Odalis Alvarez Valerino
Centro Habana, La Habana, 20 de septiembre de 2011, (PD) En cada barrio cubano existe un personajillo llamado chivato. No hay quien se le escape y el que caiga en su lengua jamás podrá dormir tranquilo. Estos títeres son herramientas del gobierno que les brinda todos los beneficios a cambio de informar todo lo que sucede en la zona.
Loyda, una de las chivatas más temidas en el barrio de Lotería, El Cotorro, no perdía ni pie ni pisada a ningún vecino. Nadie concebía cómo la chismosa podía vender su lengua a cambio de una jaba de alimentos que mensualmente la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC) le ofrecía.
Madre soltera de un solo hijo y hermana de un combatiente fallecido en la guerra de Angola, Loyda hizo lo indecible por agradar a sus jefes y evitarle algún disgusto a su padre, quien perteneció hasta su muerte al Partido Comunista.
Hace unos años, el hijo de Loyda arregló los papeles para acogerse a la Ley de ciudadanía española. Como era de esperar, Loyda no se opuso, ya que su más grande anhelo era viajar. Todo salió a pedir de boca. Su hijo Abel no tuvo trabas y logró irse a vivir a España con la idea de poder sacar a su madre.
Hace unos días navegaba por Internet cuando en la red social de Facebook encontré a Loyda, “la murmuradora del barrio”, como le llamábamos los vecinos. Me comentaba que vivía en Madrid y que estaba bien. Enviaba saludos para algunos “amigos” y no precisamente los que viven en Cuba.
Le pregunté si se olvidó de las personas que un día delató por querer, como ella, salir del país, aunque estas salidas fueran ilegales. Le recordé que gracias a ella, mucha gente vive en la miseria, la hambruna y la desgracia. Su lengua fue tan dañina que después de 10 años, estas personas no han podido recuperarse.
Así mismo le inquirí sobre el sistema de allá y como ve a los “indignados” que marchan diariamente exigiéndole al gobierno de Zapatero mejoras en varios sectores.
No esperaba otra cosa. Loyda ni siquiera sabe quiénes son esos “indignados” y mucho menos conoce que el partido que gobierna en España ahora es socialista.
Tampoco se acuerda mucho de las personas que “echó pálante” y dice que eso es cosa del pasado.
En estos momentos ve con buenos ojos a todo aquel que quiera irse del país, porque “es verdad que aquello esta malo y no lo tumba nadie”, me dice y acto seguido afirma que si tuviera dinero, una buena casa, auto y un trabajo remunerador y seguro, regresaría a vivir a Cuba.
Las personas como la chivatiente, perdón, combatiente Loyda, sólo buscan su propio bienestar. Son un reflejo de todos aquellos que se identifican como revolucionarios y que realmente anhelan una mejor vida, aunque les cueste aceptarlo.
Solo estando lejos se atreven alzar su voz y dicen de costa a costa lo que la isla sufre hace medio siglo. Entre tanto, viven cómodos y olvidan las acciones pecaminosas que un día realizaron contra sus coterráneos.
Sin rencores le deseé mucha suerte. Solo le aconsejé que tratara de ser mejor ser humano el día de mañana. Para cuando se encuentre con esas personas que por su lengua, están condenadas al fracaso y la desesperanza.
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