Mario J. Viera
No quedan dudas, el candidato de Gana Perú obtuvo el liderazgo en la contienda electoral. Ollanta Humala se convierte en el próximo presidente del país andino. Sin embargo los resultados obtenidos en las urnas plantean una realidad: La sociedad peruana está polarizada. Esta realidad plantea una exigencia al próximo mandatario: buscar la concertación de todas las fuerzas políticas de la nación.
Se abre una nueva interrogante, una vez ejerciendo el gobierno ¿se mantendrá Humala fiel a los compromisos que hizo de garantizar el estado de derecho, de no intentar censurar a la prensa, de no buscar la reelección, de no permitir la injerencia de Hugo Chávez en la vida política del Perú?
Mario Vargas Llosa, una pieza importante en su victoria electoral, ha hecho una advertencia luego de conocer la victoria del líder de Gana Perú: “Ollanta Humala tiene que entender que esta victoria se la han dado las clases medias. Las clases medias son las que se han volcado en esta segunda vuelta a confiar en él, a creer que se ha apartado del modelo absolutamente catastrófico de Chávez”
Realmente ¿Se ha apartado Humala del modelo de Hugo Chávez? Tengo mis dudas al respecto, dudo que se aparte de las tesis de Velazco Alvarado, la base de su ideología nacionalista de izquierda; como tengo mis dudas si en verdad no quedan influencias en él de las ideas del etnocaserismo que alimentó Isaac Humala, su padre e intentó imponer por las armas su hermano Antauro.
Analizando la victoria electoral de Humala el diario español ABC expresó:
“Unos de los lastres que más trabajo le costó soltar a Humala fue su identificación con Hugo Chávez, “un cuchillo ya usado”, en palabras de Fernando Tuesta (Universidad Católica). El apoyo en esta segunda vuelta de Mario Vargas Llosa, que encabezó un frente común de intelectuales al que se sumó el ex presidente Alejandro Toledo, supuso para él un espaldarazo importante. “Este respaldo le permitió arrancar votos de los sectores sociales más altos”, observa Manuel Torrado de la firma Datum. El cambio de imagen fue otro de los factores que colaboró para que el ultranacionalista reciclado lograse la confianza de los electores. Pero la clave de su éxito, posiblemente, haya sido el rechazo que generaba la candidatura de Keiko Fujimori identificada con la corrupción, abusos y crímenes del Gobierno de su padre”.
Alejandro Toledo declaró que confiaba que Humala cumpla con lo que prometiera pero advirtió que tanto él como su partido serían “celosos vigilantes de la democracia, de la libertad de expresión, y los derechos humanos".
Vargas Llosa celebró la victoria de su apadrinado diciendo que ha sido “una derrota del fascismo, se ha salvado la democracia, los peruanos han actuado con responsabilidad, han hecho una adhesión al sistema de libertad y de legalidad que queríamos defender, y creo que debemos celebrarlo como una gran victoria de la democracia en el Perú”
¿Será cierto? ¿Será verdad que la victoria de Humala representa “una gran victoria de la democracia”?
Tengo una duda. Humala dijo recientemente que estaría dispuesto a concederle la libertad a Alberto Fujimori por razones humanitarias; tal vez sea verdad. Pero no se puede olvidar lo que dijera en su libro “De Locumba a candidato a la presidencia en Perú” con referencia a Abimael Guzmán: “…Abimael Guzmán, el líder de Sendero Luminoso, está preso no porque haya disparado, sino porque él dirigió una guerra… Abimael Guzmán jamás disparó, que yo sepa...” ¿Se decidirá por concederle un indulto al terrorista que era el jefe de Sendero Luminoso? ¿Indultará a Antauro para unirle a su gobierno?
No creo que Keiko Fujimori fuera la mejor opción para el Perú, pero dudo que Humala sea su mejor elección. El tiempo, el general tiempo que nunca ha perdido una batalla, dirá si el humalismo representa el progreso económico o social del Perú o si se impondrá como uno de esos mesías del bolivarianismo de Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales y Rafael Correa. En fin, me hago la pregunta ¿Habrá ganado Perú?
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