Perros en acción
José Antonio Fornaris
LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org – Unos 40 integrantes de las parapoliciales Brigadas de Respuesta Rápida, dirigidas por la Seguridad del Estado, dieron patadas y golpes de todo tipo, frente a su casa, a la opositora Sara Marta Fonseca, su esposo, Julio León, y al hijo de ambos, Julio León Fonseca, de 21 años. Todos miembros del Partido Pro Derechos Humanos de Cuba.
La mamá de Fonseca, Marta Quevedo, amigos de la familia y otras personas narraron pormenores de lo acontecido.
Desde el sábado día 15 la vivienda, situada en la calle 275 del reparto Rio Verde, en el municipio Boyeros, estaba siendo vigilada por la Seguridad del Estado. El operativo había sido montado a unos cien metros de la casa. El 17 en la mañana Fonseca colocó en la pared frontal de su vivienda un cartel que expresaba: “Abajo el Congreso del Partido (Comunista).
Unas tres horas después dio inició uno de los llamados actos de repudio. En esta ocasión las turbas estaban formadas por empleados del Aeropuerto de Rancho Boyeros y el equipo nacional juvenil de hockey sobre césped.
Varias de esa gente saltaron la cerca de malla de alambre, que delimita el perímetro de la casa con la acera, arrancaron violentamente el letrero y trataron de forzar la puerta principal de la vivienda y la ventana que está a su costado izquierdo. Ambas fueron seriamente dañadas.
Terminado el asalto sobre la una de la tarde, y ya las turbas en retirada, el otro hijo de Fonseca, Ignacio, quien padece de ciertas limitaciones mentales, salió tras ellas. Su mamá corrió para traerlo de regreso a la casa, y fue entonces cuando, como perros furiosos se le tiraron encima y comenzaron a golpearla de manera salvaje.
Ante esa situación el esposo y el otro hijo salieron en su defensa. Eran 40 o más contra tres. Les dieron patadas y golpes de todo tipo. Cuando los subieron en un auto oficial, Sara Marta tenía el rostro cubierto de sangre.
En algún momento habrá que responder esas vilezas, ese tipo de abusos no se podrá seguir soportando indefinidamente. ¿Qué pensarán los oficiales de la Policía Política al frente de esa operación, incluso cualquiera de los que participaron directamente en esa canallada cruel y cobarde, si ese tipo vandalismo se llevara a efecto contra ellos o sus familias, aunque detrás estuviera la bendición del Estado?
Para colmo la Policía política se niega a decir donde tienen recluidas a estas tres personas. Las veces que han informado a la señora Quevedo sobre la situación de su familia lo más que le han dicho es que Sara Marta y su hijo están en el mismo lugar, y que el esposo, está en otro.
Agregando que todos se han negado a ingerir alimentos, que ellos no pueden obligarlos, que si por ese motivo les ocurre algo no es su responsabilidad. Los secuestran y después dicen no tener responsabilidad por la vida de los secuestrados.
Más o menos en el mismo momento en que la casa de la familia León-Fonseca era asaltada, y sus integrantes atacados con saña animal, en una de las resoluciones del Congreso del Partido gobernante, quedaba plasmado lo siguiente: “…el socialismo significa igualdad de derechos y de oportunidades para todos los ciudadanos…”.
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