Mario J. Viera.
¡Claro que no, si Cuba no posee armamento nuclear! Lo que sucede es que el representante permanente alterno del castrismo ante las Naciones Unidas, el Sr. Rodolfo Benítez, ha exigido la eliminación y prohibición absoluta de las armas nucleares.
Pareciera justa la reclamación; ¿quién puede sentirse seguro junto a un enorme arsenal atómico? Cualquier error en las computadoras, podría desencadenar una hecatombe mundial. Eso está claro.
Según el angustiado representante del castrismo existen alrededor de 23 mil 300 armas nucleares regadas por todo el mundo y casi la mitad de ellas están listas para hacernos polvo estelar.
Los países con más poderío atómico son, en orden de mayor arsenal, Estados Unidos, la Federación Rusa, el Reino Unido, Francia y la República Popular China; a ellos hay que agregarles la India y Pakistán, sin contar con las aspiraciones de entrar en el club atómico de Irán y Corea del Norte.
Se dice que Sudáfrica llegó a contar con el arma atómica durante el gobierno de de Klerk, pero en 1993 anunció que desmantelaría sus seis bombas atómicas.
El diplomático castrista, según el Granma, dijo que había un “doble rasero y la existencia de un club de privilegiados que continúa perfeccionando sus armas nucleares, mientras se intenta cuestionar el derecho inalienable al uso pacífico de la energía nuclear por los países del Sur”.
Central atómica de Juraguá, Cienfuegos
En esto hay una inexactitud a propósito. En todo el mundo, según el Informe Anual del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) existen 437 reactores atómicos repartidos en 30 países, más una cifra de otros 55 reactores que en 2009 estaban en fase de construcción. De los 27 países que conforman la Unión Europea, 14 poseen reactores atómicos. En 2009 Rusia construiría cuatro reactores atómicos en la India, y China en 2010 se había comprometido con la construcción de otros dos en Pakistán. Indonesia y Vietnam han considerado abrirse al uso de la energía atómica.
No, muchachito, no se cuestiona el derecho de los países de sur al uso pacífico de la energía nuclear, si realmente poseen la tecnología para producir energía nuclear segura, no. Se intenta cuestionar no, se cuestiona que bajo el pretexto del uso pacífico algunos estados inescrupulosos puedan adquirir bombas atómicas y terminen armando a los terroristas con las letales municiones; no se quiere que el poder atómico caiga en las manos de algún loco como aquel que permitió el emplazamiento de misiles atómicos en su país y puso al borde del desastre nuclear; aquel loco que quiso lanzar aquellos misiles contra los Estados Unidos sin importarle que su país se desintegrara en cenizas cuando recibiera la respuesta a su agresión.
Hay que preguntarle al camarada Rodolfo Martínez cuáles son esos países del sur a los que se cuestiona tal inalienable derecho, por supuesto que no se trata de Cuba, porque Cuba se encuentra en el hemisferio norte, ni tampoco a ningún país de la América Central que están también en el hemisferio norte. ¿Se le ha negado a Chile, Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay? ¿Se trata acaso de Australia?
Y el Granma agrega: “El representante cubano advirtió que a pesar de la profunda crisis económica y medioambiental que afecta al mundo, los gastos militares aumentaron en 49% en la última década y ya alcanzan 1,5 millones de millones de dólares”. Por supuesto, si la imbecilidad humana no fuera la que prevaleciera en el planeta, no sería necesario gastar tantos recursos en armamentos que podrían ser invertidos en el desarrollo, en la educación, en el cuidado de la salud, en el desarrollo de mejores técnicas de producción de alimentos; pero el caso es que esa imbecilidad humana siempre está presente y el rey que mostraba sus grandes riquezas en oro y plata, las perdió todas porque no acumuló hierro para construir espadas.
Pero, por favor, pudiera decirme el distinguido representante permanente alterno del gobierno de Cuba ¿Cuánto del PIB de Cuba se emplea en armar y mantener unas fuerzas armadas desproporcionadas en cuanto al total de habitantes del país?
Nada dice el distinguido diplomático de la locura que su gobierno emprendió con la construcción de una central atómica en Juraguá sin las garantías necesarias para su seguridad en 1983 y hoy abandonada como un espectro en medio de la nada.
Nadie puede negar que se requiere un desarme nuclear global, pero la posición del gobierno castrista en el debate es irrelevante y solo es un intento para aparecer como si realmente tuviera una opinión de importancia mundial, sin dejar de mencionar que es una oportunista hipocresía cuando siempre ha defendido el “derecho inalienable” de Corea del Norte y de Irán de desarrollar su poderío atómico, un poderío atómico que sería irresponsablemente peligroso para la humanidad.
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