparcialidad con respecto a la realidad que les toca reportar, sobre todo tratándose de un país con las características sociopolíticas de Cuba”
Para concluir: “¿Por qué el corresponsal Vicent no habla nunca de temas molestos para el gobierno cubano y acopla su punto de vista con la táctica de la prensa gubernamental, que excluye a la disidencia interna de los espacios de opinión pública?”
Definitivamente Mauricio Vicent está entre el fuego y la candela; entre el fuego que le acusa de patrocinar a la disidencia y la candela que le convierte en un periodista oficialista más aunque representando un medio extranjero.
No pretendo ser el defensor de Mauricio Vicent, esa labor le corresponde solo a él y al diario El País. Me concreto a solidarizarme con el periodista contra el cual los castristas han lanzado los mayores insultos y le han impuesto la mordaza. Me solidarizo con él por lo que dijo del sepelio de Zapata Tamayo y por la denuncia que hiciera del asesinato de Wilfredo Soto García.
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