Mario J. Viera
Había previsto que el retorno de Mel Zelaya a Honduras no traería ni paz social, ni reconciliación para ese país. El revanchismo de Zelaya, ahora líder del Movimiento de Resistencia Nacional se evidenciará más temprano que tarde.
El llamado movimiento de resistencia no es otra cosa que el instrumento diabólico de Hugo Chávez para conspirar en el país centroamericano e imponer su proyecto hegemónico de control continental. Honduras es la plataforma ideal para sus propósitos de extenderse hacia Guatemala, El Salvador y llegar hasta México con la colaboración de los partidos de la Revolución Democrática (PRD), del Trabajo (PT) y Convergencia.
El paso inicial es lograr el retorno de su marioneta como condición para que Honduras fuera reinsertada en la desprestigiada Organización de Estados Americanos (OEA). Luego del bochornoso pacto firmado por Pepe Lobo en Cartagena de Indias, Colombia, con la aquiescencia del actual presidente de Colombia, y la atenta mirada del canciller Maduro se organizan los títeres del chavismo alimentando las aspiraciones reeleccionistas de algunos políticos hondureños para convulsionar la sociedad hondureña.
De igual opinión es Roger Noriega al pronosticar que “Los agentes de Chávez van a sembrar el caos y la división política para neutralizar a los actores políticos tradicionales del país. Es un plan que en este momento está en pleno desarrollo y que está teniendo éxito”.
Así mismo ha considerado el ex embajador de Estados Unidos ante la OEA que “Caracas ha comenzado a invertir millones a favor del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), que pronto será acreditado como partido político como parte de la "Reconciliación Nacional", negocio impuesto por Chávez. Fabricando a un rival bien financiado para los dos partidos tradicionales de Honduras, Chávez está convencido que él puede encaminar la oposición e instalar gobiernos minoritarios que impulsen drásticos cambios económicos y sociales”.
Según Noriega “Todos los instrumentos de seguridad que los hondureños utilizan para defenderse del populismo autoritario hace dos años están siendo desmantelados” y afirma que su impresión es “que el modelo va a ser el mismo modelo chavista”.
Considerando que Zelaya es cosa del pasado “la noticia de ayer” aseguró el diplomático que los “venezolanos, y todos los demás que han tenido que trabajar con él en los últimos dos años, están cansados de él y lo más probable es que le apuesten a un nuevo caballo”, en este caso el nuevo caballo es el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) a punto de convertirse en un nuevo partido.
Teniendo en cuenta que el régimen de Hugo Chávez invirtió mil millones de dólares para fortalecer a Daniel Ortega en Nicaragua, es posible que esté dispuesto “a gastar cientos de millones de dólares para garantizar que (…) esté en condiciones de ampliar su influencia en Honduras”.
En su opinión el pacto firmado para el retorno de Honduras a la OEA representó “una asquerosa muestra de hipocresía por parte de la comunidad interamericana” agregando: “Todo esto fue diseñado por Venezuela, pero la obstaculización del reconocimiento de un gobierno electo democráticamente, mientras dictaduras en Cuba y Venezuela son bien recibidas en la OEA, es francamente una muestra de hipocresía que revuelve el estómago”.
Según EL NUEVO HERALD, Noriega admitió haberse sorprendido ante un reciente pronunciamiento del subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Arturo Valenzuela, quien agradeció a Venezuela por sus esfuerzos para ayudar a Honduras a retornar a la OEA, algo que de acuerdo con su opinión resulta inconsistente con el acuerdo que obligó al presidente Porfirio Lobo “a rogar de rodillas el perdón de Chávez” y con las sanciones que recientemente se impusieron por Estados Unidos contra PDVSA, la petrolera estatal venezolana.
Lobo al saludar el reingreso de su país a la OEA dijo: “Éste es un día histórico para Honduras y los pueblos de América. En primer lugar doy gracias a Dios por habernos fortalecido y guiado en este camino de compromiso con el pueblo hondureño”.
