Diego Enrique Osorno
Cuba es una historia difícil de leer. Unos la ven todavía como el faro de esperanza que sin duda representó la revolución de 1959 para América Latina, la región más desigual del mundo; otros creen que se trata ya del régimen más decimonónico de la modernidad. Sin querer ser necrológico, creo que hasta que Fidel Castro fallezca el siglo XX habrá terminado allí y se podrá leer bien a Cuba.
En la narrativa de esa islita del Caribe, México tiene un papel clave. Algunos mexicanos ayudarán a hacer la lectura. Esta es una lista pequeña:
1) Carlos Salinas de Gortari
Fue el mediador entre Cuba y Estados Unidos durante su sexenio y varios más. Hace unos meses Fidel Castro contó en uno de sus esporádicos artículos en Cubadebate.com su visión sobre la política en México, y comentó su relación con Salinas de Gortari, a quien exhibe como un político millonario interesado en hacer negocios en Cuba durante su exilio en el gobierno de Ernesto Zedillo. El extenso artículo, en el que el ex presidente queda mal parado, se llama “El gigante de las siete leguas”. Fidel lo publicó en dos partes.
Carlos Salinas de Gortari y Fidel Castro
A raíz de dicho texto, Salinas de Gortari se molestó con Fidel y en corto ha dicho a amigos cercanos que tiene información muy reveladora sobre la verdadera cara de Castro, a quien antes presumía como su amigo.
2) Fernando Gutiérrez Barrios[1]
Hasta el día de su muerte, el Zar de la inteligencia civil en México mantuvo una relación de primer nivel con Fidel. En los inicios de su carrera como espía, Gutiérrez Barrios detuvo a Castro y al Che Guevara antes de que zarparan en el Granma hacia Cuba en 1959. Poco después los liberó, ayudándoles a hacer la expedición; después del triunfo, Gutiérrez Barrios fue considerado “Prócer de la Revolución Cubana”. Don Fernando hizo una larga carrera política en México, no pocas veces como arquitecto de la represión a los grupos opositores al sistema priista. Sus diarios y archivos —dicen que en poder de Manlio Fabio Beltrones— aún no se han dado a conocer.
Fernando Gutiérrez Barrios
3) Gustavo Carvajal
Desde los años ochenta goza de una relación privilegiada con Castro. Fue presidente nacional del PRI y fungió como mediador de algunas de las crisis latinoamericanas. Fue amigo de Manuel Marulanda, Tirofijo, el líder de las FARC recién fallecido. Actualmente dirige la Internacional Socialista en América Latina. Entre las cientos de anécdotas que cuenta está la del día cuando compitió con Fidel a ver quién de los dos comía más helados Copelia.
Gustavo Carvajal
4) Mario Menéndez[2]
Es el periodista que más veces ha entrevistado a Castro. Fue director de la revista ¿Por qué? A la fecha, Fidel sigue citando artículos suyos en las reflexiones que publica. Menéndez fue acusado de ser espía cubano en México. Hoy dirige el periódico Por Esto, en la península de Yucatán.
Mario Menéndez
5) Mauricio Fernández Garza
Es un excéntrico empresario de Monterrey que hizo negocios (puros, cerveza, etcétera) en la Cuba de los noventa. Mantiene una buena relación con Castro pese a ser militante del conservador PAN. Es coleccionista de arte y ahora alcalde de San Pedro Garza García, Nuevo León.
Fidel Castro con Mauricio Fernández. Foto: Especial
6) Antonio del Conde[3]
Un viejo armero que ayudó a Fidel a construir el Granma. En agradecimiento, cuando ganó la Revolución, Castro lo hizo funcionario del Ministerio de Agricultura durante los años del Che, pero al poco tiempo volvió a México. Es bastante mayor y vive por la avenida Miguel Ángel de Quevedo, en la Ciudad de México.
Antonio del Conde, “El Cuate”
[1] En noviembre del año 2000, poco después de la muerte de Gutiérrez Barrios, el periodista, Philip Gunson, escribió un artículo para el periódico inglés, The Guardian, en el que comenta que en 1956, Gutiérrez Barrios “fue llamado a interrogar a unos prisioneros inusuales. Fidel Castro y su Movimiento 26 Julio- incluyendo a Ernesto "Che" Guevara –habían escogido a México como el país ideal para entrenar y equiparse para el derrocamiento del dictador cubano, Fulgencio Batista. Estaban bajo vigilancia no solo de los mexicanos, sino del servicio de inteligencia de Batista y del FBI. A petición de Batista, el grupo fue detenido e interrogado por la DFS, en preparación a lo que podría ser su extradición a Cuba.”
Gunson agrega que “los detalles del acuerdo entre el grupo de Castro y los mexicanos permanecen poco claros: Gutiérrez Barrios se los llevó a su tumba, y pocos testigos viven. Pero parece que el agente de inteligencia mexicano y los revolucionarios cubanos forjaron una calida relación que perduraría el resto de la vida de Gutiérrez (Barrios).
En una declaración que hizo el año 2001, con motivo del primer aniversario de su muerte, Fidel Castro declaró que “sin el apoyo y la intervención de don Fernando no hubiera habido Revolución, no habría una Cuba libre y no hubiera un Fidel” (Los secretos de Fernando Gutiérrez Barrios. Héctor Apolinar. Dossier Politico. 7 de Marzo de 2007)
[2] Menéndez fue el primer periodista extranjero a entrevistar Castro después de la revolución.
“Conversé con Fidel por horas, días, semanas… en total me quedé tres meses. Siempre había algo nuevo”, cuenta.
[3] Fidel Castro le llama “el cuate”. Al ser interrogado sobre el porqué él también no se embarcó en el yate, dijo que el propio Fidel lo convenció de que era más importante un hombre en México, que otro soldado en la Sierra.
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