lunes, 5 de septiembre de 2011

Esa Habana que fue…,

Jorge Luis González Suárez

Calzada de Luyanó

Plaza, La Habana, 5 de septiembre de 2011, (PD) La generación nacida a fines de los años 50 no conoció el esplendor de nuestra capital. La Habana era una ciudad que se enorgullecía de ser una de las principales urbes de América Latina, no tanto por sus dimensiones sino por sus atracciones, tanto para sus habitantes como para el turismo sin distinción alguna. Su limpieza y modernidad en aquellos momentos era indiscutible.
Están en circulación dos breves documentales publicitarios de esa época por ese sub mundo de los DVD reproducidos y vendidos por cuentapropistas. Aunque algo dañado por el tiempo, uno nos muestra los adelantos alcanzados en 1955 y curiosamente dirigido por Carlos Franqui. El otro, titulado” 23, el Broadway habanero”, es un recorrido a lo largo de la calle 23, esa arteria principal que muestra el desarrollo urbanístico y comercial que existía en 1953.


La Rampa, Calle 23, Vedado
El primero comienza con un recorrido aéreo y continúa con una muestra de sitios importante como La Rampa, el Hospital de Maternidad Obrera, en Marianao, las termoeléctricas de Tallapiedra y Regla, el Parque Zoológico de 26, la moderna iglesia de 5ta y 60, el Miramar Yacht Club, lujosas residencias del Country Club y otros sitios de interés.
El segundo parte con una trayectoria lineal desde 23 y Malecón. Comienza así a exponer lugares y comercios de esta céntrica y populosa calle cuyo nombre histórico es “Avenida de Medina”. Las vistas nos ofrecen además otras curiosidades como los “Autobuses Modernos”, que eran los transportes ingleses de la Segunda Guerra Mundial convertidos en “guaguas” y las antiguas “General Motors” hasta incluir alguna de las que le llamaban “de palo” por ser su carrocería de madera, las cuales circulaban por las rutas 21 y 22.

Omnibus de Autobuses Modernos, Calle San Lázaro
Este cortometraje nos enseña comercios desaparecidos o los que hoy tienen diferente función o nombre. Están, entre otros, la fachada del cine Riviera, la óptica y el cine Atlantic, la sucursal de la dulcería La gran Vía, llamada La Suiza, la panadería y dulcería Triana, frente al cine 12 y 23.

Calle Galiano, Tienda Flogart
El parque de diversiones para niños Jalisco Park es también destacado en este itinerario, con su anuncio de “todos los aparatos por 5 centavos cada uno” y que tanto disfruté en mi infancia. Es interesante destacar que una familia humilde con dos hijos como promedio podía llevar a sus menores a este centro, pagarle a cada uno 10 vueltas a selección, comprarle al final un paquete de galleticas y una Coca-Cola y todo por $1.20 en moneda nacional.

Calle 23 y 12, Vedado
Aparecen también en la intersección de las calles 23 y 26 la agencia de automóviles a donde llega la muy joven entonces cantante Olga Guillot. El edificio donde se halla ubicada ésta ganó un premio de diseño internacional. La mueblería Plasticrom estaba enfrente. En la siguiente cuadra, los famosos equipos sanitarios Pujol, la florería Sevilla Garden y el salón de belleza Márquez.

L y 23, Vedado
Las imágenes nocturnas nos introducen en una gran Habana llena de anuncios lumínicos que promocionan productos como el coñac Fundador, el queso y la mantequilla Nela, las conservas Libby, el chocolate La Estrella y algunos más que convertían a la urbe caribeña en un paraíso multicolor de luces.
Universidad de La Habana, vista desde el Habana Hilton
Salta a la vista algo innegable. Las construcciones y establecimientos que se muestran en las vistas aún están en pie. Si hoy, cámara en mano, hacemos el mismo recorrido, no encontraremos grandes diferencias estructurales. ¿Qué construcciones nuevas se han levantado a partir de 1959? Dos en casi 53 años: el Pabellón Cuba y la heladería Coppelia. Un record Guinness. Si alguien espera más, no está muy bien de su cerebro.
Esa Habana que fue maravillosa, hoy está detenida en el tiempo. Si resucitara Don José María de la Torre, pudiera volver a titular su más famosa obra histórica como lo hizo en el siglo XIX “Lo que fuimos y lo que somos”. Cualquier otra apreciación no sería tan perfecta.

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