Pablo Milanés no es Silvio Rodríguez

Mario J. Viera

Pablo Milanés autor de muchas canciones de fama internacional como “Amame como soy”, “Yolanda”, “El breve espacio en que no estás”, “Yo no te pido” y muchas más que abarcan temas como el amor, o su compromiso con la revolución castrista como “Amo esta isla”. Nacido en la emblemática fecha de un 24 de febrero, pero en 1943 y en la también emblemática ciudad de Bayamo, Pablo Milanés fue, junto  a Silvio Rodríguez uno de los fundadores de la Nueva Trova.

Aunque admite su apoyo al sistema de los hermanos Castro, las declaraciones de Milanés difieren profundamente de las de su colega Silvio Rodríguez que hace declaraciones de marcado acento castrista.

Pablo, o Pablito, como es conocido por sus seguidores asombró a la opinión pública cuando se atrevió a declarar que no confiaba “en ningún dirigente cubano que tenga más de 75 años, porque todos pasaron sus momentos de gloria, que fueron muchos, pero ya están listos para ser retirados”. Entonces agregó: “ya los dirigentes no son capaces, sus ideas revolucionarias de antaño se han vuelto reaccionarias y esa reacción no deja continuar, no dejan avanzar a la nueva generación”. No obstante consideró que la historia absolvería a los viejos revolucionarios: “Simplemente deben retirarse, pero no creo que haya que juzgarlos por nada. Hicieron lo que tenían que hacer en su tiempo. Simplemente, ahora no están haciendo lo que deben hacer”.

Entre los admiradores del cantautor cubano se encuentran Rafael Correa de Ecuador, la ex presidente de Chile Michelle Bachelet y el mismísimo Hugo Chávez.

Sin embargo Milanés ha sido controversial. A diferencia de Silvio, se negó a apoyar con su firma el encarcelamiento de los 75 de la Primavera Negra de Cuba y el fusilamiento de tres cubanos que secuestraron una embarcación pretendiendo emigrar hacia los Estados Unidos. Durante una gira por España en marzo de 2010 Pablo declaró en respuesta a las preguntas de la prensa que “hace muchos años que vengo criticando lo que a mu juicio se hace mal en mi país y nunca sentí represalias contra mí, y mucho menos contra mi familia”.

Con respecto a la represión del 2003 Pablo afirmó: “Las ideas se discuten y se combaten, no se encadenan”

Ahora Milanés se presenta en Uruguay para un concierto en el Palacio Peñarol y responde a preguntas que le formulara el periódico ESPECTADOR. “Estamos en una situación donde tenemos que hacer algo, ya lo confesó Castro cuando dijo que estamos al borde del abismo”, aseguró y luego agregó: “Se están haciendo reformas que no se sabe a dónde nos llevarán y si traerán cambios positivos”.

Más adelante habló de sus expectativas: “Espero una revolución libre, con el pueblo soberano. Y los Castro deben saber que tienen que dejar todo en su buen término. Cuba es un caos y se debe prever el remplazo”.

Que nadie piense que Pablo Milanés sea un opositor, ni siquiera un disidente; si acaso sus palabras reflejan el pensamiento de un reformista dentro de la “revolución” y no contra la “revolución” que no teme que contra él se ejerza la represión del gobierno; él es una figura dentro del mundo de la izquierda bananera, reconocido internacionalmente, admirado en Europa y América. Intentar silenciarle representaría un coste político que en las condiciones actuales el gobierno castrista no está dispuesto a jugar. Aunque a los zombis que gobiernan en Cuba puede que no les agraden las declaraciones del cantante, harán oídos sordos a las críticas de un díscolo hijo de su revolución.

Pablo Milanés no es Silvio Rodríguez, al menos en sus expresiones no asume el cinismo abellacado de su colega de la Nueva Trova. De todos modos su desenfado siempre genera noticia.