Quizá sea histórico este primero de junio de 2011; pero no como lo ve Lobo, sino como el día en que se mostró la hipocresía de la comunidad interamericana, rendida ante las exigencias de Chávez y aislando a un país que dio una firme respuesta a un monigote que intentó violar los postulados de la Constitución que juró salvaguardar.
Hugo Llorens Acosta, embajador de Estados Unidos en Honduras, considerado por Roberto Micheletti “la peor basura que los gringos han mandado a este país” y un factor importante para que Estados Unidos se uniera a la demanda del chavismo de condenar a Honduras por la deposición de Zelaya, con motivo de recibir máxima condecoración del congreso: Medalla de Oro, en el grado de Gran Cruz, dijo: “Honduras tiene un futuro prometedor, soy optimista de que puede ser una historia de éxito de la región centroamericana” señalando además que “mantener la democracia no es fácil ni sencilla, es una tarea ardua porque requiere que todos se respeten y se toleren en el marco de la ley, que se respete la minoría y no permitan la dictadura de la mayoría”.
El diario Tiempo informó que durante el reconocimiento al trabajo del embajador Llorens por parte del Congreso, los diputados liberales a los que el Departamento de Estado suspendió el visado tras la destitución de Zelaya en 2009 junto con otros parlamentarios de diversas bancadas abandonaron la sesión en rechazo a la condecoración concedida por el Congreso e impuesta por su presidente Juan Orlando Hernández. Solo permanecieron en la ceremonia los diputados liberales afines al liderazgo de Yani Rosenthal ex ministro de la Presidencia durante el gobierno de Manuel Zelaya y vinculado al Frente Nacional de Resistencia Popular.
En agosto de 2009 en entrevista concedida programa "Frente a frente", del canal 5, Micheletti declaró que Llorens conocía que Zelaya pretendía convocar la Constituyente y que se iba a producir su sustitución, afirmó Micheletti que en una llamada telefónica el embajador le dijo “que íbamos a cometer algo que nos arrepentiríamos y que su gobierno no nos iba a reconocer si destituíamos a Manuel Zelaya”
En opinión del diario hondureño EL HERALDO el tema de la constituyente, causa de la caída de Zelaya, “aparentemente ahora es parte de la agenda de los expresidentes de la República”. Este mismo medio cita las declaraciones del ex presidente Rafael Leonardo Callejas Romero quien aseguró que las circunstancias habían variado, “se ha reintegrado Zelaya, que está hablando de este tema. Entonces, con prudencia dialogaremos con el nacionalismo, con la dirigencia y evidentemente con el líder del partido, que es Porfirio Lobo Sosa”. Callejas Romero fue presidente de Honduras de 1990 a 1994 por el Partido Nacional. Al concluir su mandato se le imputaron varios casos de abuso de poder aunque más tarde los tribunales fallaron a su favor.
EL HERALDO atribuye al analista político Olban Valladares la opinión que “la instalación de una asamblea nacional constituyente solo serviría para complacer los intereses personales de unas ocho personas en el país a las que no nombró por nombre. Según el diario Valladares se opone a que en una constituyente se apruebe la reelección presidencial, algo que está prohibido terminantemente por el artículo 239 de la Constitución, uno de los artículos pétreos, inamovibles por imposición constitucional.
Las aspiraciones de poder ser reelectos de algunos ex presidentes por medio de una reforma total de la Constitución que lo permitiera, favorecen los propósitos chavistas de socavar la democracia hondureñas mediante su caballo de Troya que constituye el FNRP.
Vienen días decisivos para Honduras. El FNRP que pretende convertirse en partido político se empeñará en desestabilizar al país aunque Zelaya se niegue a aceptar que el mismo se transforme en una nueva organización electoral. Zelaya, dentro de los planes estratégicos de Chávez es ya una pieza menor. La dama en su tablero de ajedrez en Honduras se llama Frente Nacional de Resistencia Popular.
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